Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Joaquín Borges-Triana

Los que soñamos por la oreja

Santaclareñas toman la Casa

De sobra son conocidos los estrechos lazos que históricamente la Casa de las Américas ha mantenido con la Nueva Trova y, más en fecha reciente, con la llamada Canción Cubana Contemporánea. Como parte de la actual temporada de verano denominada Va por la Casa, la dirección de Música de la prestigiosa institución ha organizado el espacio Casa trovada y que en el presente mes de julio ya tuvo su primera emisión. Las responsables de iniciar este ciclo de conciertos fueron las villaclareñas Yaíma Orozco e Irina González, ambas participantes del proyecto la Trovuntivitis, que cada jueves en la noche reúne en El Mejunje (Santa Clara) a un grupo de muy talentosos cantautores del centro del país.

Como explicara la musicóloga María Elena Vinueza al presentar la función celebrada en la sala Manuel Galich, la Trovuntivitis ya había estado en la Casa de las Américas hace un par de años y fue entonces que surgió la idea de que Yaíma fuese protagonista de un concierto en la instalación, pero como ella e Irina llevan un tiempo realizando un trabajo juntas, optaron por la variante de enseñar al público lo que ambas vienen haciendo, desde que se animaran a musicalizar entre las dos el Poema 41 de Miguel Hernández.

A manera de breve información para quienes no conocen el quehacer de Yaíma e Irina, vale decir que la primera se inició en el ámbito de la trova como corista de sus amigos de la Trovuntivitis e impulsada por la atmósfera creativa que le rodeaba, se animó a componer sus propias canciones, en las que resulta fácil detectar la huella del son, el bolero, la canción tradicional de nuestro país y una que otra pincelada de los aires de la balada y el pop.

Por su parte, Irina es alguien con una sólida formación académica como músico, pues ha estudiado canto, dirección coral, oboe, corno inglés y en la actualidad cursa la carrera de Composición en el Instituto Superior de Arte. La vinculación de González con la trova surge a partir de su condición de multiinstrumentista y arreglista, labor que la motiva luego a crear también sus temas.

El concierto inaugural del espacio Casa trovada abarcó alrededor de 17 piezas, todas compuestas e interpretadas por el dueto de Yaíma e Irina, quienes emplearon diferentes formatos para enriquecer el espectáculo. Así, los asistentes pudimos disfrutar de duetos de voces y guitarra, piano y guitarra, piano y voz, y por supuesto, el trabajo en solitario de ambas muchachas. En sentido general, cabe afirmarse que el tono de la función fue íntimo, con predominio ideotemático de creaciones que le cantan al amor de pareja, a la naturaleza y a la amistad.

Mientras me deleitaba escuchando la propuesta de este par de villaclareñas, una vez más pensaba en lo maravilloso que para los cantautores del centro del país es tener a su disposición un sitio como El Mejunje, que les da la posibilidad de foguearse de forma constante y con ello, alcanzar un dominio de la escena y de los resortes de comunicación con el público, algo de lo que carecen muchos de sus colegas de otras regiones de la isla.

Igualmente, la presentación servía para corroborar la influencia que en una gran zona de la Canción Cubana Contemporánea ha ejercido el dúo de Gema y Pável, sobre todo en lo referido al modo de procesar los elementos procedentes del jazz y de la música brasileña, componentes que también se incluyen en la propuesta de Yaíma e Irina.

Muy llamativo me resultó el uso que ambas hicieron de la guitarra, pues no se limitaron a acompañarse únicamente en el plano armónico sino que, desde sus respectivas posibilidades, ejecutaron pasajes y frases a modo de introducciones, puentes, solos y codas. En este sentido, captó mi atención la forma en que Irina trabaja las inversiones de los acordes guitarrísticos y que, si bien poco o nada tienen que ver con la técnica «correcta» del instrumento, suenan muy bien al oído.

Entre lo más cautivante de la velada, para mí estuvieron los temas Frágil (excelente arreglo vocal), El río de tu amor, Otra canción, De soñarte y el Poema 41 de Miguel Hernández, canciones que unidas al resto de la función, hicieron de esta presentación de Yaíma Orozco e Irina González un concierto memorable.

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