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El Sol no perdona

El cambio climático ya es apreciable por su influencia en las actividades productivas y la vida cotidiana de los cubanos

Autor:

Juventud Rebelde

En los últimos años el clima toca los extremos: lluvias intensas o sequías excesivas. El Sol no perdona: engulle goloso las frutabombas, marchita al pepino, maldice con gangrena las finas hojas del tabaco. El Sol flagela las espaldas curtidas de los campesinos aún pasadas las cinco de la tarde. Desde arriba se burla a sus anchas por la fragilidad ajena. En una especie de desagravio condona a la naturaleza y multa a los hombres. El Sol no perdona.

El cambio climático se apea de la rimbombancia académica, echa a un lado los más eruditos pronósticos y entra ya por la puerta de su casa. En cuestión de años esta especie de permuta climática «llegó y dijo», al punto de convertirse en un best seller de la noticia para cualquier medio de prensa en el mundo. Unos lo disminuyen, otros lo catapultan. La comunidad científica se contradice. La incertidumbre gobierna sobre los tiempos por venir.

Hipótesis guajiras

«Hay que estar ciego para no verlo, aquí chocamos todos los días con el cambio ese: antiguamente entrábamos al campo a las dos de la tarde, y ya no se puede porque no hay quien resista; el frijol lo sembrábamos en enero y ahora si no lo siembras en noviembre o diciembre no progresa, se pone necrótico, igual que el tabaco, el sol lo mata. A la guayaba se le cae el fruto cuando va a cuajar, no sé si por las temperaturas o porque casi no llueve. El ganado también se afecta; cuando la sequía está “encendía”, las garrapatas se comen los animales», comenta con el aval de toda una vida haciendo parir a la tierra Antonio García, campesino de Cabaiguán.

Los argumentos sobran a una docena de campesinos encuestados por Juventud Rebelde, muchos de los cuales recuerdan cómo antes se producía casi silvestre, con los terrenos apenas preparados; mientras que ahora las mismas calabazas, el pepino y los boniatos se han convertido casi en cultivos exóticos: «Las temperaturas, las plagas, no sabemos; pero el tiempo está loco».

Lo cierto es que el clima camina por los extremos, sequías o lluvias intensas y calor, esa canícula que estresa y oprime. Cauces resecos, riachuelos que se esfuman. El regadío se torna indispensable. Los ganados repelen los potreros y demandan cada vez más agua en pipa porque las vaguadas se evaporaron. Corrimiento de las estaciones. Abortos de los frutos. Huracanes intensos. Cambio climático o rebelión de la naturaleza.

Certezas de expertos

Esta papa, aunque alcanzó un buen desarrollo, muestra deformaciones atípicaspara su variedad. «Casi siempre se menciona al cambio climático para hablar del incremento global de las temperaturas que es su elemento más visible; sin embargo, el sistema climático resulta más amplio, está compuesto por factores combinados para un estado de equilibrio que se corresponde con el clima», puntualiza Miguel García, especialista principal del Centro Meteorológico Provincial.

«La actividad del ser humano parece ser el componente que está alterando este equilibrio, las acciones del hombre, quien ha modificado la concentración de los gases de efecto invernadero, que absorben las radiaciones infrarrojas, y al estar alterada esa concentración se calienta más la Tierra globalmente».

—¿La percepción popular es que los inviernos se acabaron?.

—En Cuba se hace más visible por el aumento de las temperaturas mínimas en alrededor de un grado por encima de la media. Entonces, también se eleva la temperatura promedio en alrededor de medio grado, nos exponemos a más calor durante todo el día y eso se percibe sobre todo en invierno, cuando debía hacer más frío.

—¿Existen evidencias aquí de la disminución de las lluvias y el corrimiento de las estaciones o son puras habladurías?

—En las precipitaciones hemos observado una clara tendencia a que noviembre sea más lluvioso de lo normal, mientras que mayo aparece mucho más seco, es decir, existe un corrimiento.

«Eso no es tan sencillo, tenemos que analizar la distribución anual, un año puede parecer lluvioso y las estadísticas solo estar reflejando las precipitaciones puntuales de un ciclón. Por lo general se observa una ligera reducción en los niveles de la lluvia, concentrada en eventos bien específicos, las sequías se hacen más frecuentes y prolongadas. Vivimos de un extremo a otro».

—¿Cuál es su pronóstico sobre los ciclones, porque internacionalmente las informaciones se contradicen?

—En el caso de los ciclones, las bases de datos del pasado no se corresponden con las de hoy; en la actualidad los métodos de observación son diversos y más efectivos. Se supone que el calentamiento global recaliente los océanos y como consecuencia deberían aumentar estos eventos, pero otras investigaciones basadas en las ecuaciones físicas que rigen la atmósfera aseguran que van a disminuir.

—¿Entonces nadie sabe lo que va a pasar?

—Existen ciclos en la formación de ciclones, es evidente que de 1996 para acá vivimos una época activa y si se le agrega un mayor calentamiento de los océanos, la tendencia debe ser al incremento de estos eventos, a que sean más frecuentes, intensos y destructivos.

Freddy Ruiz, experimentado meteorólogo y voz relativamente discordante en el tema del cambio climático asegura que la comunidad científica internacional se encuentra dividida al respecto: «Los procesos naturales siempre han sido cíclicos, con momentos máximos y mínimos; por eso no todo se le puede achacar al cambio climático, otros fenómenos también influyen, creo que se han exagerado sus efectos, no se puede ser tan categórico».

Emplazamientos públicos

Cuba poco engorda al cambio climático. Las emisiones de gases con efecto invernadero aquí cada vez se encogen más. Pero, como el resto del planeta, también carga sus secuelas. Las predicciones indican que a partir de 2050 en el Caribe se esperan años más áridos, eventos ciclónicos de gran intensidad y temporales de lluvias intensas, todo lo cual degradará más el suelo y los ecosistemas.

«Los que vivimos en una isla no podemos comportarnos como si viviéramos en un continente. Las altas temperaturas están afectando la agricultura y la biodiversidad. Además, reportamos altos índices de degradación de los suelos y pérdida de la línea costera. De los años 50 del pasado siglo para acá a nivel global el mar ha aumentado en 0,17 metros y para el 2 100 ya se esperan hasta 0,80 metros», puntualiza Osmany Ceballo, especialista de gestión ambiental en el territorio».

—¿Cómo se defiende una isla del cambio climático?

—Debemos hacer el mayor esfuerzo en la siembra de árboles y en el manejo de las aguas superficiales y subterráneas, sobre todo en las franjas hidrorreguladoras de los embalses, en los ríos, en defensa de las cuencas y de los mangles. De lo contrario, los suelos continuarán degradándose y los ecosistemas más frágiles, como las montañas y los deltas, perderán parte de su diversidad biológica.

El mañana se acerca envuelto en preguntas. Dicen que el Sol manda, sus radiaciones son como las matrices de todo en la Tierra. Y el Sol no perdona. Especulaciones, pronósticos, investigaciones. Y hasta un refrán que se invierte.

«Antes había un dicho en el campo: “Siembra maíz de abril y acuéstate a dormir, siembra maíz de mayo y es maloja pa’ tu caballo”. Ahora el maíz hay que sembrarlo en junio para que se dé. Todos estos procesos influyen en los rendimientos y las producciones», comenta Pedro Álvarez, presidente de la Cooperativa 13 de Marzo».

—¿Y acaso los decrecimientos productivos constituyen solo una responsabilidad de la naturaleza?

—No, el hombre es el mayor responsable porque somos una raza inteligente y tenemos que imponernos a la adversidad, hemos sido lentos en la búsqueda de soluciones. Además también influyen las chapucerías de algunos productores, tenemos que buscar alternativas e imponernos a la naturaleza..

Calentamiento inequívoco

La evaluación científica del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, 2007) concluye que el calentamiento del sistema climático es inequívoco y resulta evidente en el incremento promedio en las temperaturas mundiales del aire, de los océanos, el generalizado derretimiento de los hielos y el aumento del nivel medio del mar.

El incremento del aporte de los gases de efecto invernadero al calentamiento global probablemente no haya tenido precedentes en más de 10 000 años. Solo la contribución del dióxido de carbono constituye la mayor tasa de crecimiento en los últimos 200 años.

La Convención de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro reconoció que los pequeños Estados insulares en desarrollo (incluida Cuba) tienen características que los hacen especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático.

Por esa razón, se espera que el incremento del nivel del mar agrave las inundaciones, la erosión y otros peligros costeros; parece muy probable que los recursos hídricos entren en grave peligro; que se afecten los arrecifes de coral, las pesquerías y otros recursos marinos; las producciones agrícolas; el turismo; y hasta la salud humana con más enfermedades infecciosas y diarreicas.

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