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El sueño posible

Este 10 de febrero el Centro de Biofísica Médica llega a sus 20 años, en los que se ha distinguido por la excelencia de sus profesionales

Autor:

Eduardo Pinto Sánchez

SANTIAGO DE CUBA.— Cuando la década de los 80 del pasado siglo llegaba a su fin, el Comandante en Jefe Fidel Castro le presentó un nuevo reto a la comunidad científica cubana: construir en nuestro país los equipos de resonancia magnética que Cuba no podía comprar en el mercado internacional, porque para ese entonces la mayoría de estos aparatos tenían licencia o algún componente estadounidense y el bloqueo impedía su adquisición.

Un joven físico de la Universidad de Oriente, conocedor del tema por su doctorado en la antigua Unión Soviética, estaba convencido de que la idea no sería posible concretarla.

El Doctor Carlos Cabal Mirabal subió a su familia en un carro y partió con ella hacia La Habana, para tratar de ver a Fidel y convencerlo de abandonar ese propósito, porque ni los soviéticos con todo su poderío científico y económico, ni los canadienses, ni otros muchos países desarrollados habían fabricado esta tecnología.

Hoy Cabal se alegra de que aquella entrevista nunca se concretara y al regresar a Santiago reconsideró su óptica sobre el asunto.

«Por eso digo que este centro surgió más que por conocimiento, por convicción; tuvimos la suerte de que se unieran ambas cosas y además la fuerza y el empuje de la juventud, porque empezamos a seleccionar estudiantes y otros jóvenes con el desafío de no fallarle al Comandante. Así fue como el 10 de febrero de 1993 surgió el Centro de Biofísica Médica en la Universidad de Oriente», comenta el también Premio Nacional de Física 2012.

En medio del período especial, cuando los cubanos luchábamos contra los problemas de la escasez material, el país dedicó tiempo, recursos y energía para crear un centro científico, gracias a la genialidad y previsión del Comandante en Jefe.

Hitos

El logro principal del Centro en estas dos décadas es el diseño y fabricación de los primeros equipos de resonancia magnética de Imágenes en un país en vías de desarrollo.

«Cuando Fidel fundó Biofísica Médica ya estaba hecho un equipo de resonancia, validado e instalado en el hospital clínico quirúrgico Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba, por lo que no nacimos solo de una idea, sino de un resultado práctico, y para ese entonces estábamos fabricando el segundo.

«El tomógrafo de resonancia magnética es el símbolo de nuestra labor, porque contribuyó a la formación de las personas que iniciamos este sueño y a que se concretaran otros proyectos. Es la locomotora de este quehacer científico, pero también las investigaciones en la sicklemia, que son de alcance mundial», afirma el Doctor Cabal, quien dirigió el Centro durante 12 años.

Otro de los productos líderes de esta institución es el pletismógrafo digital Angiodin PD 3000 para el estudio de enfermedades vasculares y de la irrigación sanguínea en sicklémicos y diabéticos.

Este equipo médico está destinado para el diagnóstico precoz y no invasivo de las afecciones circulatorias periféricas. Tiene un diseño compacto y una elevada autonomía para la realización de pruebas hemodinámicas con el propósito de diagnosticar, entre otras afecciones, la insuficiencia arterial periférica, las micro y macroangiopatías diabéticas, la disfunción sexual eréctil por problema vascular, así como la determinación de niveles óptimos de amputación y del síndrome de la salida toráxica.

Manuel Lores Guevara, actual director de la institución, refiere que «tenemos 40 de estos equipos instalados en el sistema de salud desde el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular, hasta en el hospital rural de Chivirico, en Guamá; o en la Sala de Rehabilitación de Palma Soriano, con una utilidad probada».

El Centro de Biofísica Médica también exhibe con orgullo resultados muy favorables en el diseño e implementación de sistemas para el almacenamiento y la transmisión de Imágenes Médicas Multimodales (PACS) a partir del sistema Imagis, una red para la transmisión de imágenes.

Este sistema, que cuenta con subsistemas de módulos para la visualización, almacenamiento y transmisión, está sustentado en estudios de factibilidad y asesoría para la implementación de redes de imágenes médicas en hospitales, clínicas y centros de diagnóstico radiológico en Cuba.

«Tenemos en el país un servicio de radiología muy cercano a los del Primer Mundo, y si la comunidad médica empleara más el Imagis, esos equipos de resonancia, de tomografía, ultrasonido, rayos X y mamografía que están en los hospitales, aumentarían sus posibilidades de uso», alega convencido el Doctor Cabal Mirabal.

Sobre la importancia del uso del Imagis alerta también Manuel Lores. «Pudiera extenderse para entregar los estudios de imagenología fundamentalmente de TACS y resonancia, y para el servicio intrahospitalario de imágenes. Es que no todos hemos entendido que la transmisión de imágenes resulta crucial, porque esta tecnología es una de las más costosas e importantes por su impacto en el diagnóstico.

«Este sistema permite que cuando se haga un estudio de imagenología se pueda enviar al centro médico de origen del paciente el resultado de sus pruebas, allí donde se hizo su evaluación clínica; el Imagis facilita, además, establecer consultas entre especialistas en casos muy complejos y muchas veces el especialista más renombrado en el tema pudiera estar en Camagüey, La Habana o fuera del país, y así pudiera acceder a las pruebas hechas al paciente.

«Esa experiencia se ha aplicado en Santiago de Cuba, donde hemos interconectado el hospital provincial Saturnino Lora con el hospital general Juan Bruno Zayas; en Holguín lo hicimos con el Lucía Íñiguez, el Lenin y el hospital infantil; y también la hemos probado en Camagüey. Conocemos de otras experiencias en países del Tercer Mundo, pero no son iguales, incluso países del llamado G-20 no han desarrollado estas tecnologías», afirma el director de CBM.

La juventud y los nuevos retos

En la jornada de fundación de Biofísica Médica, Fidel se encontró en el salón de reuniones de aquel local, ubicado en la sede Antonio Maceo de la Universidad de Oriente, a un grupo de jóvenes que sin muchas titulaciones académicas habían convertido la confianza que el líder de la Revolución había puesto en la ciencia cubana, en un logro de noveles científicos.

«Pretendemos mantener la tradición de trabajar con estudiantes desde los primeros años de la carrera; los principales resultados del CBM tienen autores que eran estudiantes en el momento de su creación; en la actualidad la mayoría son doctores de los más destacados del país en diferentes ramas del saber», señala el director del centro.

«Contamos con jóvenes que trabajan hoy en nuestro centro, quienes mantienen el constante desarrollo de nuevas perspectivas sobre la base de esos mismos resultados que hemos obtenido, pero también han aparecido otras líneas de investigación», dice Manuel Lores.

Novedosos proyectos, en diferentes etapas de ejecución, vinculados a la salud, marcan la labor por estos días en esta institución de ciencia, entre los que despunta el Proyecto de Biomecánica y Rehabilitación, relacionados con la creación de un software que permita incorporar procesos de rehabilitación en pacientes con dificultades motoras.

«En colaboración con la Universidad de Oriente estamos haciendo un exoesqueleto activo para miembros inferiores y superiores, basado en la detección de la intencionalidad del movimiento a partir de electromiografía; se construye también una instalación para la rehabilitación asistida de la marcha, que implica cuantificar los errores de la marcha durante el movimiento, y obligar a que la persona corrija esos errores de una manera automática», precisa el director.

En el campo de la tomografía axial computarizada se trabaja para optimizar la dosis ionizante de radiación de los rayos X para obtener una imagen. El método permitirá que con una menor dosis de radiación ionizante se obtenga una imagen de similar calidad que la que se logra con una dosis mayor, lo que favorece la protección del paciente y del personal de salud que labora en estas áreas y el ahorro de recursos por la extensión de la vida útil del tubo de rayos X.

«En el sistema de transmisión de imágenes estamos pasando de los sistemas PACS al RIZ, que en el mundo habitualmente acompaña a los sistemas PACS para facilitar el trabajo en la radiología.

«Biofísica Médica ha tenido una historia de resultados de impacto social, humano y científico; somos una entidad económicamente independiente que está tratando de aportarle ganancias al país. Con los productos que tenemos y los nuevos que se proyectan, debemos cerrar el ciclo productivo para lograr exportar nuestros resultados», destaca Manuel Lores.

En opinión del Doctor Carlos Cabal, quien se desempeña como jefe del Grupo de Imágenes del Instituto Nacional de Ingeniería Genética y Biotecnología, al cerrar el ciclo desde la investigación, el desarrollo, la producción y hasta la comercialización, se aporta no solo al indiscutible beneficio social, sino también a lo que se espera de todos los centros científicos de la nación: un creciente aporte económico.

Ese reto está marcado por una frase del Comandante, enunciada en aquella jornada del 10 de febrero de 1993. Los fundadores escucharon las proféticas palabras de Fidel cuando dijo que los cubanos teníamos que vivir a base de la exportación de los productos de nuestro conocimiento, de nuestro talento.

Ahora el profesor Cabal, cuando camina por el polo científico habanero, observa en varios lugares la expresión junto a la foto del momento fundacional de Biofísica Médica, y recuerda orgulloso que todo empezó por el imperativo de no fallarle a Fidel.

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