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Los menores indocumentados pueden ser encerrados cuando crucen la frontera sur de Estados Unidos Autor: Tomado de Internet Publicado: 17/05/2018 | 08:33 pm
LA administración de Donald Trump estudia tres bases militares en Texas y una en Arkansas para confinar en ellas a los menores indocumentados que capture cuando crucen la frontera sur de Estados Unidos, ya sea acompañados de sus familiares o no, aunque todavía no se ha decidido la ejecución de ese plan.
Según un correo electrónico interno del Departamento de Defensa (DoD) que conoció la publicación The Hill, las instalaciones que funcionarios del Departamento de Salud y Servicios humanos (HHS) están visitando —para determinar si son «adecuadas» para los menores de edad indocumentados—, son Fort Bliss, cerca de El Paso; la base aérea Dyess, cerca de Abilene; y la Goodfellow Air Force Base en San Angelo, además de Little Rock Air Force Base en Arkansas.
Necesariamente, debe hacerse mención a que durante la II Guerra Mundial, todos los japoneses-norteamericanos fueron recluidos en campos militares como parte de las acciones de guerra, lo que entonces fue aprobado por el Tribunal Supremo de Justicia, aunque con el disenso del juez Robert Jackson, quien argumentó que ese aval que transgredía principios de la Constitución era «como un arma cargada, lista para la mano de cualquier autoridad que puede traer una demanda plausible». Este sería el caso ahora si la alta magistratura de la justicia respalda a Trump.
Según The Hill ninguno de los dos Departamentos federales involucrados en el plan contestó sus requerimientos de comentarios confirmativos o no sobre esta información, pero recuerda que durante la presidencia de Barack Obama, en 2014, se utilizaron para el internamiento de menores no acompañados procedentes de América Central, las bases Lackland, en San Antonio, la naval de Ventura County en el sur de California y Fort Sill, en Oklahoma.
También reporta la publicación política de Washington que a comienzos de este mes de mayo funcionarios de Trump anunciaron que se procesaría criminalmente a quienes crucen ilegalmente la frontera, incluidas personas que viajen en familia y, como se sabe, el mandatario ha criticado la política de las autoridades federales que llama de «apresa y libera» para aquellos que traspasan la barrera divisoria por primera vez, porque hasta ahora se considera un «delito menor».
Procesamientos adicionales significan que son separados los hijos de los padres y puestos bajo la custodia del HHS. Kirstjen Nielsen, la secretaria del Departamento de Salud y Servicios humanos dijo que esa medida «Operacionalmente significa que tendremos que separarlos de su familia», y añadió: «No es diferente de lo que hacemos cada día en cualquier parte de los Estados Unidos cuando un adulto de una familia comete un delito. Si usted como padre de familia irrumpe en una casa, será encarcelado por la policía y así separado de su familia».
La decisión de Trump de prácticamente cerrar las fronteras a ciertos extranjeros argumentando como razón para hacerlo «la seguridad nacional» está a la espera de una decisión de la Corte Suprema de Justicia, pero su Departamento de Justicia le ha dicho a los magistrados que esa es una potestad presidencial, aun cuando esa proscripción para viajeros de Irán, Libia, Somalia, Siria y Yemen signifique mandar al cesto de la basura una provisión del Congreso, de 1965, que prohíbe negar una visa de inmigrante basado en la nacionalidad del solicitante.
Esta decisión política xenófoba, aislacionista y nacionalista se une al valladar que pretende construir a lo largo de toda su frontera con México, cerrando el paso a los pueblos del sur del hemisferio y a las medidas de suspender DACA para los llamados «soñadores» y el TPS para los migrantes de El Salvador, Haití, Honduras y Nicaragua. Recordemos que en una reunión de gabinete, Trump dijo: «¿Por qué tenemos a toda esta gente de países (que son un) agujero de mierda viniendo aquí?».
DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), es un decreto del gobierno de Obama con el fin de beneficiar a miles de migrantes no documentados que llegaron como niños a Estados Unidos, estudian y trabajan.
El TPS o Estatus de Protección Temporal es un programa establecido en 1990 por el Congreso para proteger a extranjeros, especialmente centroamericanos, que huían de conflictos, catástrofes o desastres y les permite residir y trabajar legalmente de manera temporal. En el caso de Honduras y Nicaragua después del devastador huracán Mitch en 1999; fue ampliado también para El Salvador y beneficia a haitianos después del terremoto de 2010. También incluye a Nepal, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Yemen.
El diario The New York Times afirma que más de 300 000 personas resguardadas por el TPS, durante años han vivido en el país, son dueños de hogares, tienen estudios y profesiones y sus hijos si son ciudadanos de EE.UU., pero el gobierno estadounidense y algunos legisladores aducen que los migrantes cobijados reciben servicios públicos y ocupan trabajos que podrían ser dados a ciudadanos estadounidenses…
En las semanas más recientes, tanto en tuits como en discursos, el presidente Trump reitera una y otra vez sus propósitos, benévolamente catalogados por algunos de «arbitrarios y caprichosos». El 28 de abril, durante un mitin, aseguró que Estados Unidos tenía «las leyes de inmigración más tontas de la Tierra», lo que amplió el 4 de mayo: «leyes que fueron escritas por gente que verdaderamente no pueden amar a nuestro país», y el 9 de mayo completó así: «Estados Unidos tiene las peores leyes de inmigración de la historia de la humanidad».
Menores confinados, separación de familias, cárceles, expulsiones y mucho más. Trump se empeña en crear una crisis humanitaria para millones de personas y podría pensarse que un señor llamado Hitler, en su tumba, aplaude, porque cuenta con buenos seguidores…
