Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tocar la realidad, abrazar al pueblo

La calidad y el compromiso con el bienestar del pueblo centraron el interés del Presidente cubano, durante su visita gubernamental a la provincia de Holguín

Autor:

Liudmila Peña Herrera

HOLGUÍN.— «¿Cómo la pasan ustedes?, ¿bien?», preguntó el hombre de camisa remangada, altísimo y educado, acercándose al grupo de chiquillos que disipaban el calor, al filo de las 3:30 p.m. de este jueves, en la piscina del Parque Turístico José Martí, ubicado en el Valle de Mayabe.

Una decena de niños asintió con la cabeza, medio mudos por la impresión ante el sorpresivo saludo. «Ayer yo vine, y la pasé muy bien», se apresuró a decir uno de los pequeños bañistas, sin tener muy claro quién los saludaba. 

«Oyeee, ese es el Presidente», dijo en un susurro uno más avispado a sus compañeros y, mientras Miguel Díaz-Canel Bermúdez recorría el área de baño, un grupo infantil lo siguió de cerca, intentado atrapar cada detalle de la visita que, sin que ellos comprendan a plenitud todavía, acerca aún más al mandatario  a su pueblo.

Kamila Álvarez, de 11 años, solo sabe que en su mejilla quedó plasmado, como un resumen hermoso, el cariño de la Patria; Jessica Ramos (ocho años) correrá a eternizar en papel fotográfico el recuerdo de este día, y Anner González (16 años) guardará en su memoria el honor y la certeza hecha realidad de que cualquier joven cubano pueda saludar al Presidente del país.

Lo que ellos no saben es que el Jefe de Estado, minutos antes, se había preocupado por la disponibilidad de cloro y los detalles técnicos para garantizar la higiene del agua de la piscina, así como por la calidad del servicio que se presta en la otrora Casa del Campesino, rebautizada como el Guajiro Natural; y en el restaurante El Castillito, donde elogió la estética actual del inmueble y sus alrededores, en perfecta armonía con el ambiente campestre que lo circunda.

«Este es un pulmón de la ciudad, al que hay que seguir manteniendo y desarrollando. Aquí se han rescatado espacios con buen gusto, adonde puede venir la familia a pasar un buen día», advirtió Díaz-Canel.

La instalación, perteneciente a la Empresa de Gastronomía, es el resultado de un proyecto de iniciativa municipal para el desarrollo local, que, además de resultar una opción más para el esparcimiento de los holguineros, permite cubrir sus propias necesidades e invertir en nuevos empeños gastronómicos.

El Presidente cubano se preocupó por la calidad de los servicios que se prestan en la provincia holguinera.Fotos:Estudios Revolución

«Sigan pasándola bien», dijo el Presidente saludando a todo el que encontraba a su paso durante la partida hacia uno de los polígonos de la Empresa Provincial de Industrias Locales Varias, ubicado también en Mayabe. Allí constató, junto a René Mesa Villafaña, ministro de la Construcción, los esfuerzos realizados en el territorio para responder a las demandas que imponen los programas de ahorro del agua y producción de materiales para el desarrollo del fondo habitacional en nueve provincias del país. 

Conoció que en ese polígono está en fase de pruebas la elaboración de bloques para paredes divisorias, en cuyo proceso se aprovechan los desechos de plástico, incorporándolos al granito y la arena, con la finalidad de reutilizarlos para evitar que dañen el medio ambiente.

En los diferentes centros de la empresa se fabrican baldosas, elementos de carpintería, tejas de barro, tablillas para persianas; tuberías hidráulicas, sanitarias y eléctricas; y otras conexiones (codos, uniones universales, etc.), cuya calidad está certificada por el laboratorio central del Ministerio de la Construcción.

«Es preciso lograr que haya materiales todo el año. Sigan pensando, y cuando tengan algo nuevo, no se detengan; háganlo», dijo el Presidente y algunos notaron que se le asomaba, en tal sugerencia, el ingeniero que lleva dentro.

Con ese mismo interés por dar solución a las necesidades habitacionales de la nación y la insistencia por una calidad elevada en todo cuanto se fabrique, dialogó después con los responsables de la obra ubicada en el asentamiento poblacional Villanueva, donde se han terminado 1 138 viviendas que responden a diferentes sistemas constructivos: gran panel, bloque, Sandino y el tradicional. En este punto del recorrido, Díaz-Canel enfatizó en lo imprescindible de la urbanización y la solución de los problemas en los viales para entregar obras impecables.

«¿La están haciendo con áreas comunes, de servicios?», inquirió, y se sucedieron una serie de ejemplificaciones acerca de las facilidades con las que cuentan los habitantes del reparto. Entre ellas, una sucursal del Banco Popular de Ahorro, un minirrestaurante, una cafetería y dos mercados. Están concebidos en el proyecto, asimismo, una panadería, un parque y áreas recreativas y deportivas.

Desde los balcones, la gente que ya disfruta de una vivienda nueva y confortable lo saludaba agitando las manos, y algunos capturaban instantáneas con sus celulares para dejar constancia de que era verdad lo que decían: «el Presidente estaba en el barrio».

Esa misma es la gente que acude —si lo necesita— al remozado policlínico Pedro del Toro y a su sala de rehabilitación, paradas vitales dentro de la visita gubernamental del mandatario, en la cual estuvo presente también Alfredo González, viceministro de Salud Pública.

Además de saludar a los pacientes y al personal médico, recibió información acerca del servicio que prestan estas instituciones, enclavadas en el Consejo Popular de Pueblo Nuevo, donde residen más de 56 000 habitantes y la tasa de mortalidad infantil y materna se mantiene en cero.

Al despedirse, Díaz-Canel, con la mano en el hombro del director del policlínico, dejó un serio compromiso: «La población habla bien del servicio. No los defrauden».

El Presidente seguía su ruta acompañado por los máximos dirigentes de la provincia, pero la gente de Pueblo Nuevo esperaba verlo de cerca, tocarlo, escucharlo. Y allá fue, saludando a todos, preguntando otra vez por la calidad de los servicios de salud, para constatar lo que antes le habían dicho.

Entonces sí continuó rumbo al corazón mismo de la ciudad, donde los holguineros se agruparon muy cerca, para poder contar después, de primera mano, cómo entró a conocer el restaurante Constelaciones que ya está próximo a abrir; su breve parada en el icónico café Tres Lucías; la visita a unidades gastronómicas renovadas, como el Rincón de Romerías y el complejo El Mesón, frutos de exitosos proyectos de desarrollo local.

«Díaz-Canel, la gente de Sanfield te quiere. ¡Cómo no te vas a tirar una foto conmigo!», gritó una voz femenina a sus espaldas y él se volvió, cordial, y se dispuso para la instantánea. La desinhibida holguinera regresó a su casa, —como otros muchos— con el recuerdo de la primera vez que Díaz-Canel volvió a Holguín como Presidente, caminó por sus calles y saludó al mismo pueblo que todos los días se levanta para hacer la obra cotidiana de la Revolución.

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