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Esperar y esperar...

Mailyn Pentón Mendiburt, quien vive en el barrio rural de Jarao, a 12 kilómetros de la ciudad de Sancti Spíritus, cuenta lo que sufre desde el 22 de septiembre de 2014, cuando su hijo Javier Alejandro Pérez Pentón, con solo cinco años, fue internado en estado crítico en el hospital pediátrico provincial José Martí.

Allí le diagnosticaron una endocarditis infecciosa, y se coordinó su traslado para el cardiocentro del hospital William Soler, en La Habana, donde tuvo largo tratamiento, que terminó en cirugía a corazón abierto, con valvuloplastia mitral el 2 de diciembre de ese año.  

Posteriormente, estuvo hospitalizado buen tiempo en el Pediátrico espirituano. Y por su evolución no favorable y estado crítico lo remiten de nuevo al William Soler el 4 de mayo de 2015. Fue reintervenido quirúrgicamente el 1ro. de  junio de ese año, y se le realizó una sustitución valvular mitral. Ya recuperado, regresó a Sancti Spíritus, con tratamiento de warfarina sódica, a lo que el niño responde de forma inestable, con seguimiento de protrombina para determinar los niveles de acción del medicamento.

No obstante, dice, se mantiene con episodios de epistaxis y sangramientos. Y el problema es que el consultorio médico de esa comunidad rural está a siete kilómetros, por lo que requiere del traslado a los centros de salud.

Esos cuadros en ocasiones han requerido atención médica en Unidades de Cuidados Intensivos, por sangramiento abundante que compromete los niveles de hemoglobina, lo que implica transfusiones de glóbulos y plasma, además de múltiples dosis de vitamina K. Por ello ha quedado comprometida la válvula.

Lo dramático para Mailyn es que el traslado a los centros de salud se retrasa por la lejanía rural, y de difícil acceso a causa del camino en tiempos de lluvia, que se hace intransitable para las ambulancias.

Mailyn solicitó en el Gobierno municipal de Sancti Spíritus una vivienda que los acercara a las instituciones de salud en enero de 2015. Y desde entonces tienen expediente abierto. Visitan ese sitio reiteradamente y la respuesta es que el caso es conocido y analizado, pero tienen que esperar, porque existen otros casos a evaluar.

Ha escrito al Partido en la provincia, y fue citada en la Asamblea Municipal del Poder Popular, para darle la misma respuesta. En enero de 2018 pidió entrevista con el Presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, quien le dijo lo mismo: Caso conocido, pero hay que esperar, existen otros más críticos.

«¿Cuánto más tengo que esperar para que el mío sea priorizado?», pregunta Mailyn.

Sondas en falta

Perla Marina Sánchez Ortega (Panchito Gómez 23, entre Leoncio Vidal y Faustino Solís, Ranchuelo, Villa Clara) relata que su nieta de seis años tiene vejiga neurogénica, y para extraerle la orina requiere de sondas que se las entregan  en el policlínico correspondiente.

Pero desde hace cinco meses, dichas sondas están en falta, y las que tiene la familia se están agotando. Ello, precisa, es de conocimiento de varios factores del municipio, sin que haya habido una respuesta efectiva hasta hoy.

La niña ha sido intervenida quirúrgicamente en ocho ocasiones, por diferentes malformaciones congénitas. Y ha pasado toda su vida en hospitales.

«Es de mucha preocupación para la familia que ahora que se encuentra

estable y casi no visita su segunda casa, tengamos que volver a empezar a padecer, pues esto le puede producir infecciones urinarias bastante frecuentes», afirma.

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