Piedra a piedra, una obra de arte (II)

La semana pasada, Así de fácil te mostró disímiles variantes para convertir simples y pequeñas rocas en piezas decorativas. La primera entrega de esta serie solo te ofreció ideas en blanco, negro y varios tonos de grises. Hoy te traemos más sugerencias pero explotando esta vez las bondades del color.

El propósito es convertir cada piedra en un insólito lienzo en el que proyectarás tus ocurrencias. Puedes recrear diversas variedades de frutas, flores, distintas especies de animales, entornos tan encantadores como una casita campestre rodeada de jardines o imágenes tan conmovedoras como dos amantes fundidos en un solo beso. Incluso, puedes darle vida a seres que habiten en tu propio universo imaginativo.

Como verás, hay proyectos para todos: para los más expertos en el dibujo y para los que no dominan tan bien el arte de los trazos. Tú sabrás a cuánto puedes atreverte en esto de pintar las piedras y transformarlas en algo verdaderamente único e interesante.

Te sugiero emplear pintura de aceite o esmalte, para hacer más duradera tu creación. Una vez concluida la obra, y dependiendo de sus proporciones, puedes colocarla en macetas, jardines, terrazas, balcones, libreros, mesitas de sala, multimuebles... Eso sí, procura que combine armónicamente con el resto de los motivos decorativos con los cuales «convivirá».

Te espero el próximo miércoles con más proyectos para ayudarte a hacer de tu hogar un sitio acogedor y diferente. Recuerda que juntos podemos convertir, «así de fácil», una simple idea en una gran solución. ¡No me faltes!