Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La atleta 539

Esta es la historia de una madre, o acaso de todas las madres cuyas hijas e hijos compiten por Cuba en los 23ros. Juegos Centroamericanos y del Caribe

 

Autor:

Yurisander Guevara

BARRANQUILLA.— Hoy no me voy a referir a ninguno de los 538 atletas que compiten por Cuba en estos Juegos Centroamericanos y del Caribe.

O acaso sí lo hago. Eso depende de cómo usted lo considere, porque hablaré de una madre que «compite» cada vez que lo hace su hija. Y esta historia puede ser la de cualquiera de las madres y los padres cuyos hijos están hoy aquí para darlo todo por Cuba.

Hilda Iris Navarro Hernández concurría por estos días a su trabajo con sobresaltos. A más de 1 500 kilómetros de La Habana se encontraba la Tuti, su niña de 16 años que se lanza al vacío y en fracciones de segundos ejecuta piruetas para luego entrar con todo al tanque de clavados.

Es ella la madre de Anisley García, la joven clavadista cubana que hace apenas unas jornadas se agenció la medalla de oro en la plataforma del Complejo Acuático de esta ciudad. Y aunque este reportero nunca ha visto a Hilda cara a cara, la «magia» de internet nos ha acercado a través de Facebook.

—Dime cómo va la niña —me pregunta Hilda, luego de saludarme, cada vez que Anisley compite.

Y allá le describo como puedo, en medio de tantas coberturas paralelas, cómo va la competencia. Su preocupación es tan grande que soy capaz de percibirla, aunque nuestro intercambio sea solo digital.

Se supone que Hilda debería estar adaptada a este tipo de eventos. Anisley es la menor de sus tres hijas. Todas han sido atletas: la mayor fue pesista, y la del medio, clavadista también. Ellas aprendieron a caminar en la Ciudad Deportiva, donde su madre trabaja como directora. «Llevan el deporte en la sangre», confiesa.

Anisley, por ejemplo, tenía solo cuatro años cuando escaló a la plataforma y saltó al tanque de clavados. Desde entonces continuó con la tradición deportiva familiar.

—¿Cómo se siente usted mientras la Tuti compite?

—Muy nerviosa, hasta tiemblo.

—¿Cuál es el consejo que siempre le da a su hija antes de una competencia?

—Lo primero es concentrarse y tratar de hacerlo bien en cada salto. Si falla ya pasó, hay que mejorar en los que siguen. Esto no se acaba hasta que se acaba. Y siempre apuesto por ella.

—¿Es duro ser madre de tres atletas? ¿Valen la pena los sacrificios hechos por ellas?

—Sí. Soy directora de la Ciudad Deportiva, como le dije. Iba a trabajar y a las dos de la tarde las recogía en la escuela y en el círculo y volvía para el combinado deportivo. A veces llegábamos a las nueve de la noche para baño, comida y tareas. La mayor entrenaba atletismo en ese entonces en el área de lanzamiento. Cocinaba a las cinco de la madrugada. Ha sido duro, pero estoy viendo el resultado de ese sacrificio.

Visite nuestro especial multimedia de los 23eros. Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018

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