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La psicodélica marca de Qva Libre

Con un acentuado matiz del legado musical cubano en su hacer, la banda capitalina, que irrumpe en la escena melódica nacional, decide develar su fórmula a los ciberlectores de JR

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

La receta Qva Libre tiene tantos ingredientes como la misma diversidad de géneros que fusionan al hacer música. Estos jóvenes son empíricos en conocimientos académicos, pero con mucha «bomba» creativa. Ellos toman de orquestas de la música popular bailable criolla y de reconocidas voces de nuestro país.

Toman «de toda la mejor biblioteca de la música cubana», como comentó Carlos Díaz, líder de la banda, a Sandra a través de la Redacción Digital de JR en ese sustancioso diálogo on line que por más de dos horas dedicó a nuestros lectores, acompañado del cantante Miguel Ángel Ramos.

Sandra quiso «hurgar» en aquellos momentos iniciales de Qva Libre, cuando el rock predominaba en sus actuaciones, y el porqué de esa evolución sonora. «¿No han sentido rechazo del público roquero más conservador? ¿Han ejercido Interactivo y Habana Abierta algún tipo de influencia en su trabajo?», tecleó la ciberlectora.

Al responderle, Carlos reconoció los inicios metaleros de la banda. De hecho, aseguró, «su nombre anterior era Amnesia. Se creó con la idea de fusionar los géneros de la música cubana con el rock. Desde el comienzo esa idea no le llamó la atención a los conservadores del género, aunque seguimos en la búsqueda de la experimentación. Es cierto que han quedado algunos seguidores en el camino, pero en cambio ganamos la Isla entera para sa-tisfacción nuestra y alegría en nuestros corazones».

Asumieron la fusión y ensayan en ese laboratorio que se llama Qva Libre. No son músicos de escuela y eso los ha llevado a aprender por el camino. Afirman que han descubierto una «fórmula rica en proteínas» y «saludable para mover el cuerpo», una propuesta que despierta el interés de un público tan exigente como lo es el cubano.

Una mixtura entre Van Van, Irakere, la banda Meteoro y Son 14 en el son, así como la influencia de cantantes como Benny More y Vicentico Valdés, se cuentan entre los referentes de estos jóvenes que marcan su diferencia de grupos contemporáneos y cultores de la fusión como Interactivo y Habana Abierta.

Precisamente a Alicia le resultó significativa esa mezcla que el grupo obtiene entre la música tradicional y la popular actual, con la cual logran comunicarse con sus seguidores. Carlos Díaz le explicó que hacen en el escenario «un coctel Molotov directico a la cintura. Ha sido una suerte y un trabajo de varios años conectar con el público. Ahora nos regocijamos de lo que hemos logrado».

Bob les exhortó a que sigan fusionando, pero le preocupa que pierdan la ruta estética: «Ahora tienen un tema con Los Desiguales, después con el Yonky y después ya: reguetón, timba... Es una lástima», sentenció.

A Carlos Díaz le pareció que Bob está un «poco prejuiciado». Si conoces bien nuestra música, le contestó, «te darás cuenta de que es como en muchos países: sin fronteras. No se trata de reguetón, merengue, cumbia, salsa u otro género, sino de todos mezclados en uno solo, el fonkytón. Así bautizamos a nuestro estilo, que si te habrás percatado, ha funcionado de maravillas».

Por su parte, el vocalista Miguel Ángel Ramos le reiteró a Bob que la banda siempre sonará a Qva Libre. «Nunca vamos a perder la esencia. Tratamos de dar lo mejor en cada canción. “Hay que navegar con la marea”, pero nunca nos venderemos a ningún género. Siempre es-taremos a la vanguardia y nos mantendremos fusionando».

Fue el concierto que ofrecieron el pasado 30 de marzo en la Escalinata de la Universidad de La Habana un ejemplo del concepto artístico enarbolado por Qva Libre. Esa velada devino el «despegue» de un periplo nacional que los lleva a hacer escala en las universidades de cada provincia. Con él saludan el VIII Congreso de la FEU, previsto para junio venidero.

Canciones pertenecientes a los álbumes Resistencia y reciclaje y Viva Qva Libre (Bis Music), así como a La psicodélica estelar —esté último en fase de posproducción—, se escuchan en cada parada.

Mensajeros de lo auténtico

Pedro Luis Ramírez Pérez es uno de esos melómanos que consume géneros que promuevan el intelecto, la cultura y el buen entendimiento entre los seres humanos. Con 40 años, este usuario consideró que Qva Libre constituye un proyecto cultural que va más allá de la música, ya que «sus sombreros podrían catalogarse como hecho cultural nacional. Es una verdadera muestra de lo mágica y hermosa que resulta nuestra Isla».

Hay una pretensión en estos artistas: darle al público, además de una música sabrosa para bailar y disfrutar, «la oportunidad de diferenciar los valores estéticos y artísticos de lo que no lo tiene. Hacemos un puente entre lo cultural y el lenguaje urbano que maneja la juventud hoy en día y, en general, la sociedad.

«No nos consideramos tampoco muy profundos en los textos como es el caso de la trova o la canción, y más aun diciéndote que nuestro mensaje más profundo está más en el concepto audiovisual y la proyección en directo de la banda, ya que la música de Qva Libre es multicolor, como mismo nuestra imagen, con muchos matices y géneros entrelazados, formando parte de una columna vertebral. También, tratamos de rescatar la inocencia y el sonido de la música de los años 70 y los 80, haciendo homenaje a agrupaciones como Van Van, Irakere, KC and The Sunshine Band; Earth, Wind and Fire y toda la música de esos tiempos», expresó el líder del grupo musical.

Con el ánimo de indagar profundamente en sus integrantes, Bonitawendy hizo todas las preguntas clásicas de una fan de Qva Libre. Destacó que en los medios se ofrece escasa información general so-bre el grupo, «pero queremos detalles de sus integrantes y de sus actuaciones».

La música de esta agrupación, dijo Carlos Díaz, va dedicada en esencia a las mujeres, «que son la razón de ser de la vida. De hecho, te darás cuenta de que eso se nota en todos nuestros conciertos. Con respecto a las presentaciones en otros lugares, te puedo informar que nos mantenemos en el Café Cantante (Teatro Nacional) todos los miércoles, en la matiné de 5:00 p.m. a 11:00 p.m. A partir del viernes 27 de abril estaremos en la Casa de la Música de Galiano, desde las 11:00 p.m. y será por todas las semanas», anunció.

Amén de que hace ya rato que clasifica en la categoría de «puro», Carlos Gutiérrez se aventuró a catalogarlos como uno de los mejores grupos musicales «que hay en Cuba en estos momentos». Carlos Díaz quiso responder con una frase popularizada por la banda Meteoro en los míticos años 80: «“Hay que desmayar al que se pase de rosca”. Qva Libre es para todo el mundo».

Más allá de la Web

Inusitada, aunque bien recibida, fue la llamada de la profesora de economía Inés Vega, de Santiago de las Vegas, quien se comunicó con nuestra Redacción Digital al no contar con un correo electrónico propio. «Ojalá vea un día en la televisión un merengue, en vez de un sombrero parecido al del tío Sam», comentó la educadora a Carlos Díaz.

Díaz le explicó que cada cual interpreta el arte desde su perspectiva, y le reiteró que «el nombre de nuestra agrupación es Qva Libre y nuestra música es netamente cubana. Llevamos el espectáculo al escenario».

En cuanto a los sombreros, el músico apuntó que la idea de utilizarlos no es solo de ellos, se usan en el teatro y el cine. Precisamente los sombreros espectaculares del personaje principal de una película, devinieron inspiración para la banda.

Otra de las escenas sui géneris de esta conversación fue la protagonizada por Glenis Garcés, estudiante de tercer año de Periodismo. Ella se enteró de la entrevista on line y aprovechó para concertar una con Carlos Díaz.

Anaelsy González Casañas, Gretel y Yusleidis desearon conocer sobre cómo construye las canciones, en qué disco trabajan actualmente y cuántos integrantes tiene el grupo. A las tres, Miguel Ángel Ramos les acotó: «Para escribir nuestras canciones, nos basamos en ustedes las mujeres, y otras que son clásicos de músicos cubanos... Ya terminamos de grabar el disco La psicodélica estelar. Hay algunas canciones en la calle, pero falta el resto de los temas.

«Somos los 13. “Mil y más murieron…”, bromeó Miguel Ángel, a la vez que en tono serio enumeró los instrumentos del grupo: «Batería, bajo, tumbadora, trompeta, saxofón alto, saxofón tenor, saxofón barítono, guitarra, piano y güiro; además de tres cantantes».

Ante la retadora interrogante de Dayana sobre si es difícil ser joven artista y salir adelante, Carlos Díaz abrió signos de exclamación: «¡Molto difficile!, sobre todo la cantidad de piedras que hay en el camino, pero si no fuera así, no tendría sabor».

Lourdes indagó sobre los sueños de la agrupación. Ellos tienen uno solo: «Dejar nuestra marca en la historia musical de esta Isla, que es bastante grande, aunque chiquita en el mapa».

Mientras, Mairelis se interesó por  saber qué concierto han anhelado y con cuáles artistas les gustaría compartir escenario. A los noveles artistas les agrada cada presentación que hacen. «Para nosotros siempre es una satisfacción. Compartir escenario con cualquier artista que tenga talento, siempre estamos abiertos a nuevos retos», puntualizaron.

A tono con los debates actuales, Suleika solicitó la opinión de Qva Libre sobre la utilización de elementos chabacanos en los textos musicales para tener éxito en el público. «La vulgaridad en la obra de cualquier artista tiene un efecto devastador para la sociedad, sobre todo para la que va creciendo, pero ojo, también hay que tener en cuenta cuál es el lenguaje que manejan los jóvenes de hoy en día, si quieres que te tengan en cuenta. Porque la clave no está en apartar a los que están “desviados”, sino hacerlos parte de tu espacio», recalcó Carlos Díaz.

Una cuestión imprescindible para apreciar la popularidad es ver la fama como ese «agradecimiento de la gente sencilla cuando te encuentran en la calle», indicó Díaz a Jorge, cuando este último preguntó por el tema.

Con una estela de proyectos, Qva Libre se despidió de los lectores. Quedó la promesa hecha a Aylin y a Yohalis de actuar en dos centros de estudios superiores: la Universidad de La Habana y la Escuela Latinoamericana de Medicina, donde estudian una y otra. También se comprometió a llegarse nuevamente hasta nuestro diario para detallar las experiencias de su gira nacional.

Es que en cada aparición de la banda está su psicodélica marca sonora, como viva estampa de esa intensa búsqueda de lo original y lo diferente que puebla su arte, ya que Qva Libre toma del estelar legado del pentagrama nacional.

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