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Ser candidato junto a Raúl

Hay que escuchar y dar tareas a los jóvenes, sostiene el ingeniero civil de las serranías Yarisandi Hechavarría Carmenatty, quien se presenta a las próximas elecciones como candidato a diputado junto al Presidente cubano

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

MAYARÍ ARRIBA, Santiago de Cuba.— A sus 29 años, Yarisandi Hechavarría Carmenatty es un buen ejemplo de que el futuro de Cuba está asegurado en manos de los nuevos.

Tiene la determinación de los de sus años y el espíritu de trabajo que le inculcaron sus padres, Nilda Carmenatty y Benito Hechavarría, ama de casa ella, y albañil reconocido él, gente sencilla del poblado de Mayarí Arriba, cabecera del serrano municipio de Segundo Frente.

Es el menor de aquella tropa de cuatro hermanos varones que llenaban de correrías y travesuras la calle Pasillo, en el corazón del pueblo, y un joven como todos. Jovial y serio, emprendedor, responsable, amante de jugar dominó, del fútbol y, sobre todo, fanático del Real Madrid, que no es igual pero es lo mismo.

Cuando el tiempo se lo permite, hasta imita a Cristiano Ronaldo en el campo de pelota del centro, donde la fanaticada mayaricera se juega la vida. «¿Que si soy bueno jugando?, ¡qué va!, realmente voy allí a correr, a mortificar a los muchachos».

Aún conserva frescos en la memoria sus días en el preuniversitario Guillermón Moncada, de La Cañandonga. Era uno de los dos varones que timoneaban un aula con matrícula mayoritariamente femenina y no era mal estudiante. Por aquel entonces pudo haberse convertido en técnico medio en Oftalmología, de no ser porque la opción quedó entre las féminas.

Vendría entonces el tiempo de elevar su estatura en el Servicio Militar General, en la Brigada de la Frontera, de donde emergió con una trayectoria destacada y consiguió, con el acceso a la Orden 18 de las FAR, otra vez la posibilidad de estudiar.

Entre una veintena de opciones en las que figuraban carreras como Estomatología, Medicina y muchas más, se decidió por Ingeniería en Construcción Civil. «Siempre estuve al lado de mi papá, que es muy buen albañil, por eso me encanta la construcción».

Así, desde que en 2014, título en mano, egresó de la Universidad de Oriente, este espigado muchacho que se renueva cada día desde la entrega, ha hecho del trabajo su fórmula de vida.

Como especialista en obras ingenieras de la Empresa Agroforestal Sierra Cristal, desde hace tres años y medio deja su huella en el entorno de su natal municipio en la construcción y reparación de viviendas, adaptación de locales y rehabilitaciones en general del sistema de la agricultura.

«Me ocupo de las inversiones: el levantamiento de las obras, los recursos, el presupuesto…, y en estos momentos estoy al frente de la ejecución del nuevo Combinado Lácteo de Segundo Frente, una obra de envergadura, pues implica la construcción de una fábrica de yogur, de helado y de queso, y un laboratorio, que es bastante grande.

«Vivimos días de mucho ajetreo, pues somos protagonistas de las transformaciones que se están gestando en el municipio, que no son pocas, y eso implica mucha consagración. Trabajamos hasta las seis o siete de la noche, incluyendo los fines de semana; en fin, el tiempo libre es escaso pero nos recompensa la satisfacción de contribuir al desarrollo de Segundo Frente».

Es este sentido de la entrega a la comunidad, su preparación y calidad humana, las que le reconocen sus vecinos, que lo eligieron desde septiembre de 2016 como delegado de la circunscripción número cuatro del consejo popular de Mayarí Arriba.

«Tengo 465 electores en dos zonas y los principales planteamientos tienen que ver con la vivienda, casas antiguas del centro del poblado, con gran deterioro en las cubiertas; entre todos iremos transformando las cosas».

De esta manera responde Yarisandi. En tiempos en que algunos, tan jóvenes como él, incluso profesionales, optan por una vida alejada del sacrificio, este mayaricero sostiene a pie de obra o en la comunidad que «a los jóvenes hay que escucharlos más, darles tareas»

Esta es la obra que levanta cada día de manera callada y constante este ingeniero civil y que él considera que no es nada del otro mundo.

Por eso, confiesa, le sorprendió que fuera una de las dos propuestas como candidato a diputado al Parlamento cubano por su histórico municipio. «Hay tantas personas valiosas en este territorio que todavía no me creo que fuera yo el propuesto».

—¿Cómo asumes el compartir candidatura con el General de Ejército Raúl Castro?

—Como un tremendo orgullo que me compromete en la certeza de que voy a hacer todo lo posible por defender mi municipio y la Revolución.

Ir siempre con la verdad, aprender de todos y adquirir la experiencia que le permita ser un mejor profesional. Son estas las expectativas que hoy envuelven a Yarisandi y también las enseñanzas que ya transmite a Thiago, su pequeño hijo de tres añitos. Escribe así su historia de joven, orgulloso de su terruño y de sus años.

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