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Bola en el aire

El director nacional de Béisbol, Ernesto Reynoso, aseguró que siguen con detenimiento la evolución de la pandemia, pero con la misma idea de inaugurar el campeonato el día 12, en la sede de los campeones, y mantener el formato previsto para este año

Autor:

Norland Rosendo

Cuando hoy sea abanderado el equipo de los Piratas de La Isla, solo quedará efectuar el Congresillo Técnico ―casi seguro de manera virtual, debido a la cuarentena en La Habana― para que la temporada 60 de la pelota cubana esté más cerca de arrancar, si es que la situación por la Covid-19 no abre con ponche el juego.

Hasta ahora no hay cambios en lo anunciado. Este redactor conversó con el director nacional de Béisbol, Ernesto Reynoso, quien aseguró que siguen con detenimiento la evolución de la pandemia, pero con la misma idea de inaugurar el campeonato el día 12, en la sede de los campeones, y mantener el formato previsto para este año.

Tampoco hay una decisión sobre juegos a puertas cerradas, un tema que ha generado mucha expectativa en redes sociales y sobre el que los «expertos de la calle» manejan varias opciones.

Unos piden que solo se niegue acceso de público en las provincias complicadas, dígase en occidente; otros, que sea aplicada la misma medida en todo el país, y hay una tercera variante orientada a que la decisión sea puntual, según la situación del territorio cuando toque juego allí.

Hay, empero, una cuarta alternativa más radical: Serie con público o no Serie. Alegan, y su argumento es de peso, que el béisbol cubano está pensado para el disfrute de la afición y no como un negocio al estilo de las ligas profesionales, donde más que el aplauso o la rechifla, prima el cheque.

Tampoco disponemos de tecnología para trasmitir todos los partidos por televisión o redes sociales, y aunque podría generalizarse la experiencia de Las Tunas y Camagüey difundiendo los juegos a través de Facebook, no es alto el porcentaje de aficionados residentes en Cuba que puedan acceder a ese servicio cinco días a la semana durante más de dos horas. Quedaría, si se decide jugar a puertas cerradas, la radio, e imaginar, como en los viejos tiempos, cada jugada.

Otra posibilidad, en caso de que la situación epidemiológica siga tensa en los próximos días, sería aplicar alguna de las otras variantes de formato pensadas cuando la COVID-19 dijo «aquí estoy yo» y obligó a aplazar el inicio de la Serie.

Menos juegos en el calendario y volver a postergar el día inaugural, no sería descabellado en caso de que las circunstancias sanitarias no mejoren ostensiblemente, pese a que dichos cambios sí tendrían un impacto en el estado de forma de los atletas. Sin la presión de la Serie del Caribe, hay un margen de tiempo mayor.

Confiemos en que el panorama epidemiológico se despeje y todo lo dicho en este comentario quede en simples «variantes B», que en buena lid son C y hasta D, en algunos casos.

Sin embargo, hay un principio que debe regir cualquier decisión, si en definitiva tenemos campeonato: que no haya privilegios para unos equipos, pues a fin de cuentas, el béisbol es un juego, y no es lo mismo competir a gradas llenas, semillenas o «pocollenas», que siempre vacías.

Por ahora, y a la espera de noticias, siguen los entrenamientos, anuncios de abridores y regulares, y todo eso está acompañado de los más variopintos pronósticos. Daremos el nuestro.

 

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