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Guantánamo.— En 1827 ya existía aquí un núcleo poblacional en torno al cual se vertebró «la ciudad del Valle de más luz», Palacio de Salcines. revela un censo de las autoridades españolas de entonces, en poder del Archivo Nacional de Cuba.
Para esa fecha, en la ribera occidental del río Guaso, en el punto denominado Saltadero, estaba en formación el pequeño pueblo de Saltadero, primer nombre que adoptó Guantánamo, según describe el Padrón de la región, documento consultado por el historiador Ladislao Guerra, acucioso investigador.
Esa precisión arroja nuevas luces sobre el origen fundacional del poblado capital de la provincia, que desde hace 16 años celebra la fecha del otorgamiento de su condición de Villa, el 1ro. de diciembre de 1870.
José Sánchez Guerra, historiador de la Ciudad, dijo a JR que las indagaciones siempre ubicaban el momento fundacional en la década del 20 del siglo XIX, etapa en que empezaba a notarse el impulso económico en la región por la llegada y establecimiento de colonos franceses, desplazados por la Revolución haitiana, y el arribo de comerciantes catalanes.
«Se conocía —Ladislao Guerra lo expone en su libro sobre la génesis de Guantánamo—, que Saltadero tenía las mejores condiciones para erigirse como centro de una futura población: bifurcación de caminos, abundancia de aguas, madera preciosa para construir, además de ser punto central del valle...».
Refiere Sánchez Guerra que circunstancias históricas, el empeño de las autoridades de la Isla, y el interés de personas acaudaladas fueron esenciales en la formación del poblado de Saltadero, bautizado después como Santa Catalina de Saltadero, Santa Catalina del Guaso y Santa Catalina de Guantánamo.
«Los catalanes José Rafat (creador del primer comercio) y Gaudencio Boti, abuelo del poeta Regino Eladio Boti, además de los acaudalados criollos Pedro Pérez, ascendiente de Pedro Agustín Pérez, Mayor General del Ejército Libertador, y Lorenzo Jay, aportaron terrenos y recursos para plazas, iglesia y comercios».
Sucesivamente, explica el Historiador de la Ciudad, las autoridades españolas empiezan a conceder más importancia a esta región, hasta ese entonces supeditada administrativa y políticamente a Santiago de Cuba.
«En 1828 establecen un cuartel militar con un destacamento de su ejército; en 1833 crean, en la bahía, el puerto Cerro Guayabo; en 1844 nace la primera línea de vapores entre Guantánamo y Santiago de Cuba; en 1847 es considerado Guantánamo como municipio.
«Más adelante —abunda—, en el año 1856, se inaugura el ferrocarril; el 13 de febrero de ese año se consagra la patrona Santa Catalina de Rissi, mientras que en 1860 es fundado el Ayuntamiento de una de las regiones más interesantes y atractivas del Oriente cubano», sostiene Sánchez.
