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Puente de las grandes indisciplinas

Con optimismo y sin dejar espacio a los errores, las autoridades de la capital se empeñan en controlar, entre varios más abiertos en La Habana, un evento de transmisión local en el municipio de Plaza de la Revolución, que hasta ayer reportaba  23 casos activos a la COVID-19

Autor:

Margarita Barrios

El aviso está en cada una de las calles que da acceso a la zona marcada por su alta peligrosidad de contagio. La cinta aisladora y los grupos combinados de las fuerzas del orden impiden el paso de las personas. Dentro, miles de habaneros están hoy expuestos al riesgo por la acción irresponsable de unos cuantos.

Esa es la realidad del consejo popular Puentes Grandes-Nuevo Vedado, uno de los barrios capitalinos que había transitado por la pandemia de la COVID-19 sin mayores implicaciones. De marzo a agosto solo había reportado tres casos aislados. Uno de ellos, una persona que estaba ingresada en el hospital Calixto García por otros motivos, contrajo allí la enfermedad y falleció. Los otros dos se habían infectado fuera de esa área.

Pero el 1ro. de agosto comenzó todo. El caso cero fue una joven que asistió a un bar de Miramar y ahí comenzaron los contagios. Hasta el momento de la visita de Juventud Rebelde en la mañana de este miércoles a la zona donde ocurre ese evento de transmisión local, suman 23 los casos confirmados, en un cuadrante que incluye 25 manzanas.

La doctora Zayda Moraguez Rodríguez, vicedirectora de Asistencia Médica del policlínico Puentes Grandes, explicó que continúan realizando pesquisas de toda la población del área y puntualizó que la mayoría de los casos son personas entre 20 y 28 años de edad.

«Desde aquí les hago un llamado a los jóvenes. Lo que ha ocasionado este gran problema epidemiológico ha sido la indolencia de muchachos que andaban de fiesta y piscina, sin tomar las medidas adecuadas para protegerse y proteger a los demás. Ahora están enfermos y han contagiado a sus padres y otros familiares.

«Es preciso que este hecho sirva de ejemplo, que dejen a un lado la diversión y tomen conciencia de que esta enfermedad es muy contagiosa y peligrosa, pues puede matar o dejar secuelas en quienes la padecen», subrayó.

Detrás de la cinta aisladora

El doctor Orlando Gutiérrez Boza es el delegado de la circunscripción 98, una de las cinco implicadas en esta zona de contagio, «tengo más de 1 200 electores, claro que son más los moradores porque no estoy contando a los menores de edad», precisa.

Caminando junto a él por las calles semidesiertas, encontramos a los que él denomina su apoyo, «son los actores de la comunidad, representantes de la Asociación de Combatientes, los Comité de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, el núcleo zonal del Partido. Todos son muy valiosos para mantener el orden, la disciplina, ayudar a los más necesitados, estar atentos a cada problema que pueda surgir.

«Tenemos viejitos solos, personas vulnerables por su estado físico, todos de alto riesgo, que debemos proteger de manera especial. Para ello contamos con voluntarios, jóvenes y menos jóvenes, pero que están fuertes y en condiciones de auxiliar a los más necesitados y llevarles sus mandados, medicamentos y otras necesidades. Ahora estamos organizando para que cobren su jubilación.

«Tenemos que atender a todos, y que la distribución de los alimentos se realice con el orden necesario. Lo fundamental es que estén en sus casas el mayor tiempo posible», argumentó.

En nuestro recorrido vimos en una de las calles un improvisado puesto con productos del agro. Fue colocado en un lugar abierto, para evitar los contagios.

Betty Rojas Álvarez es una de las vecinas que esperaba su turno para comprar. «Todo está bien organizado», asegura. «Vivo aquí cerca con mi hija de 13 años, ella no sale de la casa. Realizo las compras y regreso. Lo hago extremando las medidas higiénicas. Las autoridades se han tomado todo muy en serio y no tengo ninguna queja, me siento segura», subrayó.

Esfuerzos que valen oro

Las autoridades sanitarias continúan realizando pesquisas a toda la población del área.Foto:Enrique González.

Alejandro Álvarez Balcarcel, vicepresidente de la zona de defensa No.6 Puentes Grandes-Nuevo Vedado, explicó que todas las entidades que deben dar apoyo a esa zona —Aguas de La Habana, Cadenas de Tiendas,  Agricultura, Comunales— entre otros, junto a los profesionales de la Salud del policlínico del lugar y las autoridades del Gobierno y el Partido, tienen a su cargo cercar la transmisión para que no continúe su propagación hacia otras áreas aledañas.

«Es un lugar de mucha movilidad, que lo atraviesan dos vías principales, las avenidas 26 y 51. Hay quien vive de un lado de una de esas calles y tiene su bodega y otros servicios del otro lado. Por ello hemos pedido que un solo miembro de cada núcleo familiar haga las compras.

«Hay algunas personas que se nos acercan con cartas de sus centros laborales que los solicitan porque son imprescindibles, pero estamos restringiendo el permiso de salida, porque hay un alto grado de infectación y no podemos permitir que el virus se disemine más por la ciudad.

«Trabajamos con optimismo, aunque la situación es bien compleja, tenemos muchos casos. Sin embargo, contamos con las potencialidades del sistema de Salud y todas las instituciones y organismos. Y, por supuesto, el apoyo de la población. Seguimos trabajando todos unidos y estoy seguro de que vamos a vencer en esta batalla», acotó. 

Mientras, miles de personas viven en confinamiento obligatorio, otros están enfermos, ingresados, incluso con peligro para sus vidas. Es ese el saldo lamentable de una diversión que traspasó los puentes de la prudencia.

 

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