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La Marcha de las Antorchas

Bajo la mirada escrutadora del Alma Máter, miles de cubanos bajaron la escalinata universitaria empuñando antorchas y llevando una enorme bandera que custodiaba el Frente Cívico de Mujeres Martianas. Era la luz entre las tinieblas de la Patria

Autor:

Juan Nuiry

El 28 de enero de 1953, hace 60 años, el Apóstol arribaba al centenario de su nacimiento. Diez meses antes había tenido lugar el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, el zarpazo. Se imponía la bota militar, para destituir a un gobierno constitucional, con el inmediato reconocimiento de Estados Unidos, mientras imperaba otra vez el crimen sobre el derecho y las leyes.

Martí tendría que arribar a su centenario bajo la tristeza de ver a su Patria sumida en una tiranía, mientras estaban pisoteados los principios por los que luchó y murió. Esto era una gran afrenta.

¿Cómo rendir un verdadero tributo a tan magno acontecimiento, al Apóstol de nuestra independencia, al más universal de los cubanos, al patriota, al político, al organizador del Partido Revolucionario Cubano, al antiimperialista, al Maestro, al guía? Esto era un verdadero desafío.

La idea de aquella manifestación surgió durante las visitas al compañero Rubén Batista Rubio, cuando estuvo ingresado en la Clínica del Estudiante, en el Hospital Calixto García, donde se debatía entre la vida y la muerte, luego de ser herido gravemente de bala durante el enfrentamiento con los esbirros batistianos en el acto de protesta por la profanación al busto de Julio Antonio Mella, el 15 de enero de 1953. Rubén murió días después y se convirtió en el primer mártir estudiantil de esa etapa.

En una de aquellas reuniones se acordó proponer a la dirección de la FEU convocar a los estudiantes y al pueblo en general, para realizar una marcha la noche del 27 de enero, para esperar el día del natalicio del Maestro, en la  Fragua Martiana. Cada participante llevaría una antorcha y aquel desfile se llamaría la Marcha de las Antorchas. Era la luz entre las tinieblas de la Patria.

La propuesta fue acordada por aclamación en una reunión efectuada en el Salón de los Mártires de la FEU. Los estudiantes que participamos en aquella manifestación hace 60 años, podemos afirmar que siempre primó en nuestra conducta el ideario martiano y nuestra tradición combativa, radicalizada en el proceso de lucha, bajo la dirección de José Antonio Echeverría, quien participó en aquella histórica manifestación, antorcha en ristre.

De ese modo, bajo la mirada escrutadora del Alma Máter, miles de cubanos bajaron la escalinata universitaria empuñando antorchas y llevando una enorme bandera que custodiaba el Frente Cívico de Mujeres Martianas. Todos iban hacia el lugar donde cumplió una condena el estudiante José Martí, desde el 5 de abril de 1870, con solo 17 años.

Ahí realizaba trabajos forzados, con un pico en la mano y un grillete en el pie derecho, pendiente de un cadena que venía desde la cintura, y lo obligaron a permanecer en ese sitio, conocido como la Cantera de San Lázaro. Todo ese sufrimiento lo volcó luego, con su acostumbrada brillantez, certero estilo y reveladora denuncia, en un artículo titulado El presidio político en Cuba, que publicó años después en España.

La Marcha de las Antorchas sería el homenaje del estudiantado, los trabajadores y el pueblo a la conmemoración martiana, frente a los sombríos e hipócritas actos oficiales de la dictadura.

Dentro de aquella multitud había un grupo que se  distinguía y llamaba la atención por su disciplina. Tiempo después, su organizador, Fidel Castro, expresaba: «Esos hombres desfilaron por las calles de La Habana con la manifestación estudiantil en el Centenario de Martí y llenaban seis cuadras de masa compacta».

Era la Generación del Centenario, integrada por hombres y mujeres, que meses después atravesarían la Isla de Occidente a Oriente, con magistral precisión y organización clandestina, para sorprender en heroico combate, el 26 de Julio de 1953, en los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, y hacer realidad el principio irreversible de la lucha armada.

Con su heroísmo y sangre generosa desenmascaraban la falaz posición politiquera, las fórmulas electoralistas y el corrompido pasado vergonzoso.

«Cuba, ¡qué sería de ti, si hubiéramos dejado morir a tu Apóstol!». Así expresó Fidel desde un pequeño local, el 16 de octubre de 1953, en la penúltima vista del juicio que tenía lugar en Santiago de Cuba, luego del Moncada, en su histórica autodefensa conocida como La historia me absolverá, documento raigal de nuestra Revolución en particular, y en general uno de los textos principales en la historia del pensamiento político cubano.

La unidad fue siempre prédica infatigable de José Martí, pues él conocía que constituía la fuerza invencible de los pueblos. Hoy podemos decirle al Maestro que su patria está unida, con la certera dirección de nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, bajo los principios y enseñanzas emanados del Apóstol.

Esta impresionante manifestación patriótica es la más elocuente demostración de esa reafirmación unitaria. Es un significativo y sincero presente a un nuevo aniversario del natalicio de nuestro Héroe Nacional. Unidad de un pueblo decidido a defender su soberanía, su independencia y las conquistas de su Revolución.

Si en aquel centenario martiano en desafío a la dictadura nos dirigimos al lugar donde el Apóstol sufrió los rigores de la cárcel, hoy un pueblo libre se dirige a esta Fragua Martiana para denunciar el cautiverio de cinco cubanos que lejos de la patria sufren solitaria prisión en suelo del imperio.

¡Alcemos hoy más que nunca nuestras antorchas como bandera, exigiendo libertad y justicia para nuestros hermanos!

Los estudiantes de hoy, «los pinos nuevos» herederos de nuestra heroica tradición, bajo la dirección de la FEU, enfrentan a diario nuevos retos con valor y decisión, en sus distintos frentes académicos y de lucha, teniendo siempre presente lo dicho por el Apóstol: son “baluartes de la libertad y su ejército más firme”».

Hoy se hace luz entre la luz. Más que unirse, estos jóvenes se funden en su pensamiento, pues salen de una trinchera de ideas, como la colosal batalla de ideas que libra nuestro pueblo, solidario y firme, para hacer realidad los postulados de una Revolución donde José Martí será siempre «su autor intelectual».

¡Viva hoy José Martí, en el aniversario 160 de su nacimiento! ¡Vivan su ejemplo, su vigencia y su presencia en una Patria libre y soberana!

*Juan Nuiry Sánchez participó en la Marcha de las Antorchas el 27 de enero de 1953. Palabras pronunciadas en la Fragua Martiana, en ocasión del aniversario 50 de la Marcha de las Antorchas. Aparecen recogidas en su libro Tradición y Combate: Una década en la memoria, publicado por la editorial Félix Varela.

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