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Zulueta.— Como si una impecable trayectoria a lo largo de todo el torneo no fuera suficiente, el equipo de Villa Clara certificó aquí su decimosegunda corona con triunfo de 3-2 sobre Camagüey, en el partido que bajó el telón del 97 Campeonato Nacional del fútbol cubano.
El 3-0 en la ida de esta final hacía presagiar un desenlace favorable al equipo naranja, pero aun así tuvo que emplearse a fondo en una tarde en la que la lluvia no quiso perderse la fiesta.
Mientras el clima y los nervios hacían de las suyas sobre la cancha, los anfitriones establecieron cierta superioridad, sobre todo con los constantes desbordes de Luis Alba y Arichel Hernández por las bandas, y el dominio en el juego aéreo.
Sin embargo, fue a ras del húmedo pasto que los locales, por intermedio de Arichel, pusieron a funcionar la pizarra en el minuto 12.
La respuesta agramontina llegó en el 24 con un remate de Héctor Portal. Pero siete minutos después, tras una falla garrafal de la defensa camagüeyana, Roberto Linares volvió a inspirar la conga en el graderío.
En la segunda mitad ambos estrategas movieron sus fichas, con mejor suerte para la visita, que encontró premio e inspiración en la diana marcada por Keyler García en el 51.
El resultado no les alcanzaba para destronar a los monarcas, y en medio del esfuerzo final Alexei González perdió la calma y se ganó la expulsión. Lamentablemente, los ánimos se caldearon en las filas ganaderas; el recién ingresado Zaure Burón también vio la cartulina roja, y quedó la escena lista para que en un contragolpe, ya sin tiempo en el reloj, Yaniel Martínez clavara la estocada mortal.
Después, todo fue fiesta en el santuario villaclareño, cuna del fútbol más exitoso en la geografía cubana. Camaguey quedo nuevamente en la orilla, pero con el honor de haber luchado y solo poner rodilla en tierra frente al mejor equipo del país.
Por su parte, Granma le ganó en Media Luna a Guantánamo y conquistó la medalla de bronce.
