Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Apuntes martianos

Autor:

Juventud Rebelde

Desde pequeña he sido muy martiana; releo constantemente la obra de José Martí, siempre encuentro algo nuevo. Y ¿saben?, lo que más disfruto son sus Cuadernos de Apuntes. Me parece algo tan íntimo, tan cercano a él: leerlos es como si se me permitiera quedarme a escondidas en su casa.

En esas páginas, hay frases que leyó alguna vez, que le parecieron interesantes, y que no deseaba olvidar. Otras, suyas, dejadas allí para cuando las necesitara.

Incluso se leen sus preocupaciones por los asuntos gramaticales:

«Ortografía

«Por lo menos, hacen falta dos signos: coma menor (,), por ejemplo: “Juntos de noche (,) Hafed, juntos de día”.

«Así indico que la pausa en Hafed ha de ser más larga que en noche: si no ¿cómo lo indico? ¿Cómo estorbo que otro pueda leer: —“Juntos de noche, Hafed, —juntos de día”, desluciendo el verso, y poniendo a Hafed en el segundo inciso, cuando quiero yo que esté en el primero?

«Y el otro signo, el acento de lectura o de sentido, para distinguirlo del acento común de palabra.

«Y otro más, el guión menor».

Hasta aquí, estas curiosidades relacionadas con la lengua.

Hay más adelante, una cuarteta, no sé si propia o ajena, que me parece deliciosa:

«El que bebe agua en tapara

Y se casa en tierra ajena

No sabe si el agua es clara

Ni si la mujer es buena».

En esa misma página se pregunta: «Por qué ha de decirse mente profunda pa. (sic) dar a entender, no que la mente es honda, sino que sabe ahondar? Dígase abismo profundo, y mente ahondadora».

Por último, una frase nacida quién sabe de cuál desagradable experiencia suya:

«Y pasa allí como con el vino que se mezcla con vinagre, —que todo se vuelve vinagre».

Nota: Quizá no lo recuerdas: sic. es un adverbio latino que significa así, de esta manera; se usa en impresos y manuscritos españoles, por lo general entre paréntesis, para dar a entender que una palabra o frase empleada en ellos, y que pudiera parecer inexacta, es textual.

Los versos aparecen con inicial mayúscula al comienzo de cada uno, a la usanza de la época, y sin signos de puntuación, como en el original. Eran anotaciones, apuntes.

La respuesta de hoy

Otros lectores envían palabras de origen africano, que muchos usan en nuestra tierra: «Hubo una época en la que los varones no llevaban el cabello largo, solo se veían unos pocos, a los que no se les cortaba hasta después de cumplir doce años. Hoy ya no parece extraño. Los consideran hijos de Shangó, y aseguran los creyentes que tienen una cruz en el cielo de la boca, y solamente debe verla quien la ha descubierto. Les dicen bambochés o bangochés».

Aché, igualmente procedente del lucumí, sinónimo de gracia, bendición, virtud.

A kun kun, poco a poco. Tómate la leche a kun kun.

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