No son pocos los que buscan lo masculino detrás de la cautivadora imagen femenina
F.: Soy heterosexual. Estoy convencido de eso porque no me gustan los hombres con apariencia y conducta de hombres. Pero sí siento que me interesan travestis y transexuales (no sé cuál es la diferencia, yo me guío por la figura y la ropa). En mi municipio hay una así que es muy seria y el barrio la respeta. Está sola y he pensado acercarme a ella con algún pretexto, para conocerla mejor. Pero tengo miedo de que me pongan etiquetas dolorosas, porque eso es para siempre y a lo mejor si me acerco veo que no me gusta de verdad y me marqué por gusto. ¿Esto les pasa a muchos hombres o es una fantasía enfermiza que tengo?
No son pocos los que buscan lo masculino detrás de la cautivadora imagen femenina. Una mujer que terminaría siendo igual de «viril». Imaginan tratarla como prolongación de sí mismos, anulando la diferencia, borrando lo femenino que existe en cada mujer.
El encuentro con una mujer puede confrontar a un hombre con un misterio, un enigma que ella misma no podrá dilucidar bien. En ese sentido una mujer puede resultar difícil para un hombre. Por eso muchos quisieran encontrarse con semblante de mujer, pero completado con el hombre que también suponen detrás.
Sin embargo, la apariencia de mujer u hombre no asegura que detrás hay alguien que funcione como tal. No hay manera de asegurar previamente lo que puede suceder entre dos personas. Podrás verificar cuando te acerques a conocerle.
Acercarte, como todo acto, tendrá efectos que no siempre podrás calcular previamente. Vale preguntarse el lugar que quieres darle a este deseo en tu vida. Algunos prefieren vivirlo mediante fantasías, otros eligen pasar a la acción. Heterosexual, homosexual, bisexual son también etiquetas, entre muchas otras. No siempre logran nombrar la singular elección de cada quien.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica.
