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Quisqueya ¿la más bella?

Los boricuas se medirán en la ciudad de San Francisco con Japón en la primera semifinal este domingo. Dominicana luchará contra Holanda el lunes

Autor:

Raiko Martín

Un abismo infinitamente profundo separa a los anteriores elencos de República Dominicana del que este sábado sometió con marcador de 2-0 a la representación de Puerto Rico, para así avanzar invicto hacia las semifinales del presente Clásico Mundial de Béisbol.

Si aquellos marcharon titubeantes por las versiones precedentes, este marca un paso impetuoso y seguro, afincado en una ofensiva —unas veces feroz y otras oportuna—, capaz de sostener la eficaz labor de sus lanzadores. De momento, los de la isla caribeña acumulan seis éxitos, exhiben el mejor promedio de bateo entre los cuatro semifinalistas, y su pitcheo ha sabido despejar todas las dudas que generaba antes del lanzamiento de la primera bola.

Habían asegurado los de Quisqueya el boleto cuando batieron magistralmente al equipo de Estados Unidos, que una vez más quedó en el camino a pesar de contar con la nómina más cotizada de las que se inscribieron en el certamen. Y fueron precisamente los boricuas quienes —como antes hicieron a Venezuela— se encargaron de decapitar al «Gigante».

Así, los dos equipos latinos que emergieron airosos del llamado grupo «de la muerte», cruzaron nuevamente armas sin más propósitos que definir sobre quién pondrían sus mirillas en el siguiente compromiso.

Como se esperaba, fue un intenso duelo de lanzadores a lo largo de todo el trayecto. La paridad se extendió hasta la quinta entrada, cuando los dirigidos por Tony Peña se pusieron en ventaja gracias al solitario y kilométrico vuelacerca del receptor Carlos Santana frente a los envíos del abridor, y a la postre perdedor Orlando Román.

Mientras, el ganador Wendy Rodríguez lograba caminar sin muchas complicaciones casi siete entradas. Dejó a sus relevistas una mínima ventaja que creció en el octavo capítulo, cuando Ramiro Peña disparó cañonazo impulsor de Erick Aybar. El veloz Fernando Roddney hizo una vez más el cierre perfecto para apuntarse su tercer rescate.

Queda ahora por ver si el hambre de triunfo, esa pasión por el juego de los dominicanos, demostrada primero en San Juan y ahora bajo el cielo floridano, llega intacta hasta la bahía de San Francisco, donde se dirán las últimas palabras de este Clásico.

Salir airoso y líder del segundo tramo del certamen puso al equipo dominicano en una inmejorable posición para reescribir la historia. Su próxima presentación está pactada para mañana nada más y nada menos que frente a Holanda, su bestia negra de la pasada edición, cuando emprendieron el camino de regreso a casa luego de ceder par de veces frente a los «Tulipanes».

En cambio, los puertorriqueños saltarán hoy a la grama del cuarte general de los Gigantes de San Francisco para enfrentar a un elenco de Japón, cuyo discreto arranque ofensivo en el torneo parece ya superado.

ESTADIO MARLINS PARK
C H E
PUR 0
0
0
0
0
0
0
0
0
-
0
3
0
DOM 0
0
0
0
1
0
0
1
x
-
2
6
1
Ganó: W. Rodríguez (1-0) Perdió: O. Roman (0-1) JS: F. Rodney (3) HR: C. Santana

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