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Complejo Lácteo depura responsabilidad en estafa

El pasado 26 de abril, Consuelo Orejas Pérez denunció aquí que el 1ro. de marzo del presente año compró una estafa al adquirir una bolsa de leche en polvo entera Matilda de un kilogramo en la Tienda Panamericana La 1ra. del Cerro, de Santa Catalina y Vento, en La Habana.

Al siguiente día, Consuelo compró allí mismo otra bolsa similar. Y como tiene una balanza digital, pesó las dos: una tenía 0,840 gramos y otra 0.825. Ninguna llegaba al kilogramo. Y ambas, en su envase, además de que indicaban el peso de un kilogramo, señalaban que fueron envasadas por la Empresa Complejo Lácteo de La Habana, Carretera Monumental kilómetro 23 y medio.

El envase no mostraba teléfono alguno ni correo electrónico para hacer una reclamación. La cliente llamó al teléfono que se indicaba allí en la tienda y vertió su queja. Al cabo de varios días recibió respuesta desde el teléfono 76836202 (supuso que era de Comercio Interior). Quien contestó, le dijo que no tenían que ver con el asunto, pues recibían las bolsas de leche en contenedores y no podían pesar cada una. Le aconsejó que fuera a la planta envasadora.

«¿Acaso tendría yo que ir hasta El Cotorro a formular mi queja?», decía Consuelo, y alegaba que a quien le pagó fue a la tienda y no a la Empresa Complejo Lácteo.

Al respecto, responde Chelenin Darias Jorge, director general de la Empresa Complejo Lácteo de La Habana, que, después de entrevistarse con Consuelo e intercambiar sobre asuntos de la denuncia, afirma que «el producto adquirido por la cliente no es de fabricación nuestra».

Y argumenta que «la envoltura, sellaje, etiqueta y corte de la bolsa no son propios de las máquinas de nuestra industria; al observarse que el tamaño original de la misma no coincide con el tamaño original de las nuestras».

Precisa que «el sellaje vertical une las dos caras del polietileno más ancho que la nuestra; por consiguiente, envasa menos producto que el normado, afectando considerablemente al cliente». Y el sellaje horizontal no muestra las ondulaciones características del propio de las máquinas de esa industria.

Además, afirma, el corte que se observa es liso y no corrugado, como el de las máquinas de esa industria; lo que indica que fue hecho a mano y con tijera. Y la etiqueta no es la oficial, pues no recoge los datos y especificaciones de la norma 108:2012, referentes a fecha de caducidad, logotipo, teléfonos para comunicarse con el productor, fecha de producción.

Tampoco el lote al que alude la etiqueta de la estafa coincide con ninguna producción de ese surtido por ellos. Y la descripción oficial del peso en las etiquetas del Complejo Lácteo se refleja en gramos (mil gramos) y no en un kilogramo.

«El producto, refiere, en ningún momento fue entregado por nuestra empresa a esa tienda en los últimos cinco meses, por lo que se visitó dicho establecimiento e intercambiamos con la gerente, la cual nos planteó que ella se encontraba recibiendo el cargo hacía menos de un mes. No obstante, planteó que revisaría los pormenores de la queja y los elementos aportados por nosotros y la cliente, pues ellos también la visitaron».

Y finalmente aclara que allí en la Empresa conservan la bolsa en cuestión y una muestra testigo de la propia fábrica, para si se desea puedan comprobarse los elementos aportados en su carta.

Agradezco la respuesta, detallada y minuciosa en elementos. Ahora solo queda que llegue la proveniente de la propia unidad, o en su lugar de la Cadena Tiendas Panamericanas.

Por otra parte, aprovecho la ocasión para reafirmar que son básicas la veracidad, precisión e integralidad a la hora de narrar en una carta el asunto central, las gestiones hechas por el ciudadano, y las entidades o funcionarios que lo han atendido o no, y sus respuestas.

También ruego que no se utilicen siglas de instituciones o entidades que no sean tan conocidas. Y, por último, insisto en que, siempre que sea posible, nuestros remitentes estampen en la misiva su teléfono, o el de algún familiar o vecino, para aclarar directamente cualquier duda en caso de que haya confusiones o vaguedades en la carta. Gracias anticipadas.  

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