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Washington en una escalada retórica y de hechos prácticos anticubanos

Las justificaciones estadounidenses frente al bloqueo han devenido agresiones hacia la Isla y su voluntad de condenar la política que tanto daña a ambos lados del estrecho de la Florida

Autor:

Juventud Rebelde

2017

29 de septiembre, el entonces Secretario de Estado, Rex Tillerson, ordenó la retirada de personal diplomático cubano en una operación de naturaleza totalmente política.

3 de octubre, Tillerson ordena la expulsión de 15 diplomáticos cubanos acreditados en Washington.

5 de octubre, la Embajada de Estados Unidos en La Habana emitió un comunicado para informar a los ciudadanos cubanos que requieren visas de viajeros o de inmigrantes, que sus servicios no podrían ser garantizados.

8 de noviembre, diversas agencias de Estados Unidos anunciaron disposiciones y regulaciones para restringir los viajes «pueblo a pueblo», y se prohibieron transacciones con más de un centenar de compañías o empresas cubanas.

2018

15 de abril, el vicepresidente Mike Pence se refirió a Cuba de manera irrespetuosa y agresiva en la Cumbre de las Américas, en Lima.

2 de junio, el nuevo embajador de Estados Unidos ante la OEA, Carlos Trujillo, declaró que «Cuba es la madre de todo mal», frase ridícula en boca de un apátrida que nació en Long Island, Nueva York.

4 de junio, otra vez el señor Pence se refirió a Cuba de manera hostil en la OEA.

5 de junio, el nuevo Secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció la creación de una Fuerza de Tarea para responder a los supuestos incidentes de salud de sus diplomáticos, pero curiosamente dijo: «...no se ha establecido la naturaleza de los daños sufridos por el personal afectado».

14 de junio, otra vez el vicepresidente Pence volvió a atacar a Cuba en la Conferencia y Desayuno Nacional Hispano de Oración, en Estados Unidos.

18 de julio, en una presentación en la Fundación Heritage, la Representante Permanente de Estados Unidos en las Naciones Unidas, Nikki Haley, calificó a Cuba como «un régimen tiránico».

19 de septiembre, el mismo Embajador de Estados Unidos ante la OEA afirmó que «se debía ser duros con Cuba, pues todos son iguales», aludiendo a otros países hermanos de nuestra región.

1ro. de octubre, el Gobierno estadounidense incumplió su compromiso de emitir al menos 20 000 documentos de viajes o visas en el año fiscal que terminaba, lo que contraviene los acuerdos migratorios descritos, afecta la reunificación familiar, de la misma manera que otras acciones perjudican gravemente el derecho de los cubanos de viajar a cualquier parte del mundo, en este caso a los Estados Unidos, sin pasar por costosos procedimientos en terceros países.

8 de octubre, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, declaró en la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas: «El mundo reconoce que el modelo cubano ya no funciona para nadie ni siquiera para Cuba».  Calificó, dentro de las excepciones de una visión supuestamente compartida, de un orden regional supuestamente colaborativo, próspero y seguro para beneficio de las naciones al —y cito— «triste y obstinado liderazgo de Cuba», a la par que atacó también a otras naciones soberanas de la América Latina.

16 de octubre, la Misión de Estados Unidos ante la ONU realizó un evento en la sala del Consejo Económico Social (Ecosoc), para lanzar una campaña calumniosa contra Cuba, utilizando a Naciones Unidas como si fuera su propio feudo privado. En esa acción difamatoria, que viola los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, que es absolutamente no pertinente a los propósitos de la organización, que violenta el texto de una resolución al respecto adoptada por la Asamblea General y que ignora las disposiciones normativas de la Secretaría General de las Naciones Unidas, recibió respuesta apropiada de diplomáticos de la Misión cubana en la ONU y de la comunidad internacional y hemisférica: no asistió un solo representante de ningún país del hemisferio que no fueran los designados por la Misión de Estados Unidos y el Departamento de Estado; excepto quienes fueron a solidarizarse con Cuba. No asistieron Estados miembros ni representantes de organizaciones, ni siquiera de la sociedad civil, más allá de los cipayos que sirvieron de panelistas, y, obviamente, sin contar al patético Secretario General de la OEA. 

23 de octubre, el Secretario de Estado, Mike Pompeo, declaró en rueda de prensa: «Una delegación de diplomáticos cubanos lanzó un berrinche infantil en una reunión patrocinada por los Estados Unidos en la ONU». 

24 de octubre, el Departamento de Estado presenta en las Naciones Unidas enmiendas a la Resolución que condena el bloqueo a Cuba. 

24 de octubre, en un tuit de la Misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas acusan a Cuba de organizar y financiar la caravana de migrantes que se mueve por Centroamérica tratando de llegar a Estados Unidos.

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