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Guantánamo está jugando con más agresividad. Autor: Juan Moreno Publicado: 01/09/2018 | 07:42 pm
Puede que no clasifiquen ni para los play off de comodines; de hecho, no están en los pronósticos, aunque este campeonato ande con la panza extremadamente abultada de equipos y los polos muy achicados, pero los Indios Guerreros de Guantánamo ya no son, al menos pasado el primer tercio, aquel grupo que salía al campo para que los rivales les pasaran, inmisericordes, por encima.
No hay muchos cambios en la nómina respecto a la Serie pasada; sin embargo, el cuerpo técnico sí fue removido, en nombres y en el modo de entender el béisbol: de la visión tradicional a una que se basa en la ciencia y la sabermetría.
Por ahí empezaron los cambios que han vuelto a llenar el estadio Nguyen Van Troi, y según me cuentan la transmisión radial de la emisora provincial se amplifica en parques, centros laborales... En Guantánamo, otra vez, se habla de pelota con orgullo.
El máster en Ciencias Eduardo Pavó es el principal «culpable» de la rebelión de los Indios. Fue decano de la Facultad de Cultura Física de aquella provincia y lleva muchos años dedicado al estudio del béisbol. Cuenta que cuando lo nombraron director del equipo de Guantánamo se enfocó en escoger un colectivo técnico que combinara rigor científico con experiencia y resultados en los terrenos.
«Durante los cinco meses de entrenamiento dedicamos las actividades fundamentales al trabajo con los elementos técnicos que aún inciden en los resultados deportivos de los atletas y a la correcta ejecución de las acciones tácticas».
Se nota un equipo con mayor dominio de los fundamentos de juego, que tácticamente no depende solo del batazo y su pitcheo aparece entre los de mejores números, con una efectividad por debajo de la media del campeonato y un manejo del staff de acuerdo con sus funciones.
«Hicimos un balance de las cosas positivas y negativas y las amenazas que podrían afectar el resultado en la Serie. Detectamos que a la mayoría de los lanzadores les hacía falta incorporar más herramientas, por ejemplo, otro pitcheo, que fuera decisivo para sacar out. Nos reunimos con ellos, les explicamos esas cosas y concebimos un entrenamiento diferenciado. Hasta ahora, la estrategia ha sido acertada».
Sobre las perspectivas, Pavó tiene confianza en los jóvenes. «Este es un equipo que mezcla figuras establecidas con otros que empiezan y tienen mucha fuerza al bate; ellos pueden contribuir al incremento de la producción de extrabases, que es un propósito que tenemos para buscar más carreras».
Pese a los detractores, Pavó emplea la sabermetría. «Lo primero fue que la gente tomara conciencia de su importancia, después que se decidieran a aplicarla y por último, poder llevarla al terreno con las herramientas disponibles. Logramos avanzar en ese sentido y nos ha reportado muy buenos resultados, y pensamos seguir».
Hasta el lenguaje que se habla en el banco de Guantánamo es diferente, ajustado a los códigos modernos de entender el béisbol. Se escuchan indicaciones como estas: cambia la mente, lee bien el pitcheo que te están haciendo, busca un turno de calidad…
Se vive un ambiente grupal, de mucha disciplina, en el que lo más importante es el equipo y no las individualidades. Explica el director que además de la preparación física, técnica y táctica, le han dedicado cerca del 30 por ciento del tiempo al adiestramiento teórico-sicológico. «Nos propusimos elevar la cultura de los atletas, que se identifiquen más con la historia de la provincia, que amen más la camiseta, respeten siempre al público y jueguen con dinamismo, y eso ha facilitado el trabajo mental en cuanto a la concentración, la motivación y otros aspectos que también deciden en el béisbol».
Aunque la afición les exige clasificar y ellos están en zona de play off de comodines, Pavó prefiere ser más cauto. «Nuestros propósitos son armar un equipo competitivo, dar buen espectáculo e ir buscando la victoria juego a juego. Los dos primeros los estamos cumpliendo y sobre el tercero, hemos tenido un buen arranque».
Allá donde se jugaba a palo limpio y el camino estaba hecho de derrotas, la ciencia y la sabermetría —enhorabuena— van cambiando la historia.
