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Estafa con el periódico

Alicia Centelles (avenida 57 No. 9611, entre 96 y 98, Marianao, La Habana) denuncia que desde el pasado julio se registran irregularidades con la entrega de periódicos a los suscriptores por parte de la agencia de Correos de Cuba Marianao 14.

Cuenta ella que dejó de recibir el periódico el 20 de julio. Y cuando preguntó al cartero de la zona vecina, le orientó que fuera a Marianao 14 y pagara antes del día 25. Así lo hizo y pagó el periódico.

La empleada le dijo a un cartero de otra zona distinta a la de ella que le llevara el periódico Granma más tarde. Y a los pocos días volvieron a desaparecer cartero y periódico. Alicia retornó a Marianao 14 y la administradora no estaba.

Le dijeron que hablara con los de Correos del municipio, que radican al lado. Allí le atendió un compañero llamado Gerardo, quien, a la pregunta de por qué los carteros desaparecían y nadie le informaba al cliente qué hacer, acotó que nadie quería desempeñar ese trabajo, y él personalmente se estaba ocupando del consejo popular Libertad. También le hizo saber que el cartero de la zona de ella había desaparecido con el último dinero que cobró.

«Ante mi reiterada inconformidad —afirma—, y la resistencia de dicho funcionario a entender mi queja de continuar sin recibir el periódico a pesar de haberlo pagado, me dijo que volviera el día siguiente a las 8:00 a.m., que él me iba dar los periódicos que me debían».

Fue a esa hora y Gerardo no apareció. Lo esperó hasta las 9:00 a.m. Habló con la administradora, quien le reiteró que nadie quiere ser cartero y que eran «difíciles de controlar». Le aseguró que no habría más problemas con el periódico... Pero las irregularidades continuaron.

El nuevo cartero, cuenta, pasaba dos o tres días sin ir por las casas. Y cuando lo hacía, entregaba los periódicos atrasados. Eso sí: nunca dejó de cobrar. Pero desde mediados de octubre no han recibido más el periódico.

El 3 de noviembre un trabajador llamado Yeinker, junto al nuevo cartero de la zona, visitó su casa y le preguntó si estaban suscritos. Al no encontrar el nombre de ella en su libreta, le dijo que como no había pagado noviembre, no podía dejar el periódico, aun cuando Alicia explicó que el cartero no había cobrado noviembre porque desde antes del 20 de octubre dejó de ir.

«Es una burla a quien nunca ha dejado de pagar un servicio desde 1999. El actual sistema de cobro de las suscripciones de prensa requiere urgente revisión. Es inaceptable cobrar adelantado un servicio que no se garantiza. Si, como ocurrió reiteradamente, deja de entregarse el periódico, eso solo tiene un nombre: estafa. Además, el procedimiento se presta a malos manejos del dinero recaudado y a la larga redunda en el disgusto del público y el robo al Estado.

«Es incierto que las personas no quieran ser carteros. Hablé con varios de ellos y me dijeron que, además de su salario en moneda nacional (en realidad no alto), perciben divisas. Es casi imposible de creer que alguien desprecie ese trabajo en las actuales condiciones del país.

«¿Cómo un funcionario estatal se da el lujo de citar a un ciudadano y luego no asistir sin dar explicación, y ni siquiera dejar un mensaje?

«El descontrol y desorganización en el funcionamiento de Marianao 14 son evidentes. En las cuatro ocasiones en que estuve allí pude percatarme de faltas de ética (comentarios sobre compañeros que se marchaban temprano delante de una persona ajena al centro), tratamiento incorrecto al público (estuve más de diez minutos de pie en la puerta sin que nadie me preguntara qué deseaba), carencia de profesionalidad (al preguntar por un funcionario o responsable, la primera reacción era siempre una mirada de perplejidad).

«Ese descontrol en una unidad que funciona en el mismo edificio de la dirección municipal de Correos, es preocupante. ¿Cómo es posible que un trabajador desaparezca con el dinero del Estado y nadie se preocupe por encontrarlo para que pague su falta? ¿Cómo puede un funcionario admitir que el servicio que brinda la entidad no se cumpla y, además, haya serios problemas económicos? ¿Quiénes, cómo y cuándo controlan a los que practican el descontrol?», concluye preguntándose la remitente.

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