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¿Eres un tecnoadicto?

La adicción es una dependencia a supuestas fuentes únicas de placer, en detrimento de una vida funcional sana

Autor:

Juventud Rebelde

Es llamada tecnoadicción la costumbre excesiva de depender, más allá del uso normal, de teléfonos inteligentes o smartphones para pasar el rato, o el día. Se cree, según expertos en el tema, que esta es una tendencia cada vez más extendida, explica la revista Muy interesante.

Consecuencias en el comportamiento, como el aislamiento extremo, la distracción ante situaciones que precisan de atención, o un alejamiento peligroso de la realidad, se une a trastornos físicos importantes. RT ha mencionado varios de ellos:

Cibermareo: Fatiga visual, náuseas y mareos.

Nomophobia: Fobia a no poder utilizar el celular, lo que causa ansiedad en los usuarios cuando se quedan sin batería, sin cobertura o no encuentran el móvil.

Síndrome de la vibración fantasma: síndrome neurológico a causa de la dependencia del smartphone. Provoca una sensación de vibración del móvil incluso cuando el usuario no cuenta con su celular o este se encuentra apagado.

Dolor dactilar: dolores e incluso calambres en los dedos, muñeca y antebrazo pueden ser causa del uso frecuente de la pantalla táctil. Esto puede ocasionar incluso, a largo plazo, la inflamación de los tendones.

Síndrome del ojo seco: La continua concentración en la pantalla de un smartphone o de una tablet reduce en un tercio el número de parpadeos, causando cambios en la producción de lágrimas y, en consecuencia, provocando daños permanentes en los ojos.

Un equipo de investigadores de la ONG Common Sense Media ha profundizado en la cuestión con un cuestionario a 1.240 padres y a adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años para realizar un seguimiento sobre las consecuencias de este uso masivo de los dispositivos móviles en sus vidas y en sus relaciones interpersonales.

La mitad de los adolescentes entrevistados afirmaba sentir adicción hacia el móvil y el 60% de los padres opinaba lo mismo. A pesar de si los padres pensaban si sus hijos eran o no adictos al móvil, el 66% consideró que pasaban demasiado tiempo con el smartphone; en el caso de los adolescentes, el 52% lo veía también así.

Además, el 77% de los padres coincidían en que sus hijos se distraían continuamente —al menos tres veces a la semana— debido al uso del móvil.

Casi el 80% de los jóvenes admitió que revisaba o comprobaba sus notificaciones en el móvil cada hora como mínimo y el 72% confirmó sentir la necesidad de responder a los mensajes recibidos en redes sociales casi inmediatamente después de haberlos recibido.

Si bien es cierto que el internet de las cosas y el vertiginoso gancho del mercadeo seduce cada vez más a sectores etarios como estos, los psicólogos advierten que la adicción no se debe directamente a un objeto o uso, sino a la falta de orientación, proyectos, o relaciones interpersonales de los usuarios. Se recomienda no eliminar el acceso de los adolescentes a sus teléfonos de forma muy abrupta con objeto de eliminar esta adicción, lo cual redundaría en una reacción de mayor deseo.

«Para los adolescentes, las redes sociales y el contacto con amigos son una tarea primordial de desarrollo y el enfoque. Cuando se quita la línea vital de un adolescente con sus amigos, habrá una reacción emocional importante, una ruptura de la relación padre-hijo», alerta Bet Peters, psicólogo clínico en Westminster (Inglaterra), citado por la mencionada publicación.

Precaver los excesos

El portal digital Tecnoadicciones ofrece una lista de ideas para prevenir en los jóvenes estas dependencias u excesos destinada a padres y tutores.

Entre las actividades más aconsejadas se hallan la de potenciar en los muchachos actividades de ocio saludable (deporte, lectura, manualidades, actividades al aire libre, …); establecer con ellos una relación de confianza que nos permita hablar y dialogar de forma sincera y abierta; controlar los tiempos de uso y tener en cuenta la importancia de el propio modo de actuar de los tutores, al ser modelos de conducta.

Finalmente, y acaso lo más importante, se recomienda ayudarles a desarrollar una adecuada autoestima y unas buenas habilidades sociales que les permitan el desarrollo de buenas relaciones interpersonales. Solo así, el joven puede descubrir lo insustituible de la interacción real y física, y lograr un equilibrado uso de dispositivos móviles o redes.

Aunque en nuestro país, aún la conectividad no es masiva, es hora de ir precaviendo, educación y comprensión de por medio, cualquier posible exceso en este sentido.

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