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Otra vez, y desde la alegría… gracias, Santiago

Por la provincia santiaguera ha comenzado un nuevo ciclo de visitas gubernamentales encabezadas por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez

 

Autor:

Alina Perera Robbio

«BUENOS días, santiagueros…». En el cariñoso saludo que temprano en la mañana de este jueves el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez extendió a los anfitriones de la finca La Fortaleza, pudieron advertirse la alegría y la gratitud.

 El primer sentimiento tiene mucho que ver con regresar a un territorio donde no hay montaña o calle que no ostenten historia en grande; y el segundo, porque la provincia que hace más de 160 días no tiene casos de COVID-19, atesora muchas enseñanzas que ha compartido y puede seguir dando al país.

 Desde la finca que tiene éxitos en la cría ganadera y avícola, el Jefe de Estado declaró a la prensa —a propósito de este recorrido gubernamental que abre una nueva etapa de esfuerzos cuyo pórtico ha sido la «heroica ciudad de Santiago de Cuba»— que «ya estamos trabajando y adquiriendo experiencia de toda la labor que se viene realizando en esta provincia, primero con un enfrentamiento ejemplar a la COVID-19 y, además, con una voluntad enorme para potenciar la Estrategia económica y social».

 «Esta visita, forma parte de la reanudación del sistema de trabajo del Gobierno en el país, cuando ya estamos entrando en la normalidad; por lo tanto es una visita que también va a experimentar, que va a asumir nuevos comportamientos, nuevos modos, pero estamos muy contentos de que estemos nuevamente en Santiago de Cuba, y de que podamos estar compartiendo con la población y con los protagonistas en cada una de las actividades económicas y sociales» dijo el mandatario.

Fotos: Estudios Revolución

 Por tercera vez —aunque en esta ocasión en composición reducida y con pruebas de PCR a cada uno de los visitantes que han arribado al territorio oriental— Santiago de Cuba abre un ciclo de visitas que hace posible pulsar, con los pies en la tierra, diversos indicadores de funcionamiento de una provincia. Y no es fortuito que en la agenda presidencial los cuatro primeros destinos hayan sido una finca con logros, una futura planta productora de cemento, una empresa mixta que garantiza el gas licuado de petróleo, y un centro de Toxicología y Biomedicina (escenario desde el cual también puede arribarse al Laboratorio de biología molecular).

 Todos tienen como factor común el impacto directo en el bienestar del pueblo; los cuatro lugares necesitan conectarse, para tener éxitos, con una voluntad de innovación; y resultan ser piezas importantísimas de un engranaje mayor, que debe fluir con eficiencia a partir de múltiples encadenamientos. Los cuatro representan pilares de un país, como la alimentación, la posibilidad de construir, la materia con la cual se mueve la existencia cotidiana y el cuidado de la vida.

 En el encuentro, por ejemplo, entre el Presidente cubano y la principal responsable de la finca La Fortaleza, Aida Dolz, de 70 años, asomaron ideas que dan luces sobre las improntas de trabajo que necesita la Cuba de hoy. Momentos antes de que llegara Díaz-Canel, la cubana que desde hace 25 años echa su suerte en una extensión de más de 40 hectáreas explicó a los periodistas que su mundo tiene el nombre que tiene porque habla de «la fortaleza, porque somos fuertes; esto es de mañana, de tarde, de noche, de días sin dormir…».

Más adelante, cuando el hijo de Aida, Ciro Verdecia, fue explicando al mandatario detalles del funcionamiento de La Fortaleza —recorrido mediante—, el diálogo de ambos versó sobre métodos para alimentar animales —acudiendo a los expertos para no errar— y sobre la bondad de las plantas proteicas, sobre la opción de créditos bancarios —que en este caso han funcionado muy bien—, sobre la posibilidad de encadenarse con el sector turístico, y otros conceptos.

 «Siga peleando y dando ideas», pidió Díaz-Canel a Aida Dolz. Y ella, desde su mundo ubicado en el poblado de la Guásima, carretera de Siboney, a 15 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, dio las gracias al Presidente por haberse llegado hasta «esta pequeña tierrita».

 La respuesta del dignatario no se hizo esperar: «Esta pequeña tierrita es el país». Y si no se conocen los universos pequeños, reflexionó, no podrá entenderse la totalidad de un país. Entonces volvió a la idea de producir comida en Cuba, una tarea urgente que dependerá cada vez más de nuestras propias fuerzas.

 En el itinerario de la visita gubernamental que contó con el acompañamiento de ministros y de las autoridades locales, el segundo punto de la agenda fue el espacio donde se construye la moderna planta de cemento, que si todo marcha bien podría estar terminada en 2022 y estaría ubicada en la carretera de Siboney, lista para satisfacer demandas de la región oriental, y para la exportación.

Fotos: Estudios Revolución

 La siguiente parada fue en la Empresa ELF GAS.SA, en la carretera de Mar Verde, cuyo propósito esencial consiste en el almacenamiento y envase de Gas Licuado de Petróleo y el servicio de llenado de cilindros a las comercializadoras de Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas. Allí Díaz-Canel indagó, entre otros detalles, por el número de trabajadores y sobre los incentivos para una actividad vital en la economía.

 Para cerrar la mañana, la visita gubernamental arribó al Centro de Toxicología y Biomedicina. Otra vez resultó inevitable recordar a Fidel, su creador, quien incluso pensó hasta en la ubicación física de la instalación científica.

Fotos: Estudios Revolución

 A quienes tanto han hecho por defender la vida en estos tiempos, el mandatario les comentó: «Ustedes pueden hacer un aporte importante, no solo para Santiago de Cuba, sino, además, para todo el territorio oriental, y de los resultados de ustedes también se nutre la ciencia del país».

 «Hoy todos podemos pasar a la normalidad precisamente por el esfuerzo y por los resultados que se tuvieron cuando no podíamos hablar de eso, cuando tuvimos que romper la normalidad (…) esa normalidad ahora nos exige más, ahora tenemos que ser más rigurosos en todos los protocolos», destacó.

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