Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Pescado por pescado

Teniendo en cuenta la forma de distribución per cápita, por núcleo, o familia, y el precio asignado, la gente ha tratado de esclarecer por dónde viene «la bola» del pescado en las carnicerías

Autor:

JAPE

Otra vez, como ya es moda, a partir de un hecho se desata una lluvia de opiniones en las redes. Ahora con más justificación porque de redes se trata. Hablo del pescado que ha caído en las redes de los barcos pesqueros de países exportadores y ha llegado hasta nuestras carnicerías… ¿carnicerías? ¿pescaderías? ¿hueverías?... en fin, a ese cónclave del barrio adonde se acostumbra expedir este tipo de producto por la libreta.

Teniendo en cuenta la forma de distribución per cápita, por núcleo, o familia, y el precio asignado, la gente ha tratado de esclarecer por dónde viene «la bola». Tomando como guía las asentadas experiencias de los últimos años y la arraigada costumbre de asignar a todo un nombre o etiqueta, por muy rebuscada o estrambótica que parezca, ya se ha especulado acerca de este fenómeno.

En un inicio, y como el pollo ha tomado protagonismo en el ámbito de la moneda libremente convertible, se concertó que este envío de pescado sustituía al del pollo que desde hace algún tiempo (bastante tiempo) sustituía al pescado que antiguamente venía. O sea: vino pescado por el pollo por pescado.

Otros analistas provenientes de la masa popular, basando su deducción en la ausencia de la carne de cerdo, y contrastando con el precio asignado al producto marino, han convenido en que se trata de un envío de pescado por carne de cerdo, pero con el precio del cerdo, de cuando el cerdo (particularmente la pieza llamada paleta) valía 20 pesos.

Una señora de la tercera edad, resume con cierta rapidez, que como la población cubana tiende a envejecer se trata de una prueba piloto de «dieta para todos». Mientras que los más prácticos asumen que no hay que enredarlo tanto, simplemente ha venido pescado por pescado, al igual que antaño, pero con el precio de estos tiempos.

Como podrán darse cuenta se trata de un tema doblemente espinoso. Respeto el criterio de todos, en general, y de cada individuo, en particular. Pienso que cualquiera que sea la variante que se asuma para designar esta sorpresiva aparición del jurel, que tan popular fuera en los años 80 en sus variantes en tomate y en aceite, es válida, según el cristal con que se mire.

Desde mi modesta opinión considero que amén del bolsillo, esta es la manera en que llegará a más personas, sobre todo a aquellas que no pueden hacer extensas colas o comprarlo por cajas, como suele suceder. Después, la única posibilidad que nos quedaría sería consumirlo en una reluciente paladar, en un esplendoroso plato, ya sea frito, aporreado o en minuta, por el módico precio de tres o cuatro «pesitos» CUC. No me quedan dudas de que entonces comer pescado me va a costar más de un «pesca’o».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.