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Los misteriosos habitantes de Gran Caverna

Integrantes del Grupo de Estudios Geográficos, Espeleológicos y Medio Ambientales de la Sociedad Espeleológica de Cuba establecieron campamentos de trabajo en el entorno de la Cueva de Gran Caverna para retomar investigaciones científicas

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— Los miembros del Grupo de Estudios Geográficos, Espeleológicos y Medio Ambientales (Gegem), de la Sociedad Espeleológica de Cuba (SEC), de este territorio, establecieron campamentos de trabajo en el entorno de la Cueva de Gran Caverna, para retomar las investigaciones científicas iniciadas a finales de la primera mitad del siglo pasado.

Así lo dio a conocer Eduardo Labrada Rodríguez, delegado de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, en esta ciudad, quien aseguró a JR que durante el pasado año los especialistas del Gegem desarrollaron una expedición que, junto al levantamiento cartográfico de la gruta y de su reconocimiento general, localizó evidencias de la fauna y el paleoclima —clima antiguo— del Cuaternario, depositadas en sus espacios.

Aseveró el especialista que en distintos momentos esta caverna, de gran belleza natural, ubicada en las colindancias de los municipios de Sierra de Cubitas y Esmeralda, ha sido objeto de estudios similares para desentrañar una impronta gigantesca de curiosos habitantes.

«Los fósiles encontrados prueban que el grupo de animales que aquí vivieron lo integraban numerosas jutías, monos y perezosos, que oscilaban en su tamaño. Los había desde pequeños y no mayores a un gato doméstico, hasta grandes y pesados como los Megalocnus, género extinto de animales terrestres que habitaron en las grandes Antillas en el Pleistoseno y llegaron a pesar más de 90 kg.

Labrada puntualizó que los restos prehistóricos hallados hasta la actualidad se encuentran en tres zonas del área subterránea del sistema cavernario. «Dos de ellos —insistió— en sitios relativamente próximos a las entradas de Gran Caverna, y el tercero, en un gran salón de su nivel inferior.

«En esta última zona —apuntó— se presupone que los animales cayeron al fondo de la depresión y no pudieron salir, pero los de las áreas cercanas a las aberturas fenecieron por causas desconocidas. Las huellas de largos rasguños que se conservan en las paredes del sitio donde yacen son una pista para investigar el porqué de su muerte».

La reciente excavación develó que en los estratos de este sistema cavernario se registran las huellas de una sucesión de sequías e incendios, y posteriores temporadas de lluvias intensas, las que originaron cambios climáticos que permitieron la rehabilitación del bosque deteriorado por el fuego y el estrés hídrico, y de la fauna de todo el entorno, en especial moluscos, aves y reptiles.

Gran Caverna, sin duda alguna, sostuvo Eduardo Labrada, es un inmenso monumento de la Naturaleza, que se extiende irregularmente de forma horizontal a través de más de dos kilómetros de galerías y salones, y se abre al exterior en grandes dolinas (tipo especial de depresión geológica, característica de los relieves cársicos), como la de Hoyo del Chichicate o Dolina Camagüey, mayor de su tipo conocida en la espeleología de esta región centro-oriental.

Los primeros restos fósiles de la megafauna antillana hallados en la extensa llanura agramontina, «se localizaron, a mediados de la década de 1950, precisamente en Gran Caverna», afirmó el especialista.

«En aquellas exploraciones y en ese mismo entorno se encontraron restos de ejemplares como aves zancudas —tipo de ave de patas largas— y mamíferos de menor talla», enfatizó.

Subrayó que aunque las investigaciones científicas se interrumpieron por diversos factores durante unas seis décadas se realizó una efímera en la década del 70 del pasado siglo, en la que participaron científicos cubanos, rusos y polacos. «En esa última —confirmó— se hallaron un par de cuevas a poca distancia de Gran Caverna; ambas de ricos reservorios de fósiles, de aves y mamíferos». Entre los fósiles detectados se distinguió una lechuza gigante, primer reporte de su tipo en el centro este del país, hasta la actualidad.

Durante el presente calendario los espeleólogos volverán al «parque jurásico» de Gran Caverna, para continuar develando sus misterios geológicos.

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