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Huellas que no se borran  

Recordaron en La Habana el aniversario 40 de la masacre de Cassinga. Namibia y Cuba están unidas por la historia y por el presente, y lo estarán en el futuro

Autor:

Aileen Infante Vigil-Escalera

Las imágenes aún estremecen: niños, mujeres y ancianos masacrados; la escuela, los albergues, el almacén de alimentos y el policlínico reducidos a cenizas; las fosas comunes repletas de cadáveres; el terror en los ojos de los sobrevivientes. Hace ya 40 años de la barbarie que cobró la vida de más de 600 refugiados namibios en Cassinga, pero ni Namibia ni Cuba lo olvidan. Imposible hacerlo.

El 4 de mayo de 1978 fue uno de los días más oscuros de la época moderna, uno en el que se evidenció la ayuda incondicional de la Mayor de las Antillas a la causa africana, aseguró este viernes Nangolo Mbumba, vicepresidente de Namibia, durante el acto político-cultural que tuvo lugar este viernes en la Sala Universal de las FAR, para recordar la fecha.

«Y si hoy estamos aquí como namibios libres es gracias al pueblo cubano, a sus líderes y a sus cientos de hijos que cayeron por hacer realidad nuestra independencia sin pedir nada a cambio», agregó Nangolo Mbumba en el homenaje, que contó con la presencia del miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa.

A 40 años de la cruel masacre, el Vicepresidente de la hermana nación hizo extensivo el agradecimiento eterno del Presidente, del Gobierno y del pueblo namibios a Cuba, y ratificó los deseos de su país de fortalecer los lazos de amistad que han unido a ambas naciones.

En otro momento del homenaje, el general de brigada Pedro Horta Junco, jefe del Órgano de Instrucción de las FAR, quien entonces estuvo entre los combatientes que enfrentaron el ataque fascista contra el campamento de refugiados namibios en Cassinga, dijo que no olvidará nunca aquella jornada donde se mezclaron por vez primera la sangre cubana y namibia luchando contra los racistas sudafricanos que pretendían, mediante el horror, frenar el impulso independentista en la región.

Al hacer uso de la palabra, el miembro del Buró Político del Partido, general de cuerpo de ejército Álvaro López Miera, viceministro primero y jefe del Estado Mayor General de las FAR comentó que los tristes sucesos de Cassinga viven perennemente en la memoria de todos los que recuerdan el alto precio que pagó esta hermana nación por su libertad.

Namibia y Cuba —expresó— están unidas por la historia y por el presente, y lo estarán en el futuro, porque como dice un proverbio africano: las huellas de las personas que caminan juntas no se borran.

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