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EE. UU. veta desde este lunes a inmigrantes que puedan convertirse en «carga pública»

A la luz de la nueva reglamentación, un inmigrante legal será definido como «carga pública» si recibe «uno o más beneficios públicos» durante más de doce meses en un periodo de tres años. Pero este concepto también se tendrá en cuenta para determinar quiénes podrían llegar a necesitar en el futuro algún tipo de asistencia

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Juventud Rebelde

WASHINGTON, febrero 24. —Después de meses de un intenso pulso judicial y en pleno año de elecciones, la Administración del presidente Donald Trump empezará a aplicar la norma de «carga pública», que puede darle un vuelco al sistema de inmigración actual hacia uno basado en criterios como ingresos, edad o la capacitación del inmigrante, reporta la agencia EFE.

La medida entró en vigor en todo el país en tanto siguen en proceso las apelaciones pendientes y después de que el viernes pasado el Tribunal Supremo levantara una exclusión que estaba vigente para Illinois. El Supremo había dejado antes sin efecto fallos judiciales en contra de esta normativa emitidos por tribunales de los estados de Nueva York, California, Washington y Maryland.

La norma no se aplicará a quienes soliciten la ciudadanía ni será retroactiva. También excluye a refugiados, asilados, a personas con amparos migratorios como el Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés) o a quienes posean cierto tipo de visados que se conceden a víctimas de violaciones de derechos humanos, entre otros.

Si bien la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1952 establece que un extranjero que solicite un visado o el ajuste de estatus migratorio «es inadmisible» en caso de que un oficial consular o un fiscal considere que puede convertirse en carga pública, los expertos advierten que la vuelta de tuerca que ha dado la Administración de Trump puede cambiar el sistema de migración del país.

A la luz de la nueva reglamentación, un inmigrante legal será definido como «carga pública» si recibe «uno o más beneficios públicos» durante más de doce meses en un periodo de tres años. Pero este concepto también se tendrá en cuenta para determinar quiénes podrían llegar a necesitar en el futuro algún tipo de asistencia.

Shelby Gonzales, directora de políticas de inmigración del Centro sobre Presupuesto y Políticas Prioritarias, indicó a la agencia EFE que esta normativa cambiará «radicalmente» el sistema de inmigración estadounidense «a uno que solo da la bienvenida a aquellos con medios suficientes». No obstante, advirtió que la norma es tan confusa y compleja que «las personas que no tienen nada que temer» tras su implementación, «se mantendrán alejadas de los programas de beneficios públicos».

«La regla es casi como una prueba de riqueza», explicó Aaron Reichlin-Melnick, asesor del American Immigration Council, quien apuntó que con esto se determinará quiénes pueden venir al país: «Las personas que ya tienen mucho dinero, que ya tienen educación, ya tienen trabajo» y hablan inglés. Reichlin-Melnick señaló que la norma puede afectar a quienes migren por razones familiares, como es el caso de cónyuges, padres o hijos. «El presidente quiere transformar nuestro sistema hacia un sistema de mérito», sentenció para detallar que el esquema actual estadounidense está basado principalmente en la familia.

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