Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Con los trinos que desatan melodías

Vio la luz en el Museo Nacional de Bellas Artes, un libro sobre la inolvidable Sara González, como parte de un homenaje, a tres años de su partida

Autor:

Frank Padrón

Con apuros y paciencia vivió Sara González su intensa y fructífera vida (1951-2012), al punto de que así tituló una canción, un disco, y de ese modo se nombra ahora un libro que, a cargo de Ediciones Bagua (Madrid), dirigida por nuestra coterránea Mayda Bustamente, ha visto recientemente la luz y acaba de ser presentado en el Museo Nacional de Bellas Artes junto con un CD donde la recuerdan colegas suyos, y una exposición con litografías de 30 prestigiosos artistas de la plástica insular.

Compilado por la periodista Mayra A. Martínez, con la colaboración de Reynaldo González, Olga Marta Pérez y Sigfredo Ariel, asesorado por Diana Balboa y diseñado por Alesandra Carril, el libro ofrece una visión integral y amplia sobre quien fue un inmenso ser humano, —como manifiestan todos los testimoniantes que colaboran en esas páginas—, además de, por supuesto, una música y cantante excepcional, un referente de la Nueva Trova y, más allá, de la canción cubana toda.

Con apuros… muestra a Sara íntegra, de cuerpo y alma; la estructura del volumen comprende varias entrevistas realizadas dentro y fuera de Cuba, la discografía completa y letras de sus canciones, el reflejo en la prensa periódica y especializada también de diversos países, sobre su sostenido y apreciado trabajo, y un verdadero tesoro: las opiniones y anécdotas que muchos de sus amigos de todas partes plasmaron acerca de ella, casi todas a raíz de su desaparición física.

Aunque en la mayoría no deja de haber alusiones a su obra, generalmente esas palabras se refieren a la artista esencialmente como mujer, como persona: el sentido del humor y del deber, la filantropía, la cubanía, la hospitalidad y el patriotismo. Los rasgos más destacados y admirados de su personalidad son reflejados en muchos de los abundantes testimonios que llenan los capítulos Mucho se habla de ti y Mi amiga Sara.

Valor añadido significan otros testigos: las imágenes; tanto la profusa selección fotográfica que nos la revela en diversas etapas de su carrera y su vida —desde los momentos iniciales hasta los últimos—, sola o acompañada por sus colegas y amigos, como las obras que valiosas firmas de la plástica cubana le dedicaron, a ella o a sus canciones. Tampoco faltan las cubiertas de sus principales fonogramas. Todo ello engalana el volumen y ensancha su dimensión contribuyendo a mostrarnos a la figura en muchas de sus facetas y ubicándola en tiempos y espacios.

Los «apuros» que acarreó la edición —justo para que estuviera a tiempo en este homenaje— implicó que se dejara fuera alguna que otra página o foto importantes, que se adviertan ciertos descuidos en algunas redacciones y que, digamos, en el capítulo de Sus canciones se hubiera preferido la plasmación de las mismas en orden cronológico, para apreciar la lógica evolución dentro de la condición autoral, pero son detalles (junto a otros) que podrán corregirse en la edición cubana que sin dudas se impone, para ampliar los horizontes de un libro desde ya imprescindible.

Mientras, dispongámonos a evocar una vez más a la gran amiga ausente y a la vez presente, a la Gorda que además del suyo, pobló tantos jardines con su voz y su simpatía, y hagámoslo justamente como ella plasmó en una de sus canciones: sin dolores y rezagos de lo lejos/ con los trinos que desatan melodías.

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