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Guíate por mí

Al igual que en algunas comedias fílmicas, en la vida real soy protagonista de cuanto infortunio pudiera suceder

Autor:

JAPE

Siempre he pensado que soy un tipo con poca suerte, más bien con ninguna. Al igual que en algunas comedias fílmicas, en la vida real soy protagonista de cuanto infortunio pudiera suceder. No hablo de desastres o algo así, simplemente me refiero a las cosas cotidianas, el día a día y la mayoría de las noches.

Soy del tipo de persona que pocas veces tengo tiempo para ver un filme en la tele. Cuando escojo alguno, y preparo todo de manera ritual con la intención de disfrutarlo plenamente, en el mejor momento llega alguien que no ha anunciado su visita y ahí mismo se acabó la magia.

He pasado días esperando una lluvia anunciada por meteorología, sin echarles agua a mis plantas o limpiar la moto, pues de nada valdría si luego cae un chaparrón, y no ha sucedido el aguacero. Cuando veo que no queda más remedio que regar las plantas porque comienzan a ponerse amarillas sin que llovizne siquiera, realizo la irrigación o la limpieza pospuesta. Al concluir la tarea, inmediatamente se nubla todo y se desata la tormenta. No importa si antes había un sol radiante y cielo despejado.

No constituye para mí sorpresa alguna que cuando estoy en el momento más tierno de la alcoba o de descanso total, entre una llamada telefónica de un equivocado, o por lo general de mi madre o de mi suegra. Tal parece que estuvieran mirando por alguna cámara oculta, porque no ocurre siempre en el mismo día de la semana, ni a la misma hora. Para esa actividad no tengo cronograma diseñado.

Estos son algunos ejemplos y pudiera suscribir muchos más, pero la idea no es contarles mis desdichas. Más bien quisiera convertir mi mala suerte en algo que pudiera ayudar a los demás, sin fines de lucro. Me explico:

Al final de este texto publicaré mi foto actualizada para que a partir de ahora usted tenga un referente de mí, y pueda evitar tener contratiempos o perder el tiempo, que no es lo mismo, pero es igual. De esta manera si usted me ve lavando mi moto o echándoles agua a mis plantas, puede estar seguro de que lloverá, incluso con más posibilidades que las que anuncian en el parte del tiempo. Si me ve en una parada y su intención era coger la misma ruta, no se detenga, siga su camino, lo más seguro es que demore varias horas en pasar.

Supongo que ya vaya entendiendo la idea. Guíese por mí, y haga todo lo contrario. Eso le podrá servir de mucho, sobre todo en este apartado que ahora mencionaré y que se ha puesto de moda.

Si usted me ve marcar en una cola donde hayan sacado pan, pollo, jabón, aceite, perrito, materiales de la construcción… y descubre que yo soy el último, no marque detrás de mí. Aunque vea cientos de cajas repletas del producto mencionado, no pierda su tiempo y vaya para otra tienda. Con seguridad alguien antes de llegar a mí, o el que está delante de mí, sea de una paladar o una cooperativa, se llevará todo el producto en existencia. Esta variante también puede aplicarla a la malta y las cervezas Bucanero y Cristal.

No tiene que agradecer mi amabilidad y carácter filantrópico. Es mi deber para con la humanidad. Invito a que otros que padecen la misma situación que yo también ayuden al prójimo. He preguntado a muchas personas, y en este asunto de no alcanzar nada en las multitudinarias colas, al igual que dijo Lennon en Imagine, «I’m not the only one». O sea, no soy el único.

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