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El disco es clave en el desarrollo de la música cubana

El Presidente del Comité Organizador de Cubadisco 2012, que comenzó este sábado y se extenderá hasta el 27 de mayo, destaca la calidad de la discografía nacional y nos pone al tanto de las novedades

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

«La discografía nacional ha mejorado sustancialmente», asegura Ciro Benemelis Durán. Al mirar integralmente a las recientes producciones fonográficas en la Isla, el Presidente del Comité Organizador de la Feria Internacional Cubadisco confiesa, en exclusiva para Juventud Rebelde, su regocijo por la calidad del empaque de los volúmenes y siente que en ello ese certamen también «ha puesto su “paletada”».

Interrogado por nuestro diario, justo al inicio de esta edición del evento, sobre qué problemas ha enfrentado el jurado con los álbumes presentados, Benemelis reconoce que las casas discográficas han trabajado con mucha seriedad. Si embargo, señala, el Comité del Premio siempre ha discutido elementos negativos que pueden lacerar esas entregas, como las malas grabaciones, las desafinaciones y los diseños y fotografías mal logrados.

Ciro Benemelis piensa que el disco es clave en el desarrollo de la música cubana. «Hay que otorgarle al fonograma la importancia que tiene. No nos quedamos en el concepto de que es la música popular bailable la que más se escucha, sino que vemos todos los géneros, desde la música clásica hasta la hecha para niños, el pop, la fusión, el rock, el hip hop…

«El hecho de contar con el Premio Cubadisco ha contribuido a resaltar los valores en otras zonas de nuestra sonoridad, aunque algo nos puede faltar, porque no somos perfectos. Hemos tratado de que haya una actitud ecuménica en la representación de nuestro panorama sonoro».

—¿Qué importancia ha tenido el segmento competitivo Cubadisco en el desarrollo de la discografía nacional?

—El evento en su conjunto, y especialmente el premio que concede, han sido un incentivo. Sí que ha contribuido al desarrollo de la discografía nacional, porque en los inicios el diseño no era como ahora, y tampoco abundaban las notas discográficas ni las musicológicas, que se dan a partir de una investigación.

«En la medida en que las categorías han ido surgiendo, estos elementos se han perfeccionado. Porque cuando Cubadisco da un premio, mira la integralidad del álbum.

«Tenemos el caso de la discografía para niños, un área hacia la cual, a excepción de las grabaciones hechas por la EGREM a propósito del Festival Cantándole al sol, no se miraba. Hoy hemos abierto un apartado para ello. Igual ha sucedido con la música campesina.

«Además, en cada edición tratamos un tema que nos permite exponer elementos que se desconocen sobre manifestaciones como la rumba, el son, o sobre instrumentos como la guitarra o el tres, entre otros.

«Pero nuestra mirada a la música nacional ha ido más allá y nos han quedado experiencias como esa que se celebró en 2002, las cuatro décadas de la Escuela Nacional de Arte, donde participaron algunos de esos estudiantes que hoy son grandes músicos.

«También nos ha quedado aquel récord de El son más largo del mundo, que en la edición de 1997 duró 110 horas. Luego lo repetimos e incluimos a todas las provincias. El son de Leo, ese tema de Leo Brouwer, fue el escogido para vincular a los grupos en cada territorio. El pasado año en Santiago de Cuba realizamos algo similar cuando se dedicó el evento al son, y al tres como instrumento paradigmático de la música popular.

«Fomentamos la presencia de artistas extranjeros desde la edición de 1998. Han estado aquí representaciones de España, República Dominicana, Brasil, Alemania, México, China, Japón y Puerto Rico; con este último tuvimos una excepcional edición, a la que asistieron cultivadores de la música y artistas de la plástica. Este año es la región mexicana de Veracruz la agasajada, con la que tenemos un vínculo cultural significativo».

—El evento propone un programa artístico y teórico que se sale de lo meramente discográfico. ¿Sobre qué bases se concibe?

—Siempre insistimos en que Cubadisco no pierda su impacto social. De manera que el evento ya sobrepasó el disco. Eso quiere decir que hay una programación de lujo. Se comienza con la Orquesta Sinfónica Nacional, que tradicionalmente participa en los conciertos de apertura y clausura. Esas presentaciones están conectadas al tema central del evento.

«Está representada en esa programación la música de cámara, la bailable, la tradicional… Lo que pasa es que el premio es el punto clímax dentro del evento».

—Cubadisco, desde el nombre, encierra el concepto de feria fonográfica que fue. ¿Qué razones impiden que lo sea ahora?

—No hemos hecho la Feria en el Pabellón Cuba porque no estamos en condiciones, aunque la retomaremos. La asistencia de las casas discográficas extranjeras, cuando decidimos no abrirla, no era como nosotros hubiéramos querido. Pienso que las casas nacionales tampoco daban ese apoyo que queríamos.

«¿Qué pasaba antes? Cuando empezó el certamen existían miles y miles de casetes, que se vendían en moneda nacional, porque en Cuba sí había muchas caseteras. En nuestra feria se vendían esos soportes y allí estaban grabados los mejores títulos.

«Pero en esa época la venta de discos compactos en moneda nacional (MN) era ínfima. Ahora ya se expenden algunas producciones en MN, aunque la cifra aún no es suficiente. Sueño con que un día, no muy tarde, podamos vender todo en nuestra moneda.

«También hay que tener en cuenta que la producción de estos volúmenes tiene un costo en dólares que es necesario rescatar. Entiendo todas las posiciones. Sin embargo, creo que para hacer una fiesta fonográfica, para mantener el concepto de feria, podríamos decir que va a haber una cantidad de discos en CUC, pero otra mayor en moneda nacional».

—El certamen ha abierto el espectro en sus inscripciones a las producciones «independientes». ¿Cómo miden términos como calidad y tecnología?

—Ahora se presentaron 60 producciones de ese tipo, de las más de 200 propuestas recibidas, y que nosotros les llamamos «independientes» o «alternativas». Siempre les exigimos un buen empaque. ¡No un CD «quemado»! Un empaque en la grabación, en la mezcla y en la masterización.

«Todo esto se hace en un pequeño estudio y los grandes músicos cubanos, con algunas excepciones, tienen el suyo propio. Pero además, con excelentes grabadores y técnicos que se dedican a producir estos CD.

«Este trabajo pudiera figurar entre las ocupaciones por cuenta propia; para la cultura vendría muy bien eso.

Incluso en esta ocasión se inscribieron algunos DEMO (maqueta grabada de muestra) que no fueron aceptados por sus diseños poco favorables; incluso a algunos se les dio la posibilidad de re-presentarlo, si mejoraban este aspecto.

«Porque nuestras casas discográficas no pueden asimilar toda la producción que se gesta actualmente en la música cubana. Por supuesto, estas grabaciones independientes seguirán creciendo.

«Como ha dicho Leo Brouwer: “El sonido se pierde en el mismo instante en que se produce”. Lo que no se graba no se atesora, y como ha explicado Silvio, una grabación significa para un músico garantizar la posteridad».

—¿Por qué dedicar el evento a la guitarra?

—Es un instrumento paradigmático en nuestra música popular, también en la clásica, y ahí están presentes Isaac Nicola, Jesús Ortega, Leo Brouwer y otros. Precisamente tenemos ese privilegio de que Brouwer sea nuestro Presidente de Honor y sus ideas nos han ayudado mucho.

«Convocamos a participar en el Concurso Nacional de la Guitarra Popular Acompañante porque nos dimos cuenta de que hacía falta, de que teníamos una tradición allí. El concurso tiene tres etapas: la provincial y la regional, que ya terminaron; y la final, que va a sesionar del 22 al 24 de mayo en la Casa del Alba Cultural, donde intervendrán cinco concursantes.

«Motivados por este concurso, Eduardo Martín y el Guajiro Miranda organizaron un taller de tres meses y una competencia interna que sesionaron en el Instituto Superior de Arte. Por esa institución pasaron Marta Valdés, Rey Montesinos, Pedro Luis Ferrer, Yusa, Chicoy y Radamés Giro, entre otros.

«Porque la guitarra acompañante es un concepto. Todos recordarán a Elena Burke acompañada de Froilán Amézaga, o a Omara Portuondo seguida de Martín Rojas.

«Para el año próximo Cubadisco tendrá como tema fundamental La música de concierto y los jóvenes, y lo dedicaremos al violín».

—¿Qué novedades trae Cubadisco 2012?

—Esta vez hemos concebido dos galas de premiaciones, porque aumentaron sustancialmente las categorías del Premio Cubadisco. Ambas tienen al teatro Karl Marx como escenario.

«Tendremos el segundo Campeonato Internacional de Pie Forzado, que dirige el maestro Alexis Díaz Pimienta, y se desarrollará en la Casa del Alba cultural. Allí asistirán participantes de alrededor de ocho países.

«Habrá además una amplia presencia de artistas foráneos, quienes ofrecerán conciertos, como el gran guitarrista brasileño Yatmandú Costa, el arpista y violinista paraguayo Carlos Reyes; y de Alemania nos visita la Orquesta de Guitarras de Baviera, con su director Walter Abt.

«Departirá con nosotros una amplia representación de Puerto Rico, con Tony Mapeyé y su grupo al frente; y de Italia, el cantante Giannluca Gringnanni, muy conocido por la juventud».

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