Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Que el arte nos involucre a todos

Autor:

Randol Peresalas

Foto: Cortesía del entrevistado Nació en la Ciudad de La Habana en 1982, y se ha criado en el populoso municipio del Cerro. Su mundo es la plástica, y no siente el menor prejuicio por ninguna de las modalidades que esta pone a su alcance. Lo mismo pinta, esculpe, que monta una instalación, y tiene en su haber cerca de 30 exposiciones, entre personales y colectivas. Actualmente cursa estudios en el Instituto Superior de Arte (ISA), y a propósito de su más reciente muestra, CARV-Laboratorio de Arte Radio-Visual, que tiene lugar en el Poligráfico Granma, JR decide presentarlo a sus lectores.

—¿Cuál fue tu primer contacto con las artes plásticas?

—De pequeño formé parte de uno de los talleres que impartían en el museo del Cerro. Me vinculé luego con la Casa de la Cultura de ese territorio, a través del profesor Ricardo Amador, fallecido recientemente, quien fue el que me guió. Él me enseñó a hacer figuras humanas, desnudos ligeros, naturalezas muertas, y fue quien me preparó para matricular en San Alejandro. La primera vez no aprobé y fui para un preuniversitario. Luego repetí los exámenes y entré.

—¿Y una vez en San Alejandro?...

—Llegué con la idea de pintar bien y bonito. Cuando me afilié a una especialidad, la escultura, esa visión cambió. Descubrí que la escultura me daba innumerables posibilidades expresivas; me permitía, por ejemplo, vincular fotografías con el hecho escultórico, utilizar el espacio de la galería como parte de la propia obra... Son conocimientos que fui adquiriendo paulatinamente y que me mostraron al arte no como una reproducción de las cosas, sino como la necesidad de mirarlas diferente, novedosamente.

«Antes de ingresar al ISA, pasé un año de Servicio Militar en el EJT vinculado con la campaña antivectorial del mosquito. Fue una experiencia curiosa, porque me permitió conocer más a las personas, conversar con ellas e iniciar mis “investigaciones” sobre lo que pensaban del arte, sus apreciaciones, etc... Con todo eso hice una exposición que titulé Cabaña XXX Pensamiento. Estaba conformada por dibujos, hechos al carbón, porque en aquel entonces las responsabilidades no me daban mucho tiempo para crear a plenitud... Todo era pura intuición».

—¿Alguna técnica favorita?

—La escultura me atrae. Pero es muy costosa. Ahora, la técnica, en mi caso, está en dependencia de la idea. Una cosa que he aprendido es que, sí, sé hacer dibujos, esculturas, cerámicas, pero de acuerdo con la idea que tenga en ese momento, es que utilizo el soporte. El medio también es importante, pero funciona en mí según las circunstancias.

—Tu exposición, CARV-Laboratorio de Arte Radio-Visual, es un ejemplo de tu particular concepción, ¿no?

—En este caso lo que busco tiene que ver más con un «arte interactivo». Estoy explorando otras posibilidades de creación, hacer un «arte interdisciplinario», donde las barreras sean un tanto difusas, y crear otra visión de la realidad.

«Desde adolescente iba con mi papá, quien es periodista, a las emisoras de radio, y me quedaba maravillado con los procesos de difusión. Poco a poco sentí curiosidad por la locución, pero lo que yo quería realmente era hallar el modo de utilizar ese conocimiento que me brindaba la palabra viva para hacer arte visual».

—¿A qué te refieres con «arte interactivo»?

—Pienso que el arte que se haga hoy en día, y que no tenga interacción con el público, incluso con aquel que no es propiamente artista, se limita mucho. Y es que estamos hablando, por ejemplo, de globalización en política, en economía y en cultura; el arte no está ajeno a ese proceso».

—¿Qué esperas del arte?

—Como gran construcción que es, según he aprendido, debe comprender a todos. Hay que saber lo que piensan los otros: cómo han visto el arte históricamente, cómo lo pueden volver a ver, y eso solo se puede conocer mediante la interacción; que ellos mismos hagan sus aportes, que ayuden a construir una obra o un proceso artístico. El arte puede ser entendido como una gran «mentira»; sin embargo, es capaz de proporcionarnos grandes verdades, mayores incluso que algunas recogidas por la Historia... Martí decía que lo que más se parece a la verdad es el arte. En la actualidad, un arte que no involucre a todos, es un arte sin sentido.

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