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Apostar por una escuela diferente

En el venidero curso escolar comenzará la implementación a nivel nacional de los cambios que trae el III Perfeccionamiento. Por el camino y con el apoyo de todos, irá creciendo esa nueva escuela, ala que aspiramos

Autor:

Margarita Barrios

En septiembre de 2017 el sistema nacional de enseñanza comenzó el III Perfeccionamiento, que abarca desde la educación inicial hasta la enseñanza media superior. Antecedido por una investigación desarrollada por el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP) se inició la ardua tarea de preparar nuevos libros de texto, cuadernos de trabajo, programas y planes de estudio.

En 152 centros escolares de todo el país, los nuevos materiales fueron sometidos a constantes consultas de especialistas durante un período de experimentación por grupos que integraron años de vida de la educación inicial y grados escolares de los diferentes niveles de enseñanza.

Pero el experimento va llegando a su fin, y en el próximo curso escolar comenzará la implementación definitiva de los materiales preparados para el primer grupo de años de vida de la educación inicial y los grados primero, tercero, séptimo y décimo.

Sin embargo, lo más novedoso no es solo la actualización de los textos y programas curriculares, sino el diseño de una escuela diferente, en la cual intervengan otros agentes de la comunidad y la familia, y donde la flexibilidad esté presente en aras de lograr una preparación integral del educando.

«El Perfeccionamiento lo hemos concebido desde un currículo general, obligatorio, que le permita dar la unidad y la integridad al sistema nacional de educación, de modo que los objetivos que deba vencer un alumno de primer grado sean los mismos en cualquier provincia del país.

«Se organiza a través de un currículo institucional y se vence el objetivo por medio de un proyecto educativo que construyen los docentes, los directivos, la familia y los alumnos», explicó a JR la Doctora Silvia Navarro Quintero, directora general del ICCP.

Cuando iniciamos la investigación —recordó— había quejas sobre materias repetidas en las distintas disciplinas, programas muy cargados, a los contenidos había que darles salida en dependencia de la disciplina que se impartía y no todos estaban siempre preparados para ello.

«Realizamos estudios comparados con otros sistemas educativos, utilizamos las mejores experiencias de otros países, pero reforzando la nuestra, las tradiciones pedagógicas cubanas. Además, lo hicimos tomando como base los recursos materiales y humanos de que disponemos», subrayó.

La especialista manifestó que la escuela se organiza de manera diferente, con cursos complementarios, círculos de interés, sociedades científicas, previa conciliación con los miembros de la comunidad, con los organismos que acompañan el centro, y también teniendo en cuenta las motivaciones, los intereses y necesidades
de los niños, docentes, directivos y familia.

«Este Perfeccionamiento es la búsqueda de las alianzas y mejores experiencias de los dos anteriores y la construcción de nuevos libros, programas, planes, orientaciones metodológicas y cuadernos de trabajo que
respondan en primer lugar, a las actualizaciones de los contenidos, y en segundo lugar, a la organización, las motivaciones, los intereses que niños, familia, comunidad y agentes y agencias educativas pongan en función del proceso docente-educativo; donde el centro sea el alumno, y se ponga de manifiesto el objetivo de nuestra educación que es la formación integral de las futuras generaciones», detalló.

Al preguntarle sobre la preparación de los docentes para enfrentar esos cambios, destacó Silvia Navarro que sin la fuerza profesional calificada y preparada no sería  posible, y por ello trabajan en el proceso de capacitación.

«La superación permanente de nuestro personal es planificada en correspondencia con las características de los que imparten los programas y con la preparación de los directivos y docentes. Tenemos más de 4 000 másteres y más de 200 doctores, y otros miles en formación en todo el país, pero para nosotros más que los números cuentan las cualidades», enfatizó.

En manos del experimento

La secundaria básica Olof Palme, con una matrícula de 497 alumnos y ubicada en San Agustín, municipio capitalino de La Lisa, es uno de los centros en los cuales se prueba el III Perfeccionamiento. Su director, el máster Amaury Acuña García, asegura que ha sido un reto, «requiere un nivel de compromiso y garantía de que los profesores se involucren en cada uno de los procesos.

«Es novedoso, afirmó, si la línea de trabajo está encauzada desde lo educativo e instructivo. Incorporamos además un nuevo diagnóstico, bien fino, que incluye estudiantes, docentes, el resto de los trabajadores del centro, así como también la comunidad y la familia de nuestros educandos.

«Creamos comisiones de trabajo con la intención de medir los estados de satisfacción de cada uno de los involucrados y luego hacemos un trabajo de mesa. Fue necesaria mucha preparación para lograr ese anhelo que tenemos todos de que la escuela cubana logre esa formación integral del estudiante y tenerlos listos para los retos que impone la vida», argumentó.

—¿Y cómo lo recibieron los estudiantes?

—Es complejo, porque lo que hoy para mí es una necesidad, puede que mañana no lo sea, y lo que me interesa hoy como adolescente puede que mañana no me motive.

«Lo primero fue cambiar la mentalidad, abrir el horizonte para lograr la satisfacción del estudiante, y lograr entender cómo piensan ellos, cómo quieren que sea su escuela, cómo y qué quieren aprender.

«El currículo general hay que cumplirlo, pues nos garantiza el aprendizaje, pero están las otras actividades que realiza la escuela que son las que completan esa formación integral del educando, con actividades dentro o fuera del centro, con programas complementarios. Es una organización diferente, que requiere de creatividad, pero también de objetividad, de pensar qué se necesita y cómo podemos lograrlo», manifestó.

Para la licenciada Sania Esther Méndez Soler, jefa de 9no. grado, el Perfeccionamiento era necesario, «yo diría que se hacía ya imprescindible por la necesidad de actualizar los libros de texto, algunos editados hace muchos años, y también para ordenar la escuela de un modo diferente, que resulte más atractiva para los alumnos.

—¿Se han sentido preparados para los cambios?

—Hemos recibido seminarios. Ahora cada maestro imparte una asignatura, cuando la mayoría de los que trabajan en este centro son profesores generales integrales, así que han tenido que prepararse, pero en ese camino vamos.

—¿Qué ha sido lo más difícil?

—De la familia hemos recibido todo el apoyo. Sobre todo para la realización de los círculos de interés con personas que tienen un oficio o profesión y se han acercado a la escuela. Con ellos también recibimos apoyo para la formación vocacional.

«Sin embargo, todos los agentes y agencias no se han involucrado. Cuando experimentamos con 7mo. grado recibimos apoyo de la comunidad y de las instituciones, y en la medida que pasa el tiempo no ha aumentado, se ha mantenido estancado.

«Hay asignaturas como Geografía que tienen previsto visitas a centros productivos y a veces tenemos dificultad para cumplirlas. No todo el mundo se ha sensibilizado. En el seminario estuvieron todos, pero en realidad no ha sido como se pensaba», precisó.

Joselyn Castellanos Herrera y Yandra Rodríguez Rodríguez están en 9no. grado, así que comenzaron la secundaria junto con el Perfeccionamiento. Ambas coinciden en que la escuela está bien, se sienten a gusto, aprenden y participan en múltiples actividades que complementan sus saberes.

«Creo que tenemos un privilegio, porque contamos en nuestro centro con un nivel de tecnología que otros no tienen. Eso permite clases más entretenidas, con mayor motivación para los estudiantes.

«En mi aula tenemos un Proyecto Educativo que se llama Vamos a soñar. Hacemos encuentros de conocimientos, deportivos, excursiones y otras muchas actividades, que hacen que la escuela sea más agradable», afirmó Joselyn.

Por su parte, Yandra destacó que de los diversos tipos de evaluaciones los seminarios son los que más le gustan, «exponer el trabajo y debatirlo con los demás compañeros de clase es una buena manera de fijar los conocimientos», significó.

Ambas afirmaron que sus padres acuden con regularidad a la escuela, a las reuniones y a otras actividades como trabajos voluntarios y apoyan en lo que haga falta.

«Y las excursiones, eso es lo mejor», dijo Yoselyn. «Y no son por pasear, sino que están vinculadas con lo que estamos dando en una asignatura, un complemento muy importante», señaló.

El reto está lanzado. En el próximo septiembre comenzará la implementación a nivel nacional de los cambios que trae el III Perfeccionamiento. Por el camino y con el apoyo de todos, irá creciendo esa nueva escuela que tanto se necesita.

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