Anabel Del Río Viamonte y Lizbett Caballero Hernández resaltaron la satisfacción de haber concluido la compleja rehabilitación. Autor: Raúl Navarro González Publicado: 12/07/2025 | 10:05 pm
MATANZAS.— Abrieron todas las ventanas y se adosaron una pequeña linterna en la frente. Subidas en un enorme andamio de 15 metros de altura, dos jóvenes matanceras estuvieron varias semanas empeñadas en restaurar el agrietamiento moderado en el falso techo de la platea del salón principal del teatro Sauto, Monumento Nacional.
Mientras ellas retocaban partes de las pinturas de las musas que adornan la bóveda del local (sin pensar en el intenso dolor en sus cuellos), muchas personas se asustaban al verlas trabajar tan alto y desafiar el peligro de una caída.
Anabel Del Río Viamonte, licenciada en Conservación y Restauración de Bienes Muebles por la Universidad de las Artes, y Lizbett Caballero Hernández, profesora de Restauración en cultura mural, resaltaron a este diario la gran satisfacción de haber concluido, en alrededor de 15 días, la compleja rehabilitación del área.
Como matanceras, crecieron con el amor por el Sauto, dicen. La expectativa de que las labores concluyeran en tiempo generaba mucha presión, justo por la responsabilidad que descansaba sobre sus hombros, coincidieron ambas, profesoras también de la escuela-taller Daniel Dall´Aglio, de la oficina del Conservador de la Ciudad en la Atenas de Cuba.
Un trabajo similar fue ejecutado en este teatro hace seis años y, según los peritos, se repite ahora por el envejecimiento de los materiales constructivos, la alta temperatura, la humedad ambiental y el aumento de las vibraciones mecánicas y sonoras en el entorno.
La actual restauración fue aconsejada por el Consejo Nacional de Patrimonio y por varias empresas ingenieras matanceras, quienes sentaron sus pautas y recomendaron el cierre de la sala por elementales razones de seguridad.
En su reparación intervinieron la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería (Empai) de Matanzas, la Empresa Génesis; la Mipyme Guamacaro, la Filial de Investigaciones Aplicadas Matanzas (ENIA) y la CNA Sancof.
De conjunto trabajaron en el sistema de bombeo para el clima y la sustitución de tuberías y conexiones eléctricas, a la par del mantenimiento en otras áreas, como la climatización de los dos sistemas y el reparcheo de la cubierta, principalmente en la zona sobre el escenario y el laboratorio. Además, se realizó mantenimiento a las piezas de herrería y se dio pintura a las puertas y ventanas de madera.
Riguroso procedimiento
«El fenómeno de agrietamiento era bastante similar al de seis años atrás, por lo que la intervención llevaría un procedimiento meticuloso, más allá del retoque de color y estucado. Había que limpiar las zonas interiores de las grietas con acumulaciones de polvo y residuos de sales producto a la cercanía del inmueble a la bahía matancera. Después de la limpieza se procedió al velado de protección de la capa pictórica con papel japonés en las zonas más próximas a las grietas», describe Del Río Viamonte, quien con apenas 33 años de edad atesora una vasta experiencia en el rescate del patrimonio en ciudad matancera.
La grieta tenía una dimensión considerable: comenzó en el extremo más próximo al escenario, en dirección a la lámpara central, con una anchura de un centímetro que iba disminuyendo al extenderse, con pequeñas ramificaciones.
«Ese papel japonés sirve como soporte a la reintegración volumétrica, que consiste en rellenar con productos todo ese faltante de masa en la grieta (por inyección) y luego nivelar toda la superficie de la capa pictórica. Después pasamos a la reintegración de color, porque las grietas ocupaban varias zonas de la decoración. A todo eso le aplicamos productos reversibles, que facilitan mucho el respeto por el original», asegura Del Río Viamonte.
«El deterioro es un proceso inevitable: lo que podemos hacer es retrasarlo, aguantar lo más que se pueda; por ello debemos mantener un monitoreo frecuente y mantenimientos cada cierto tiempo», concluye la especialista.
Apertura esperada
A pesar de que la sala principal permaneció cerrada cerca de ocho meses a causa de esa grieta, el colectivo brindó otros servicios en el Salón de los Espejos, el portal, el lobby, la sala de conferencia y la de protocolo.
El proceso de restauración concluyó la semana pasada, y este sábado el reconocido teatro abrió sus puertas con un concierto de Jota Barrioz y su grupo, dedicado a los jóvenes y a la familia matancera.
Hacer una reapertura en las condiciones actuales, con el reto energético, logístico, de combustibles y de transportación, es complicado, pero se logró, como resalta Kalec Alberto Acosta Hurtado, director de la institución.
Se trabajó desde arriba todo el anclaje del techo, con el montaje de más de 70 tirantes de madera para sostenerlo, porque algunos estaban en mal estado; y eso conllevó fumigar en dos ocasiones las vigas de madera de pinotea.
Además, se hicieron estudios acústicos para regular los decibeles en los espectáculos, con el objetivo de proteger la instalación.
Con aspiradora se limpió mecánicamente y se extrajeron más de dos sacos de polvo acumulados en 162 años sin tocar ese espacio, y después se dio paso a las labores de restauración.
Con una parte de las tareas resueltas y otras en proceso, el Sauto está en condiciones de retomar su programación en la sala principal, en especial para satisfacer las necesidades de sano esparcimiento de nuestra población durante los meses de verano, añade Acosta Hurtado.
«El objetivo es ofrecer espectáculos de calidad, estables y variados para todos los grupos de edades, a partir de nuestras posibilidades de polivalencia», acentúa. Además, reconoce que la restauración no debe parar, por lo que ya se trabaja en la climatización de la sala principal.
Mantener este monumento patrimonial abierto al público es vital para la cultura matancera y nacional, ratifica el director, y destaca la constante preocupación de las máximas autoridades de la provincia por mantener al teatro funcional en el centro de la Atenas de Cuba.
Más de un siglo y medio de historia
El teatro Sauto abrió sus puertas en 1863. Hoy cuenta con 736 capacidades para los espectáculos. Posee tres niveles de balcones, y el piso de la platea puede elevarse para convertir el auditorio en un salón para disimiles eventos.
Famoso por su estupenda acústica, en el escenario del Sauto se han presentado grandes figuras cubanas y extranjeras, como la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, la rusa Anna Pavlova, la actriz Sara Bernhardt, el músico cubano Ernesto Lecuona, el dramaturgo y Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente, la actriz y cantante Libertad Lamarque, el bailarín español Antonio Gades, y el compositor, guitarrista y director de orquesta Leo Brouwer.
También se recuerdan con cariño los recitales de poesía de Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura, y del uruguayo Mario Benedetti.
El genial ajedrecista José Raúl Capablanca, Campeón Mundial, jugó una partida simultánea en sus salas. Ha sido sede también de extraordinarios hechos históricos; aquí se entonó por vez primera en público el Himno de Bayamo en 1899, y se firmó la constitución de los Órganos del Poder Popular en 1974.