Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una mano joven para elegir

La presencia de los colaboradores en el período electoral es una ganancia doble para Cuba: ganan los jóvenes y el sistema político

Autor:

Susana Gómes Bugallo

Tienen mucho que decir. ¿De qué otro modo puede ser? Son estudiantes preuniversitarios y de la Enseñanza Superior y ahora desempeñan un rol clave en el sistema electoral de su nación. Por eso no pueden callarse nada. Es el momento de aprender cerca de la «acción» y de aportar todo lo que saben y sienten para que Cuba crezca en este período de elecciones generales.

Saben que su visión es necesaria. Y que este es uno de los mejores modos de ser parte activa del país en el que viven. Desde que comenzó la etapa de nominación de candidatos a delegados a las asambleas municipales del Poder Popular, los 4 281 colaboradores andan cada noche por las circunscripciones. Llevan la guía que deben completar y no dudan en comentar lo que les inquieta, señalar lo que les preocupa y preguntar lo que no saben.

A las puertas de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, un grupo de estudiantes de tercer año de esa carrera se prepara para partir rumbo a Matanzas. No es su primera vez. En lo que va de este período han participado en otras provincias occidentales, junto a los jóvenes de esos territorios. Porque tienen una preparación extra.

Han cursado las asignaturas que les explican casi todo lo que deben saber sobre el sistema electoral de su país, y eso hace que tengan mucho que opinar sobre esta experiencia. No dudan en compartirlo con Juventud Rebelde.

«Los jóvenes, en su condición de colaboradores, contribuyen también a la transparencia y la genuina participación popular durante el proceso de nominación de candidatos y el consiguiente ejercicio electoral», afirmó en entrevista a nuestro diario Tomás Amarán Díaz, vicepresidente de la Comisión Electoral Nacional.

¿Por qué no colaborar?

«Fui a Güines y allí pudimos participar de las asambleas de nominación. Observamos las cuestiones organizativas, la asistencia de la población y cómo fluyó la actividad. Creo que esto es muy importante para los jóvenes, porque los pinos nuevos son imprescindibles en cada proceso.

«Me ha hecho crecer mucho como estudiante de Derecho. He aprendido como persona y me he sentido más unida al sistema cubano. ¿Por qué no colaborar? Y hacerlo como ciudadana, más que como estudiante, para tener la experiencia de integrarme y ver cómo la participación ciudadana es transparente.

«Nosotros sentamos base con asignaturas como Teoría del Estado y el Derecho. Ya en segundo año recibimos la asignatura de Derecho Constitucional, que se encarga de las funciones del Estado, la Constitución y todo el sistema. Independientemente de que soy cubana, aprendo una visión más periférica del porqué de las cosas, de aterrizarlo a nuestro territorio y saber explicárselo a un pueblo que, a veces por desconocimiento o por no preguntar, puede tener sus incertidumbres.

«Nuestro sistema se puede estudiar por etapas. Cada una supera a la otra. Es interesante cómo se da la participación ciudadana. Todo se va preparando y es bastante integrador». (Karla Peña)

Que no se divorcien teoría y práctica

«Visité una asamblea de nominación de candidatos en Pinar del Río y cumplí con mi propósito de ver cómo el proceso se desarrollaba en base a los procedimientos que deben realizarse. Nuestro objetivo es que no se viole ningún procedimiento o derecho en la asamblea.

«La teoría y la práctica normalmente se divorcian, porque lo que debería hacerse siempre de un modo, no ocurre así. Por ejemplo, las asambleas de rendición de cuenta son la democracia directa nuestra, el modo de revocar o estar pendientes de quien nos representa. Elegimos a un representante que estará por nosotros en todos los momentos y es quien debe cumplir las expectativas ante cualquier dificultad que se presente en la comunidad, y la asamblea es el momento de los electores para enterarse y verificar lo que se hace y ver su impacto social.

«Si las personas no prestan atención a ese momento, no se solucionan los problemas, independientemente de que existan o no los recursos para cada conflicto. En las ocasiones que me ha tocado estar, se han visto personas comprometidas, pero sé que no siempre es así, y me llamó mucho la atención el dinamismo.

«El sistema electoral cubano, a mi entender, es adecuado, aunque tenga sus puntos en los que algo no funcione bien. Considero que, además de las comisiones de candidaturas, los ciudadanos deberían poder elegir a delegados provinciales y diputados, aunque no estén tan cercanos a ellos como los del municipio.

«Eso debería tratarse también: que las personas tengan un contacto más directo con aquellos a los que elegirán, para que puedan conocerlos a fondo, más allá de una biografía, sin que llegue a ser propaganda política, pero sí un acercamiento que nos permita conocerlos bien y saber lo que pueden hacer». (Dunia Caridad Robaina González)

Cualquier pueblo debe aspirar a la democracia

«No es la primera vez que estoy en un proceso de este tipo, porque en primer año fui observador de las asambleas de rendición de cuenta. Ahora no es igual, pero las funciones que desempeñamos son parecidas, porque se trata de valorar la realización de los procesos y si los electores los conocen. Las comisiones trabajaron junto a nosotros y todo se desarrolló con mucha agilidad.

«Es muy importante que los jóvenes conozcamos cómo se desarrolla este tipo de proceso porque tendremos que participar, ya sea de forma activa o pasiva. Como estudiante de Derecho, debemos conocer las leyes mejor que otras personas. Se crea una retroalimentación entre los encargados de dirigir el proceso y nosotros, que podemos corregir cualquier irregularidad para que todo funcione lo más democráticamente posible y se logren los resultados esperados, que significa mejores representantes.

«El sistema electoral cubano, como todo el ordenamiento jurídico, se basa en el poder del pueblo. Es un Estado creado para el pueblo y por el pueblo. Una de las características más importantes que lo distinguen de otro sistema es que trata de buscar la máxima democracia. Deben cambiarse algunas cosas que están atrasadas, pero funciona muy bien y somos testigos de eso. Defiende la democracia que es a lo que debe aspirar cualquier pueblo, como principio del deber ser». (Alejandro Díaz Álamo)

Un ejercicio práctico muy bueno

«Estuve en Pinar del Río y Mayabeque y pude aprender mucho, porque estudiamos Derecho Constitucional y nos acercamos así al sistema electoral cubano, pero no tuvimos contacto con las elecciones como ahora. Ha sido un ejercicio práctico muy bueno, pues constatamos cómo se realiza cada paso, cómo se elige a los nominados y qué se tiene en cuenta para seleccionar a los candidatos. En las planillas que nos sirvieron de guía se recogían aspectos que no conocíamos y nos permitieron luego consultar con nuestros profesores en la Facultad.

«Hemos podido chocar con la realidad de cómo se realiza en Cuba un proceso de elecciones. Lo mejor es la participación de las personas de modo natural. Es gente que sale de sus casas para ir a elegir a alguien de la misma comunidad que los representará en el municipio.

«En la Ley no se contempla que hablen los candidatos. Desde mi opinión, creo que en el momento de la nominación sí deberían hacerlo, porque había delegados con varias legislaturas que estaban siendo propuestos y no hablaban para que no se tomara como campaña, pero considero que podrían comentar, para conocer su gestión». (Eulicer Pérez)

Es posible que las cosas funcionen

«El proceso electoral legitimará la estructura de Gobierno que le dará curso a las políticas que se apliquen en el país. En este período electoral he participado en tres asambleas que han sido muy positivas para mí. Ha estado mucha gente humilde, a la que de verdad es necesario responder desde las altas estructuras. Es positivo porque ha estado el pueblo y la organización ha sido muy buena.

«Me ha permitido darme cuenta de que es posible que las cosas funcionen, pero hay que interiorizar que es necesario poner mucho esfuerzo para lo que necesitamos hacer. El proceso electoral en Cuba es muy importante porque atravesamos por un período muy complicado, y hay que tratar de que los nominados, y los que conformen nuestro sistema, sean aquellas personas más capaces, que realmente le darán el frente a todas las soluciones que requiere el pueblo.

«Entre las cosas primordiales, que no pueden faltar en este proceso electoral, están el sentido común y la necesidad de que hoy las cosas funcionen mejor que nunca y el pueblo cubano dé su paso al frente, como siempre lo ha hecho. Hay que interiorizar que todo se solucionará con el esfuerzo propio y no porque algún ente venga a solucionar nada.

«Son necesarios la unidad, el consenso y el mayor acuerdo sobre todas las cosas. Las discrepancias hay que canalizarlas todas en una vía común para que el proceso eleccionario se dé con éxito. Y que luego de este se lleven a cabo todos los asuntos pendientes que tiene la Asamblea Nacional del Poder Popular y el resto de las estructuras que aún deben modificar la Constitución del país». (Mariam Cordero)

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