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¿Hasta cuándo?

Regla de la Caridad Martínez Siska (calle 73, entre 300 y 302, Matanzas) relata el laberinto en que está para que le adjudiquen la pensión por viudez, sin resolver nada. Algo así como volver al punto de partida.

Cuenta que su compañero en la vida, Jesús Martínez Verrier, quien era músico de la orquesta Sonora del Valle, adscrita a la Empresa de la Música Rafael Somavilla, falleció el 12 de diciembre de 2019, tras una leucemia, diabetes mellitus con amputación de los dedos del pie derecho e hipertensión.

Por la enfermedad, ella, que llevaba 15 años unida a él, tuvo que cesar su vínculo laboral, para cuidarlo. El 6 de enero de 2020 presentó en la empresa la solicitud para acogerse a la pensión por viudez. La entregó al especialista Consuegra, con los siguientes documentos: certificado de defunción, expediente laboral del fallecido, con 42 años de trabajo y certificado de divorcio de este, de su primer matrimonio.

«Desde entonces, afirma, ha sido un tormento. Ya ha pasado suficiente tiempo y no he recibido respuesta a mi solicitud. Consuegra alega que hubo atrasos debido a la COVID-19, pero esa epidemia comenzó en Cuba a partir del 11 de marzo: dos meses y cinco días después de mi solicitud».

Hace unos dos meses, Consuegra la citó y le dijo que ella debía llevar el expediente a la filial del Inass para su proceso, lo cual no fue aceptado, pues quien debe tramitarlo es él, a más de que estaba mal elaborado.

Volvió a la empresa, y se entrevistó con la Directora, quien le planteó que no debió haber llevado el expediente, pues corresponde al especialista. Por rutina lo revisó y detectó que no aparecía la carta de solicitud de Regla. Había otra sin fecha ni firma.

Y era que, desesperada por una respuesta a la solicitud, Regla confió en él, quien le entregó una hoja en blanco sin fecha para que la firmara. Ella preguntó para qué, y le dijo que para sacar el cálculo de los salarios devengados.

Regla visitó la empresa todas las semanas después del 6 de enero. Y cada vez que iba siempre había una excusa: que faltaba una firma de alguien, que estaban trabajando a distancia, que la COVID-19… Siempre había una justificación.

Y una vez le dijeron que Consuegra no estaba asistiendo, pues no tenía transporte. Y de allí, llamaron a este para preguntarle si tenía alguna respuesta para ella. La respuesta fue lo mismo: que le faltaba una firma. Le preguntaron dónde estaba el expediente para llevarlo a firmar. Respondió que en el archivo. Y no lo hallaron.

Tras cinco meses de espera, Consuegra llamó a Regla por teléfono y le dejó el recado de que hacía falta la demanda de divorcio del fallecido. Fue otra vez, y entonces le aclaró que lo que se necesitaba era un certificado de soltería. Ella hizo los trámites.

«Y cuando le entregó el certificado de soltería, añade, me devuelve la carta de solicitud, pues parece que la primera se le perdió; y me alega que a la carta que hiciera no le pusiera fecha ni firma. Le respondo que ningún documento se puede entregar sin fecha y sin firma».

«Con esta ya van tres ocasiones que rechazan el expediente. Primero, por problemas con los documentos. De nuevo problemas con los documentos. Y el 29 de junio, fui al Inass, donde lo esperé, pues no entendía por qué la carta no debía tener fecha ni firma. Y otra vez se lo viran.

«Estoy desesperada, dice. Ya llevo casi siete meses, no tengo vínculo laboral, y desde que mi compañero falleció no tengo ninguna fuente de entrada. Vivo gracias a mi familia que me ayuda», concluye.

¿Hasta cuándo tendrá que esperar Regla?

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