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La adolescente espirituana pasa la mayor parte de tiempo frente a su laptop, donde alista los videos que comparte en Internet. Autor: Lisandra Gómez Guerra Publicado: 11/04/2020 | 01:58 pm
SANCTI SPÍRITUS.— La mayoría de las horas de Camila Alejandra Nodarse Garachipe pasan frente a la laptop, que ocupa una de las esquinas de la mesa del comedor. A su lado, una vista de lujo que sólo es capaz de regalar la altura de seis pisos. Mas, desde hace dos semanas, apenas se detiene en ese paisaje, donde crecen otros muchos edificios que ya conoce de memoria. Ahora, otros mundos roban su atención.
«Tengo un canal de Youtube, donde publico videos que hago para ofrecer consejos a niños y niñas, así como a personas mayores, para que no se aburran y se cuiden del nuevo coronavirus», cuenta esta espirituana de 11 años con muchas más expresiones faciales que palabras.
Con una locuacidad que sorprende para tan escasos abriles, esta alumna de sexto grado de la escuela primaria Remigio Díaz Quintanilla, del Consejo popular Los Olivos, en la ciudad de Sancti Spíritus, le gana al paso lento del tiempo dentro de casa.
«Todo empezó cuando vi a una youtuber que me gusta mucho, Sandra Cires Art. Entonces me hice cuentas en Twitter e Instagram. Busco a otras personas que hacen videos y los suben para aprender cómo lograr que los míos sean atractivos. Ya aprendí hasta a editarlos. Desde que llegó el coronavirus comparto ideas y consejos rápidos para que la gente aprenda y se entretenga», insiste.
Así, desde el edificio más alto de la ciudad del Yayabo, el conocido Doce plantas, Camila Alejandra construye cada día nuevas historias que se multiplican a través de las redes sociales: un espacio que se ha convertido en uno de sus pasatiempos predilectos.
«Me comentan cantidad, sobre todo en los retos que publico, lo que no siempre tengo el tiempo para responder», añade esta enamorada de la programación radial, otra de las vías de comunicación que aprovecha para compartir sus creaciones.
«A la población hay que decirle mucho la necesidad de que limpien sus nasobucos, cómo mantener la higiene en las suelas y bordes de los zapatos al contar con una alfombra con cloro en el frente de las casas, así como tener cerca un pomito de spray para el constante uso en las manos», refiere con espontaneidad.
Pero todos esos saberes no le han llegado solo por su constante búsqueda sobre el tema en la red de redes, ni su consumo televisivo y radial, sino por los consejos de su familia.
«Desde pequeña ha sido así de expresiva y todos los días escribe algo porque dice que quiere ayudar desde aquí. Por eso, nos pregunta cómo hacerlo y nosotros le explicamos siempre», alega Mariela Garachipe Alonso, su progenitora, quien controla que las horas del Nauta Hogar no se escurran como agua entre los dedos de la infanta.
Y justamente en medio de este diálogo de JR con Camila Alejandra, «la pequeña youtuber», como ella misma se ha nombrado, se hizo la luz en el hogar espirituano: Desde Argelia, la voz de Pavel Nodarse Fleites, calmó las añoranzas y preocupaciones.
— «¡Papi! Todos los días aplaudimos por ustedes», saluda ella.
— «Nosotros acá también lo hacemos, por todos los que están luchando contra la COVID-19», responde él, forrado hasta los dientes por el frío que abraza a tantas millas de distancia». — ¿Y cómo tú te estás cuidando? —, insiste el padre.
— Bien, cumpliendo con todas las medidas—, responde ella, sin perder un instante.
— Hay que protegerse… Sigue hablando con los niños para que no salgan de las casas y así saldremos victorioso de este momento—, acota el coordinador de la Misión Médica Cubana en la región de Oued, en Argelia, antes del beso de despedida que rompe la pequeña pantalla del celular.
«Cuando todo esto pase pienso hacer un video, y para eso iré a varias casas para ver cuál fue la motivación qué han tenido quienes cada noche salen aplaudir. Aunque sale oscuro y sólo con pequeñas luces a lo lejos, he hecho algunos y los he subido, para que el mundo conozca de nuestro reconocimiento a quienes salvan vidas», vuelve a la conversación con este diario Camila Alejandra.
Pero no sólo el divertimento en el mundo del audiovisual y la tecnología mantiene feliz a esta niña. Otro de los momentos especiales es cuando las teleclases rompen su rutina, pues anhela regresar a su centro escolar con cada una de las tareas cumplidas. Justo allí tendrá muchas historias que contar cuando esta etapa forme parte de su historia de vida.
«En mi escuela hago teatro porque cuando crezca quiero ser actriz de novelas románticas o, pediatra para ayudar a los niños más pequeños. Mientras tanto, seguiré aconsejando a quienes conozco o me siguen en Internet para, como dicen por la televisión, que esta estancia sea feliz… y para eso hay que buscar varios entretenimientos, siempre dentro de nuestras casas», concluye con ademán de agradecimiento.
Así, con inocencia y gracia, Camila Alejandra espanta un tanto las preocupaciones y regala nuevos horizontes en esos muchos mundos que cada día construye.
Le invitamos a escuchar otros detalles de esta historia en nuestro podcast Más que papel
