Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Por un diálogo sin condiciones con Cuba

Autor:

Luis Luque Álvarez

Eurodiputados de izquierda, de visita en La Habana, confirman su desacuerdo con la posición oficial de la UE respecto a nuestro país

«Hemos venido en un período particularmente importante, tras la consulta popular que ha tenido lugar aquí, con los debates que se desarrollan sobre el futuro, y nos interesaba venir para explicarle al pueblo y a las autoridades cubanas que, por nuestra parte, no estamos de acuerdo con la posición oficial de la UE respecto a Cuba».

Así expresó, en diálogo con la prensa en la sede del Centro de Estudios Europeos, en La Habana, Francis Wurtz, presidente del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/ Izquierda Verde Nórdica (GUE) en el Parlamento Europeo, y quien encabeza una delegación de nueve eurodiputados de ese signo político procedentes de Francia, Alemania, Grecia, Italia, Chipre, Portugal, República Checa, España y Dinamarca, de visita en Cuba hasta el 9 de febrero.

«Somos —añadió Wurtz— primeramente muy solidarios, por la formidable resistencia que Cuba ha mostrado frente al bloqueo norteamericano y contra los intentos de desestabilización del país. Luchamos por el levantamiento de las sanciones por parte de la UE, y por la apertura de un diálogo sin condicionamientos y sin tabúes en sus contenidos».

En la sede del CEE, Wurtz impartió una conferencia sobre el Tratado de Lisboa, texto destinado a sentar las pautas de funcionamiento de la Unión Europea, aprobado en diciembre por los jefes de Estado y gobierno del bloque, y ahora en proceso de ratificación en sus países integrantes.

El Tratado, añadió el eurodiputado francés, establece orientaciones económicas según un modelo liberal, lo que es quizá lo más criticado, pues pone a competir los modelos sociales de los diferentes países de la UE, pese a la gran diferencia de salarios entre ellos, de lo que resulta que se somete a competencia a los trabajadores, mientras las empresas se marchan, Europa se desindustrializa y se precarizan el trabajo y los derechos sociales.

Por otra parte, en lo estratégico, el documento sigue un modelo atlantista, enfocado en el aumento de los presupuestos de guerra, en la supeditación de la política de defensa común a la de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) —léase a los intereses de Washington— y en el «derecho» a embarcarse militarmente para preservar los «intereses y valores» de la Unión, con lo que se arriesga una militarización del bloque.

Todo esto, precisó Wurtz, estaba ya en el Tratado Constitucional —rechazado en las urnas por franceses y holandeses en 2005—; es el mismo texto con solo pequeñas diferencias, como la no mención del himno y la bandera de la UE, unos «cambios cosméticos para hacer tragar el Tratado Constitucional», según dijo el ex presidente galo y redactor del rechazado proyecto, Valery Giscard d’Estaing.

No obstante, Wurtz señaló que el GUE (compuesto por 41 eurodiputados de 13 países y 17 partidos) está convencido de que «otra Europa es posible», y que la UE es capaz de darse un modelo social a pesar de la globalización neoliberal imperante.

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