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El posible ascenso del nivel medio del mar debido al cambio climático es uno de los impactos sobre los cuales Cuba viene trabajando. De eso se habló este jueves en un debate durante la primera jornada del Taller Cambio Climático-Soberanía Alimenticia, organizado por la Sociedad Económica Amigos del País, el cual concluirá hoy con un análisis sobre las estrategias y acciones para adaptarnos a los retos impuestos por las variaciones del clima.
El Doctor Oscar Solano Ojeda, director de Agrometeorología del Instituto de Meteorología, al referirse al cambio climático y la variabilidad del clima en el país recurrió a registros científicos de interés agrario que alertan sobre la necesidad de impulsar con mayor rigor los vínculos entre la ciencia y la agricultura, especialmente a nivel local.
Explicó cómo ocurre un cambio en la distribución estacional de las precipitaciones, con tendencias a la disminución de los totales anuales, y un aumento progresivo de la aridez, en especial en la región oriental de Cuba.
«Estos cambios serán más intensos en la primera mitad del período lluvioso. Estarán asociados a un incremento de la duración, extensión superficial e intensidad de los procesos de sequía meteorológica, agrícola e hidrológica».
El investigador alertó que en cultivos como la papa el aumento de las temperaturas retardará el comienzo de la tuberización, y puede llegar a impedirlo por completo, favoreciendo un estado puramente vegetativo de la planta, lo que provocaría que los rendimientos de cosecha disminuyan sensiblemente.
«Hoy disponemos de pronósticos estacionales y avisos tempranos que difundimos mediante el sistema informativo. Contamos con alrededor de 250 campesinos que actúan como observadores de las variantes meteorológicas y climáticas. Eso ayuda a científicos y decisores a la hora de trazar estrategias en sectores como el agropecuario, las cuales se deben corresponder con las características locales».
La Doctora Sheyla Chang, de la Agencia de Medio Ambiente del CITMA, dijo que Cuba aparece como uno de los países con mayores avances relativos en materia de adaptación, puesto que sus logros en materia de gestión de desastres y riesgo le permitieron, sin proponérselo, estar en una situación ventajosa ante los posibles embates de un clima incierto y cambiante.
