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Hubo errores de información y orientación

El pasado 17 de abril, y desde la capital, el doctor Luis W. Climent Garrastacho contaba aquí que su hijo y nuera, quienes residen en Italia, les enviaron a él y a su esposa los originales de cartas de invitación y certificación de nacimiento, para que viajen a ese país en el verano. Y el envío lo hicieron a través de la agencia DHL.

El paquete estaba ya en Cuba el 3 de abril. Y como el 6 aún no sabían nada, Climent llamó a la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional de Correos de Cuba, entidad que brinda los servicios de DHL en el país, mediante una relación contractual con esta última.

Le informaron que no trabajan los sábados y domingos, que llamara el lunes 8. Eso hizo, y le confirmaron que el paquete estaba allí, pero no tenían transporte para entregarlo a domicilio; que si tenía apuro, fuera a buscarlo, pues tenían hasta mes y medio para llevarlo hasta la casa.

Aunque no entendía, pues su hijo pagó el servicio incluida la transportación hasta la casa, Climent fue a recoger el paquete. Allí, la recepcionista le dijo que los siete vehículos, más la moto del mensajero, llevaban tiempo rotas, y por eso no podían transportar los paquetes a casa.

«¿Por qué si saben que no tienen transporte para entregarlo a domicilio cobran el servicio? ¿Por qué no alertan a DHL allá para que no cobre un servicio que no se da? ¿Cómo se puede entender que todos los vehículos estén rotos a la vez y no les den solución?». Esas y otras preguntas hacía Climent.

Al respecto, responde Mario Calvo Cruz, director general de la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional, que una comisión investigó los hechos y se entrevistó con Climent. Se confirmó que hubo errores en la información y orientación oportuna por parte de la tramitadora de esa entidad que atendió al cliente, lo cual generó su insatisfacción con un servicio que es de mensajería rápida, y que incluye la entrega a domicilio en los tiempos establecidos.

«Reconocemos que, ciertamente, existen afectaciones con el transporte de nuestra Empresa, pero hemos adoptado las medidas necesarias para su reordenamiento, y asegurar la distribución de los envíos de DHL que, como en este caso, no fueron cumplidos».

Reconoce la razón al cliente, se disculpa con él y afirma que no se pudo determinar quién fue la persona que atendió la llamada y lo desinformó. Pero se hizo el análisis con el colectivo de trabajadores de esa área, refiere, y se adoptaron las medidas para que en lo adelante fluya la información que bajo registro y control se debe brindar a los clientes, lo cual incluye la promoción en los medios de comunicación y en las redes sociales de las características del servicio de mensajería, expresa.

Por los rayitos no pudo subir nota

Lisset Pedroso Díaz (calle 4ta. entre 1 y 2, Micro 1, Nuevitas, Camagüey) cuenta que su hijo, quien cursa el 11no. grado en el Instituto preuniversitario de ese municipio camagüeyano, fue a subir su nota de Matemática (89 puntos) en el examen final de esa asignatura. Y no lo dejaron entrar porque se había hecho en el pelo los rayitos, tan de moda en los adolescentes.

La madre llamó al instituto y le dijeron que está comprendida esa prohibición en el reglamento escolar. Llamó entonces a la Dirección Municipal de Educación y dijeron lo mismo. Entonces, ella explicó que el joven se había hecho los rayitos ya prácticamente de vacaciones, pensando que ya no tenía que ir más a la escuela. Pero quiso mejorar su nota.

«Pero no entienden, afirma Lisset, dicen que es un reglamento. Y como él había unos cuantos que, incluso, habían hasta desaprobado. ¿Es justo que les tronchen el futuro a esos niños por unos simples rayitos, o por un pelo pintado?».

La madre comprende que el reglamento hay que cumplirlo, pero piensa que siempre se puede  tener cierta dosis de flexibilidad, de manera que se sopese qué es lo más importante en este caso, cuando ya el curso está prácticamente concluido, y muchos de esos alumnos ya se veían en sus vacaciones, y optaron por mejorar su nota al final.

«El objetivo, señala, es formar y no destruir. Espero que me den respuesta, aunque ya mi hijo se quedó con el 89, que para sus aspiraciones no es una buena nota».

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