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Toda la Patria sobre su tumba

Como en un susurro idílico de madrugada, en el ocaso de una vida románticamente plena, ardiente y cubanísima, nos dijo sus versos de adiós menos queridos la novia de Matanzas, la poetisa «toda pasión», nuestra eterna Carilda

Autor:

Hugo García

Matanzas.—  Dejando a la poesía sin demasiados refugios a esta hora, pero con la feliz impedimenta de que sus versos no están hechos para lo lúgubre, lo mustio o lo ordenado del amor, nos dijo adiós ayer, con un susurro idílico de madrugada, la novia de Matanzas, la eterna Carilda Oliver Labra, la poetisa «toda pasión».

Ella, a quien JR ha querido recordar con especial sensibilidad con estas líneas, preferiría a Cuba sobre su tumba. Una vez confesó que el poema que salvaría de cualquier contingencia sería La tierra: «Cuando vino mi abuela/trajo un poco de tierra española,/cuando se fue mi madre/llevó un poco de tierra cubana./Yo no guardaré conmigo ningún poco de patria:/la quiero toda/sobre mi tumba».

 En una carta de felicitación por el cumpleaños 80 de la poetisa, Fidel le escribió: «Si alguna vez Matanzas olvidara nombrar las siluetas de los puentes, las olas de la bahía, los bancos del parque Libertad, el viejo teatro Sausto, las galerías y los patios coloniales, los antiguos y nuevos edificios, las plazas, las gentes, las calles, los ríos y hasta la misma vida de la ciudad, con solo decir Carilda todo fuera poética y maravillosamente reconocido sin decir absolutamente nada más. Ahora que el tiempo regala 80 años a tu joven sonrisa, a tus ojos claros, a las palabras que imaginas en versos sorprendentes y han tecleado tus dedos incansables, te felicito cálida y afectuosamente como alguien que comparte esa misma pasión que confesaras hace pocos días, como alguien que nunca aspira al pasado y vive y sueña el mañana, a una mujer que escribe para comunicar su amor a la patria, a los héroes y mártires, a la familia, a las rosas, hormigas, al dolor, a la justicia, y quiere como último abrazo, el abrazo de toda la tierra de su patria sobre su tumba, nosotros los cubanos, que hemos tenido el privilegio de conocerte y leer tu obra, palpable constancia de la fuerza creadora, la cubanía y el valor de una mujer con quien contamos para todas nuestras batallas, dedicamos nuestro homenaje en el esfuerzo de alcanzar en la cultura y la educación de nuestro pueblo, la altura de tu poesía».

 Tres lustros después recibió del General de Ejército Raúl Castro Ruz otra carta de felicitación: «Tu valiosa obra poética y el compromiso que has mantenido siempre con la Patria, te han hecho merecedora de la admiración y el cariño de todo nuestro pueblo».

Ese día le fue impuesta la Orden Félix Varela de Primer Grado, otorgada por el Consejo de Estado en uso de las atribuciones conferidas por el Artículo 90 de la Constitución. Se le confirió en reconocimiento a su vasta y reconocida obra que ha trascendido internacionalmente y la ha consolidado como una de las poetisas más prominentes de la cultura, así como por su compromiso revolucionario y patriótico y su relevante contribución al enriquecimiento de nuestra cultura nacional.

«El amor no se puede agradecer, es como una flor que nace y quién le puede agradecer a una flor el milagro de su nacimiento», confesó Carilda luego de recibir la Orden: «Recíbanme como soy, desnuda y para siempre, con mis 95 años, que creo que no los tengo», sonrió.

Siempre se le recordará por su intrepidez en la década de 1950, cuando escribió su poema Canto a Fidel, enarbolado por primera vez a través de las ondas de la emisora Radio Rebelde, que transmitía desde la Sierra Maestra.

«Ese poema del libro Los huesos alumbrados, siempre lo he valorado porque se escribió en el clandestinaje, bajo la tiranía. Es un libro muy sincero y que casi nunca esos poemas yo los publico en otras antologías», refirió en una entrevista a este diario.

Durante la 23ra. Feria Internacional del Libro, dedicada a su figura, tuvimos la oportunidad de volver a dialogar con ella sobre varios temas:

—¿Ha pensado que usted trascenderá en las letras hispanas como Gabriela Mistral?

—Jamás, no soy tan atrevida ni tan imaginativa. Me conformo con que mi pueblo me quiera y yo me entienda bien con él, eso es un premio grande.

—¿Qué acontecimientos de su vida la han estremecido más?

—Las muertes de mis seres queridos, mis padres, mi hermano Pedro, mi esposo..., el triunfo de la Revolución y los éxitos literarios.

Así era Carilda, profunda en sus reflexiones, bromista, cubana. En su breve intervención en la ciudad de Matanzas ante una gran multitud de personas que acudió a la gran fiesta cultural del libro que se dedicara a ella, sostuvo su fe en los hombres y las mujeres entregados a la inefable tarea que es la fundación de los valores culturales; en los jóvenes que sueñan y aman en este siglo reciente; y sobre todo, «en el futuro que ha de colmarnos con seres nobles, libres, cultos y felices, porque pienso que el arte nunca podrá ser auténtico si no produce alegría, si no compensa con su influjo la soledad y el dolor humanos».

Entre los libros de Carilda sobresalen Preludio lírico, Canto a Martí, Memoria de la fiebre, Al sur de mi garganta, Tú eres mañana, Las sílabas y el tiempo, Desaparece el polvo, Calzada de Tirry 81, Los huesos alumbrados, Sonetos, Discurso de Eva, Se me ha perdido un hombre, Libreta de la recién casada, Error de magia y Desnuda y para siempre.

En el prólogo de Una mujer escribe, el poeta Raidel Hernández, su esposo, comenta. «Con una visión ontológica la propia historia de Carilda Oliver Labra describe la resistencia de las mujeres en defensa de su dignidad frente a los cercos de la intolerancia y la exclusión. A diferencia de aquellos poetas trascendentalistas, influidos por el romanticismo, no ha perseverado en una exploración mística para encontrar la unión con un alma superior. Su poesía se mueve en dirección al hombre, eludiendo lo oscuro, lo místico y trascendental en el sentido filosófico del término».

Para este periodista, haber conocido personalmente a Carilda y compartir con ella momentos inolvidables es todo un privilegio en la vida. Siempre dada a la conversación inteligente, nunca se negó a compartir con los lectores de este diario sus criterios acerca de cualquier acontecimiento.

 La novia de Matanzas vivirá en los ríos, las estalactitas robadas a Bellamar; la Catedral, la Ermita de Monserrate, el Paseo de Martí, la Calle del Medio, los héroes, El Morrillo, en los versos que nacerán, en esa casa de la Calzada de Tirry 81, donde su obra vio la luz. Quedarán  sus fotos y libros autografiados, las grabaciones y su amor por la Isla.

Recordados y tatareados sus versos por varias generaciones, no cabe dudas de que Carilda trascenderá el tiempo en obras desbordadas de la magia de la palabra y el don de su poesía. Quién en su ciudad natal no reconoce sus versos de Canto a Matanzas: «Todo te debo, Matanzas:/la Biblioteca, el Estero,/tener alma y no dinero…/Te debo las esperanzas./A mi pecho te abalanzas/con una pasión tan fuerte/que no basta con saberte/en mi sangre, detenida:/ya que te debo la vida/te quiero deber la muerte».

De luto la cultura cubana

Matanzas.—  Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido, y del Presidente cubano Miguel Díaz Canel Bermúdez, presidieron las honras fúnebres de la excelsa poetisa cubana Carilda Oliver Labra. Un libro de firmas se colocó a la entrada del zaguán y en la sala se velaron las cenizas hasta las seis de la tarde de este miércoles.

Alpidio Alonso, ministro de Cultura, manifestó que Carilda hizo una contribución real a la emancipación humana y de la mujer, con un amplio registro temático y formal

Despedimos a una mujer extraordinaria, expuso Víctor Gaute, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, quien exaltó la relación de Carilda con el Comandante en Jefe Fidel Castro, que se basó, dijo, en el respeto, el cariño y la admiración entre ambos.

 El poeta Raidel Hernández, esposo de la poetisa, comentó a la prensa que ha recibido muestras extraordinarias de afecto en este doloroso día.

Asistieron además a las honras fúnebres Mercedes López Acea, miembro del Buró Político del Partido y del Secretariado; Teresa Rojas Monzón, primera secretaria del Partido en Matanzas, Tania León Silveira, presidenta del Gobierno en la provincia, así como varios premios nacionales de Literatura, intelectuales y una amplia representación del pueblo yumurino.

Galería Carilda Oliver Labra:

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