Y. H.: Hace ya ocho meses que me divorcié de la madre de mis dos niños. Desde entonces pasé lo peor de mi vida, hasta que conocí a un muchacho que lo cambió todo. Con él me siento bien. Hace dos meses que casi estamos viviendo juntos. Él me gusta cantidad, pero por nada de este mundo he podido olvidarme de la Mamá de mis niños. Le echo terriblemente de menos. Llevábamos 12 años casados y el divorcio fue su decisión. La amo con todo mi corazón. Ya ella tiene una relación y la celo cantidad. Por las noches casi no duermo pensando en ella; pero no siento nada cuando la tengo de frente. ¿Qué me aconsejan? Tengo 31 años y ella 30.
Llama la atención que al referirte a la esposa cuyo recuerdo te atormenta solo logres nombrarla como la Mamá (incluso con una letra inicial mayúscula en el centro de tu carta). Te divorciaste de la mamá de tus hijos y no puedes olvidarte de ella en tanto mamá. En ningún momento te refieres a la mujer cuyos placeres eróticos pudieras extrañar. En cambio, el muchacho sí que «te gusta cantidad».
Lo más importante es que logres comprender lo que experimentas y luego intentar reconciliarte con esos sentimientos.
No siempre amor y erotismo se encuentran en la misma persona. A veces el amor sublime obstruye la realización sexual, tan prohibida para las relaciones con la madre, el padre y otros familiares. Pero, ¿es esto lo que te sucede? ¿Qué cambió con esta mujer con quien tuviste lazos eróticos del que nacieron esos hijos?
Debes asistir a un especialista que te ayude a partir del despliegue de tu palabra, como has hecho en esta carta.
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