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El programa arrocero se refuerza y extiende en el país

Este proyecto, aprobado en el año 2008, prevé llegar al 2016 con una producción cercana a la demanda nacional, que acorte las importaciones del cereal. Se labora por un mayor aprovechamiento de los subproductos de la cosecha

Autor:

Juventud Rebelde

Por cada tonelada de arroz producida en Cuba la economía nacional ahorra cerca de 1 100 dólares en su compra en el mercado internacional, pero el país importa todavía casi la mitad del que consume su población, por ser un componente imprescindible en su plato cotidiano.

Para satisfacer tan alta demanda en medio del crecimiento en espiral de los precios de los alimentos en el comercio mundial, la nación caribeña desarrolla un proyecto inversionista en aras de mejorar esa producción mediante el rescate y crecimiento de las plantaciones e incremento de los rendimientos agrícolas e industriales.

El ingeniero Lázaro Díaz Rodrí-guez, director general del Grupo Agroindustrial de Granos, del Ministerio de la Agricultura, dijo a Opciones que el Programa Arro-cero emprendido, en 1967, por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, vuelve a recuperar fuerza como «tarea muy importante y estratégica para la economía nacional».

Afirmó que, como se vislumbró hace 45 años, la Isla tiene potencial para desarrollar un plan que llegue a autobastecerla y, por consiguiente, disminuir al mínimo la compra de ese rubro en el extranjero.

El proyecto, aprobado en el año 2008, que prevé llegar al 2016 con una producción cercana a la demanda nacional, constituye un acercamiento a esos objetivos, que deberá conquistar mediante otras acciones, entre estas el aumento de los rendimientos en las áreas disponibles.

Explicó que se proponen crecer de forma ascendente, con más de 40 000 toneladas (ton)  de arroz cáscara húmeda por año y trabajan para acopiar  315 000 ton en la presente campaña, con rendimientos de 4,1 ton/ha, superior a los 3,2 de 2011.

Acciones vitales

La cosecha se incrementó por la entrega en los últimos años de tierras ociosas a tradicionales ynuevos cultivadores y el mejoramiento de los precios de compra y del servicio de la maquinaria en general, sin embargo, la industria carecía de la capacidad y la tecnología para asimilarla, igual situación presentaban los sistemas de almacenamiento de arroz cáscara seco, debido a una larga e intensa explotación, así como los molinos para la producción de arroz consumo, en su mayoría dañados.

 

Según Díaz Rodríguez, esos son los problemas que más los han perjudicados en los últimos años.  “Tenemos, un volumen de arroz cosechado y después carecemos de la capacidad industrial necesaria para darle tratamiento, y en función de una solución estamos trabajando", comentó.

 

"Por suerte, acotó, hoy rescatamos áreas arroceras con sistemas diseñados". Agregó que el país destina el dinero que necesita el programa; este año asignó 108 millones de pesos para continuar la recuperación de la industria, la infraestructura, los sistemas de riegos y otros objetivos; y hasta el 2016 están previstos más de 450 millones en  inversiones, por lo cual , laboran de conjunto con los institutos nacionales de Recursos Hidráulicos y Sanidad Vegetal, la aviación agrícola, el Ministerio de la Construcción y otros organismos constructores, el Ministerio del Comercio Interior y cadenas de tiendas del Turismo, entre otros.

El titular del Grupo Agroindus-trial de Granos argumentó que otra de las prioridades es el rescate de la producción de semillas. Este año se proponen lograr 35 000 toneladas para cultivar nuevas áreas, gestión que se reactiva a pesar del considerable deterioro que sufrió ese de-sarrollo varietal en los últimos años.

Cosecha actual

Díaz Rodríguez indicó que están enfrascados en la campaña de primavera, en el cumplimiento de la siembra; "hemos iniciado también la cosecha en Granma, con sus dos Complejos Agrícolas Industriales (CAI), Las Tunas, Camagüey, Ciego de Ávila, Cienfuegos, Sancti Spíritus y Pinar del Río, con buenos resultados en los rendimientos.

«Falta por incorporarse, agregó, un grupo de provincias como Matanzas, Artemisa y Mayabeque, que deben hacerlo en los próximos días; pero en el resto de los territorios que ya han iniciado el programa va marchando bastante bien».

Puntualizó que se afrontan algunas afectaciones, pero el plan avanza, y recordó que, por ejemplo, la presa Zaza presentaba bajos niveles de agua almacenada; «no alcanzaban -precisó- para continuar el cultivo, pero se ha recuperado y reiniciamos la siembra en Sancti Spíritus, territorio que define el volumen de arroz a cosechar por el país».

Asimismo, en Las Tunas se limpian los canales en la zona conocida como Camagüeycito. «El aprovechamiento de ese cauce, subrayó, dará vida a una arrocera con tierra suficiente en sus inmediaciones hasta ahora inexplotadas, las cuales se encuentran listas para sembrar».

Significó que a la vez que llevan adelante las inversiones, aumentan las áreas de siembra, sobre todo, con la recuperación de tierras que antes eran arroceras, las cuales tienen un buen potencial productivo que pueden contribuir a incrementar la obtención del cereal.

Expuso que 80 % del arroz cosechado procede del sector privado (cooperativistas, campesinos y nuevos productores que obtuvieron  tierras ociosas por el Decreto 259), quienes reciben mediante contrato el servicio correspondiente de las entidades estatales y venden el cereal al plan de producción nacional para su procesamiento industrial y posterior comercio a la población.

Buscar alternativas

A pesar de las inversiones que el país lleva adelante, Díaz Rodríguez reconoció que todavía la  capacidad es insuficiente para el secado industrial del arroz, por lo que solicitaron a los productores -como está establecido en los contratos-, que una parte del grano cosechado sea escurrido por vías alternativas tradicionales, expuesto al sol encima de toldo, cubierta de vivienda, carretera y otras, con el propósito de que se cumplan los compromisos de entrega a la industria.

Señaló que en el caso de la molinería disponen de las capacidades fabriles necesarias, sobre todo a partir del proceso escalonado por el cual transita el arroz tras su corte, beneficiado de inmediato en secaderos y luego almacenado tanto en silos metálicos como bajo techo y su posterior paso a la planta para descascarar.

El directivo recalcó la importancia del inicio puntual del acopio del cereal cuando su maduración entra en los parámetros de corte, pues demorar la cosecha ocasiona la súbita pérdida de su humedad, e incluso del arroz en la propia plantación. «La mayor efectividad en ese paso, dijo, es un reto que tenemos que ganar», puntualizó.

Diversificar producciones

Díaz Rodríguez refirió la diversificación de las producciones que acarrea el programa arrocero del país. Explicó que en 2011 aportaron 13 000 toneladas de subproductos del cereal para la alimentación de los animales de los planes porcinos, de sanidad vegetal, de LABIOFAM  y otros, y este año se propusieron entregar otras 15 000 toneladas.

Sin embargo, consideró que todavía en los campos se quedan otros residuos provenientes de la cosecha, entre estos el  heno de la paja de la gramínea, que elimina la maquinaria  y el cual puede ser enfardado o enrollado para usarse como fuente de fibra, especialmente en épocas de crisis forrajera, para la alimentación animal bovina.

Con tal fin, dijo que ya estudian y preparan las vías en pos de garantizar la recogida y empaque de esos derivados vegetales tras el corte de la plantación, y su cobijo en almacenes disponibles.

También estudian la siembra del sorgo en rotación entre una y otra cosecha de arroz, para tratar de sustituir 100 000 toneladas de maíz. Se trata de una planta de la familia de las gramíneas; su cosecha es clave en los sistemas de producción en Uruguay y Argentina porque ofrece plantaciones altamente productivas y adaptadas a las condiciones adversas del ambiente. Sus exigencias, similares a las del maíz, hacen que se adapte perfectamente a las condiciones climáticas de verano en Cuba.

Se hacen los proyectos a partir de la colaboración de expertos y suministros foráneos, junto a especialistas cubanos con experiencia en ese cultivo, cuyo forraje es además muy apreciable como abono orgánico de calidad para enriquecer los suelos de las arroceras.

Ante veteranos arroceros reunidos en el municipio pinareño de Los Palacios, por el aniversario 45 del inicio del Programa de desarrollo de ese rubro a partir de la convicción del líder Fidel Castro, Díaz Rodríguez aseguró que el país continuará su avance para materializar los objetivos de ese proyecto en un futuro no lejano.

El programa inversionista que se lleva adelante en los últimos años comprende 10  CAI (los dos de la provincia Granma,  y uno per cápita en Las Tunas Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Villa Clara, Matanzas, Cienfuegos y Pinar del Río, aunque el resto de las provincias también participa mediante el movimiento cooperativo y campesino, y la producción popular.

Monumento en campiña arrocera de Vueltabajo

Sobre la misma estructura y ci-mientos del secadero industrial devastado por el huracán Gustav a su paso por el occidente del país en 2008, hoy se levanta en la campiña pinareña una moderna instalación para escurrir la humedad del cereal como paso inmediato y necesario luego de su recolección en los campos.

Se trata del secadero Ramón López Peña, de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Guillermo Castillo, del Complejo Los Palacios, en el municipio de igual nombre, con sus dos torres de secado y 23 silos metálicos, cuyo montaje forma parte del programa de inversiones del sector. Esta unidad podrá recibir unas 8 700 toneladas de arroz, para satisfacer en buena medida la demanda de esa capacidad en la provincia.

Ramón Hernández, director de la UEB, explicó que la nueva planta recibirá el cereal proveniente de las diferentes granjas del Complejo Agroindustrial estatal y de las cooperativas incorporadas a ese cultivo, que luego de su procesamiento aquí se enviará como arroz en cáscara seco hacia la industria molinera del propio Complejo que asumirá la fase final de la referida producción.

La obra que se inició en septiembre de 2011, se encuentra a 75 % de su ejecución y se prevé concluirla a fines del próximo mes de junio. Mantiene la misma estructura industrial del viejo secadero de tecnología española, ahora con equipamiento de silos brasileños de última generación.

En el montaje intervienen trabajadores del CAI Los Palacios, quienes ensamblan los silos de almacenaje, mientras una brigada del Ministerio de la Construcción instala la parte de proceso, cuyos integrantes fueron capacitados y asesorados desde el inicio por especialistas brasileños, labor calificada como muy buena por el directivo pinareño.

Ahora, con capacidad para secar unas 18 toneladas por hora, la planta amplía su plantilla hasta 66 trabajadores, la mayoría con larga experiencia, residentes en poblados aledaños, quienes atenderán los tres turnos diarios de la entidad.

Tomado de Opciones

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