Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

José Luis López

Tiempo extra

Refuerzos

El vocablo refuerzo está de moda por estos días en el ámbito deportivo cubano. Y yo le tributo mi pleno respaldo. Primero, porque dadas las actuales condiciones económicas de la Isla, el Inder está precisado a reducir el calendario competitivo de varias modalidades. Y segundo, debido a que así se mejorará mucho más el espectáculo en aras de complacer al aficionado, sin duda el gran «consumidor» de esas acciones y el más aguzado crítico.

Es válido recordar que entre los principales deportes cuyos campeonatos nacionales han sido «reforzados» tras concluir la primera fase clasificatoria, aparecen el béisbol y el fútbol —los de mayor tiempo en escena dada la cantidad de equipos que enrolan en sus respectivos torneos—, así como voleibol y baloncesto. Aunque otros de corte individual, como por ejemplo el boxeo, también han acogido esta provechosa medida, y púgiles del aval de los campeones olímpicos Robeisi Ramírez y Roniel Iglesias, de Cienfuegos y Pinar del Río, respectivamente, han competido en la final del Torneo por Equipos con otras provincias.

Como se conoce, los directores técnicos escogen los refuerzos, que provienen de aquellos colectivos que quedaron sin opciones de mantenerse en competencia. Y aunque para futuras temporadas esta iniciativa podría ser mejorada con algunas novedades, lo cierto es que ya va dando resultados positivos.

¿Ustedes se imaginan que, tras finalizar los 45 partidos de la fase preliminar de la LII Serie Nacional de Béisbol, tuvieran que emprender el retorno a casa jugadores de la talla del jardinero granmense Alfredo Despaigne, el lanzador santiaguero Danny Betancourt, el también serpentinero artemiseño Yulieski González y el torpedero holguinero Yordan Manduley, por solo citar algunos ejemplos? El pasado martes se inició la segunda fase de la LII Serie Nacional, y ellos devienen piezas clave en sus respectivos nuevos conjuntos.

También sería nefasto que, al culminar la fase de apertura del Campeonato Nacional de Fútbol —los 16 equipos participantes solo desarrollaron ¡seis partidos!—, se quedaran fuera de la etapa de clausura jugadores de buen tino con el balón como son el volante de contención santiaguero Carlos Domingo Francisco, o el delantero espirituano Ariel Martínez, integrantes de la selección absoluta que se alzó con el título en la Copa del Caribe, en diciembre pasado.

Si seguimos con el fútbol, permítanme recordarles —obviamente, salvando las distancias— que en las ligas profesionales, ciertas figuras de alto potencial competitivo pertenecientes a equipos que van quedando fuera de competencia, son cedidas «en préstamo» a otros clubes que sí se mantienen en pugna. Y sin duda no solo lo ayudan a escalar en la tabla de posiciones, sino que tributan su indiscutible colorido a la justa.

En Cuba —tal y como también ocurre en el extranjero—, existen muchos detractores de esos refuerzos, incluidos varios directores técnicos. Los tildan de figuras incapaces de defender el color de una camiseta «que no es de ellos» y que solo consiguen crearle problemas internos al timonel del conjunto que los recibe, cuando este los pone a ellos a defender una posición, en sustitución de aquel jugador que lo hizo en la fase clasificatoria. Craso error. Si fue escogido, es porque está más capacitado.

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