Por más que lo preguntaron, la vocera no quiso certificarle a los periodistas que la Casa Blanca confía en Rex Tillerson. Autor: Reuters Publicado: 30/11/2017 | 10:48 pm
Cuando le preguntaron este jueves al presidente Donald Trump por su secretario de Estado, Rex Tillerson, se limitó a una enigmática y brevísima respuesta: «Él está aquí. Rex está aquí».
El interés de los medios respondía a los crecientes rumores de que Tillerson sería sustituido por el actual director de la CIA, Mike Pompeo, sustentados por una inesperada y no programada visita del jefe de la diplomacia estadounidense a la Casa Blanca. El jefe del espionaje y las operaciones sucias tendría como sucesor al senador por Arkansas, Tom Cotton.
El remplazo pudiera ser inminente, aunque la reunión con Trump también estaría signada por el posible traslado de la embajada de EE. UU. en Israel hacia Jerusalén, una medida que tensaría al máximo la ya caliente situación en el Medio Oriente, pues semejante acción agrede directamente al pueblo palestino.
Pero vamos a lo de Tillerson. Según The Hill, la información de la posible sustitución salió del diario The New York Times y la movida respondería a un plan del jefe de gabinete, John Kelly. Sin embargo, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ratificó lo dicho por su jefe y agregó: «No hay anuncios personales en este momento. El secretario Tillerson continúa dirigiendo el Departamento de Estado y todo el gabinete está enfocado en completar este increíblemente exitoso primer año de la administración del presidente Trump».
De todas formas, los medios se tiraron a fondo para recordar detalles de supuestas fricciones entre los poderosos magnates millonarios T y T: hace poco, en una reunión de funcionarios de la seguridad nacional, el jefe de la diplomacia se refirió al presidente como un moron (idiota) y —lo significativo— no desmintió esa habladuría de Washington; también apuntó que Trump «hablaba por sí mismo» cuando no condenó las acciones de neonazis, cabezas rapadas y miembros del Ku Klux Klan en Charlottesville.
Para poner la tapa al pomo, en estas escaramuzas está el escabroso asunto que pone en peligro no solo la paz en la península de Corea, sino en toda la región y más allá. Trump —decía The Guardian, y efectivamente así está ocurriendo— repetidamente contradice y socava los intentos de Tillerson de buscar una salida diplomática a los encontronazos con el Gobierno de Pyonyang, mientras que el mandatario estadounidense eleva la beligerancia con diatribas belicosas y ofensas personales hacia el presidente de la República Popular Democrática de Corea.
Había entonces tela por donde cortar para que el chisme se pudiera convertir en realidad. De ser así, y también que el sucesor sea Pompeo, esta administración daría un paso más hacia una «diplomacia de guerra», pues considera a Irán un país «patrocinador del terrorismo», fue alumno destacadísimo de la Academia Militar West Point y los negocios personales de este miembro del ultraconservador movimiento del Tea Party y de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), la exitosa Thayer Aerospace, es suministradora de material aéreo con destino comercial y militar.
Entre chismes y dimes y diretes van las cosas en la capital del imperio.
