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La decisión del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de perdonar a quienes lo atacan insistentemente e intentan crear condiciones para derrocarlo, no es más que una lección de generosidad y confiabilidad en la palabra del mandatario, la cual es altamente valorada por el pueblo.
Así señaló a la prensa Edgar Ponce, embajador ecuatoriano en Cuba, al denunciar las campañas de mentiras y calumnias desatadas en Ecuador y fuera de fronteras, tras la remisión que ofreciera el mandatario de esa nación a las condenas impuestas por la justicia al diario El Universo y a un ex columnista de ese rotativo, por injurias y calumnias contra su persona.
El pasado martes Correa pidió a la justicia que anule la condena a tres años de cárcel y al pago de 40 millones de dólares impuesta contra los directivos y el ex editor de opinión de El Universo, Emilio Palacio.
Esta ha sido una lección para los medios al servicio de la oligarquía, porque no fue el presidente quien puso la sanción, sino el máximo organismo de justicia que, según dicta la constitución ecuatoriana, está separado de los poderes del Estado, apuntó el Embajador.
La decisión de Correa no desluce ni minimiza el propósito de la demanda ni los efectos de la condena, sino que —agregó Edgar Ponce— desenmascara a quienes atacan con mentiras a la revolución ecuatoriana y sienta un válido precedente para los mentirosos deliberados que se esconden tras la mal entendida libertad de expresión.
Algunos han tratado de malinterpretar la decisión argumentando que el Presidente actuó «por presión y fines electorales» dijo el diplomático que lo calificó de «payasos e ilusos».
La Revolución Ciudadana de Ecuador ha sufrido desde sus inicios el acoso de los falsos poderes vinculados a viejos privilegios neoliberales, y en especial de los grandes medios de comunicación privados, al amparo siempre de las grandes oligarquías neoliberales.
No obstante, aseveró el diplomático, la nueva sociedad que impulsa Correa ha proporcionado cambios palpables en varios sectores, fundamentalmente en la salud, la educación pública y en los programas sociales beneficiarios de los pobres y marginados durante décadas.
La gestión del ejecutivo de Correa —afirmó el Embajador— califica como positiva por el 80, 5 por ciento de los ecuatorianos tras cinco años de Gobierno, cuenta además con un índice de credibilidad del 71 por ciento y un 52,1 por ciento de preferencia de cara a las elecciones de 2013.
