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Gratitud de Año Nuevo

La gratitud es el mejor sentimiento para estrenar un nuevo año. Por eso, escribe Daimet Sanz Rodríguez desde Avenida de la Libertad 99A, en Cabaiguán, Sancti Spíritus, para agradecer a tanta gente profesional y buena en lucha contra el cáncer.

Confiesa ella que hace 16 años la vida se tornó gris para su familia, cuando a su mamá le diagnosticaron cáncer de mama. Pero lo superó gracias a la sapiencia del doctor Orlando Concepción, el apoyo de los amigos y los deseos irrefrenables de vivir de la paciente. Y en 2016 la terrible enfermedad tocó otra vez a la puerta con su misma madre y su tía.

«Ya han pasado 11 meses después de realizadas las intervenciones quirúrgicas, afirma. Este tiempo ha sido preciso para transitar por el difícil tratamiento de quimioterapia junto a la doctora Yania Madrigal y al excelente equipo de enfermeros de esa área en el Hospital Provincial de Sancti Spíritus, integrado por Berta, Maidelín, Jany, Humberto y Arístides.

«También les fueron indicadas las radiaciones en Santa Clara, proceso cumplido gracias al trabajo certero del doctor Luis Estévez, los técnicos Yaima, Yareni, Mayulis, Yasel, Ramón y Ariel, y especialmente al apoyo de los demás pacientes, de la enfermera Maureni y de Liván, el chofer de la guagua que la Dirección Provincial de Salud y el Estado cubano ponen a disposición de los más necesitados para mejorar su calidad de vida.

«Hoy el estado de salud de ambas pacientes es favorable, gracias también al profesor y médico Armando Rodríguez, la laboratorista Norma Moya y Raimundo el enfermero. Aunque el camino por recorrer aún es largo, aprovecho para el agradecimiento infinito y la felicitación a esos profesionales de la salud de parte de las hermanas Dulce Idalia y Josefa Nieves, y la familia Sanz Rodríguez, de Cabaiguán, por la nueva oportunidad de vida que nos han dado», concluye.

Sigue esperando la indemnización

Ojalá Marta Álvarez Brito tenga mejor suerte en este 2017 con Aerovaradero S.A., y esta entidad acabe de indemnizarla por la pérdida de un bulto de 20 kilogramos, contentivo de una bicicleta para su bisnieta.

El 12 de octubre de 2016 reseñé la denuncia de Marta, residente en Ciego de Ávila, quien retornó de Ecuador el 15 de noviembre de 2015 luego de visitar a su hija, que vive en ese país, y de enviar desde allí, el 26 de octubre de ese año, tres bultos por la agencia Michelle ACR Cargo.

El 17 de noviembre de 2015 la agencia Aerovaradero le avisó para que recogiera los tres bultos. Pero uno de ellos, donde venía la bicicleta, no apareció, y le dieron el número de reclamación 753 a Marta, quien viajó a La Habana el 30 de noviembre de ese año y se entrevistó con el funcionario de Atención a la Población de Aerovaradero.

El representante de la agencia le explicó que el asunto llevaba tiempo, y que si el bulto estaba extraviado, la Comisión tenía 60 días para responder, por lo cual debía esperar a ser llamada.

El 11 de diciembre de 2015 Marta volvió a La Habana y se entrevistó de nuevo con el funcionario. La remitieron al departamento de Reclamación, donde le informaron que el expediente de ella se había entregado a la Comisión, que debía esperar a ser llamada por esta.

Viajó de Ciego a La Habana el 28 de diciembre de 2015 y el 21 de enero de 2016, para que le dijeran en Reclamaciones que aún no había resultado alguno. En febrero retornó y supo que la Comisión había aprobado indemnizarla por la pérdida del bulto. Y cuando escribió a esta sección, el 16 de septiembre de 2016, aún no le habían pagado. Le dijeron que se estaban indemnizando casos de 2014.

«Si sacamos una simple cuenta matemática y sumamos todos los gastos que he tenido en viajes a La Habana desde Ciego de Ávila, incluidos almuerzos, comidas y hospedaje, creo que son más que el valor del bulto reclamado», sentenciaba entonces.

Al respecto, responde en breve carta René de los A. Céspedes Naranjo, director general de Aerovaradero S.A., que esa entidad asumió la responsabilidad del daño causado, pero no le ha confirmado a Marta la fecha en que será indemnizada. Y agrega que en la misiva de respuesta le brindan a la clienta disculpas por las molestias ocasionadas.

Agradezco la respuesta, pero lamento al propio tiempo que no se explique cómo ocurrieron los hechos, de qué forma y por qué desapareció el bulto. Y tampoco se abunda en por qué es tan demorada la indemnización. Nunca es fortuito ahondar con transparencia en los intríngulis de situación tan lamentable.

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