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Cuba: No habrá límites en la solidaridad

Más de 70 cooperantes cubanos en Bahamas continúan hoy sus labores y apoyan la etapa de recuperación en esta nación, luego del paso del huracán Dorian que dejó al menos 20 muertos e incalculables daños materiales

Autor:

Alina Perera Robbio

El mundo ha podido ver las imágenes de un país arrasado tras el paso del huracán Dorian. Y Cuba, en un gesto que ya resulta natural a sus hijos, extiende su mano solidaria, lo mejor de sí, para atenuar impactos del desastre, para levantar todo lo caído que salga al paso, para ayudar a los necesitados.

A los hijos de la Mayor de las Antillas, por ejemplo, les resultan familiares y hasta consustanciales informaciones como la que puede leerse este 5 de septiembre en la página web de Radio Reloj: «La Habana, Cuba.— Los más de 70 cooperantes cubanos en Bahamas continúan hoy sus labores y apoyan la etapa de recuperación en esta nación, luego del paso del huracán Dorian que dejó al menos 20 muertos e incalculables daños materiales».

La nota ofrece más detalles: «De acuerdo con la embajada cubana en Nassau, dos días después del efecto del fenómeno meteorológico, la brigada de educadores, farmacéuticos y electromédicos de la mayor de las Antillas ratifica el compromiso solidario y desde sus puestos de trabajo brindan la ayuda necesaria.

«Los colaboradores presentes en las islas Abaco y Gran Bahamas, las de mayores daños, mantienen sus quehaceres desde las aulas y la consulta médica. El grupo de farmacéuticos cubanos aumenta las horas de asistencia en el hospital Princess Margaret de Nassau, mientras, los ingenieros electromédicos brindan sus conocimientos en el recate de equipos del hospital Rand Memorial de Freeport en Gran Bahamas».

Cuba, en palabras de su Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ofreció su colaboración al sufrido país sin demora alguna y de manera sentida, hasta donde nos sea posible, desde nuestras propias fuerzas, de país que ha vivido en carne propia los golpes y barridas de un huracán.  

En las redes pueden seguirse detalles diversos sobre la ayuda que desde otras latitudes llegarán a la nación devastada. Todo hace falta en esta hora. Todo será bienvenido. En lo que ha Cuba respecta, esta reportera que ha visto trabajar a sus compatriotas en tierras hermanas, puede imaginar cuál es y será el proceder de sus suyos: ayudan serenamente, con intensidad y rigor, sin límites.

A propósito de los hechos, la ministra de Educación de Cuba, Ena Elsa Velázquez Cobiella, publicó un tuit este 4 de septiembre: «En Bahamas hay varios colaboradores del Ministerio de Educación, los mismos están bien protegidos y dispuestos a participar en la recuperación del país».

Así sucede siempre —con maestros, y con cubanos internacionalistas y de otras especialidades—: si la nación en que están sufre una sacudida, ellos siguen allí, echando su suerte con el pueblo anfitrión.

Es una cadena de responsabilidad y de amor: Cuba no abandona a sus hijos, y sus hijos tienen por principio no abandonar a ningún semejante. Y entonces es inevitable pensar en cuánto ganaría el mundo si lo único que no tuviese límites fuese el espíritu de la solidaridad y la piedad.

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