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Muere el presidente de Samsung, Lee Kun-hee

El dirigente del mayor conglomerado empresarial de Corea del Sur era considerado el hombre más rico del país

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Juventud Rebelde

El grupo Samsung Electronics, el mayor conglomerado empresarial de Corea del Sur, ha anunciado este domingo la muerte a los 78 años de su presidente, considerado el hombre más rico del país. Lee Kun-hee llevaba ingresado en un hospital de Seúl desde 2014 a causa de infarto que lo dejó incapacitado.

La compañía ha explicado en un comunicado que su presidente ha fallecido «acompañado por su familia, incluyendo al vicepresidente (del grupo) Jay Y.Lee», conocido como Lee Jae-yong y que, como heredero del imperio que dirigía su padre, ha estado al frente del conglomerado desde que su progenitor quedó postrado en una cama hace más de seis años.

Lee Kun-hee, tercer hijo del fundador de Samsung, Lee Byung-chul, era la mayor fortuna de Corea del Sur con un neto calculado en más de 20 000 millones de dólares (unos 16 860 millones euros), según Forbes, y fue el hombre que convirtió al conglomerado en un ente multinacional con el gigante tecnológico Samsung Electronics al frente.

«El presidente Lee fue un verdadero visionario que transformó a Samsung al convertir a una empresa local en líder mundial en innovación y poder industrial», elogió la empresa en el comunicado, y agregó: «Su legado será eterno».

Samsung Electronics Co., una marca global

Samsung es, con mucho, el mayor de los conglomerados de Corea del Sur que dominan la duodécima economía más grande del mundo. La facturación total de la empresa es equivalente a una quinta parte del Producto Interno Bruto del país, lo que la hace crucial para la salud económica de Corea del Sur.

Bajo el mandato de Lee Kun-hee, Samsung Electronics Co. se convirtió en una marca global y en el mayor fabricante mundial de teléfonos inteligentes, televisores y chips de memoria. Samsung vende teléfonos Galaxy y también fabrica las pantallas y microchips que alimentan a sus rivales, los iPhone de Apple y los teléfonos Android de Google. Sus negocios abarcan, entre otros, construcción naval, seguros de vida, construcción, hoteles y operaciones de parques de diversiones. Samsung Electronics por sí sola representa el 20% del capital de mercado en el principal mercado de valores de Corea del Sur.

La muerte de Lee Kun-hee se produce durante un momento complejo para Samsung. Cuando fue hospitalizado, el otrora lucrativo negocio móvil de Samsung se enfrentó a amenazas de fabricantes advenedizos de China y otros mercados emergentes. Asimismo, el fallecimiento del patriarca puede conllevar una posible reestructuración del conglomerado, ya que poseía el 4,18% de los títulos de Samsung Electronics y el 20,7% de las de la aseguradora Samsung Life, mayor accionista en Samsung Electronics.

El conglomerado empresarial quedó atrapado en el escándalo de corrupción de 2016-17 que llevó al juicio político y encarcelamiento de la entonces presidenta Park Geun-hye. Sus ejecutivos, incluido el joven Lee, fueron investigados por fiscales que creían que los ejecutivos de Samsung sobornaron a Park para asegurarse el respaldo del gobierno para una transición de liderazgo de padre a hijo.

El fallecido Lee, es el último líder de segunda generación de un conglomerado controlado por una familia surcoreana, o chaebol, que ha muerto, dejando cuestiones de sucesión potencialmente complicadas para la tercera generación.

El líder del partido gobernante y ex primer ministro Lee Nak-yon elogió el liderazgo de Lee, pero dijo: «No se puede negar que reforzó la estructura económica dirigida por los chaebol y no reconoció los sindicatos».

Un poco de historia

La historia de Samsung se remonta a 1938, cuando el padre de Lee inició una compañía de comercio de alimentos a la que llamó 3 estrellas, que en coreano se dice Samsung, la cual en muy poco tiempo pasó a hacer negocios con casi cualquier tipo de mercancías.

En 1942, cuando Japón era el invasor de tierras coreanas, nació Lee, en el condado de Gyeongsang del sur (sureste del país) donde su familia era dueña de grandes extensiones de tierra.

Tras cursar estudios en Japón (al igual que su padre), y Estados Unidos, Lee comenzó a trabajar en la empresa junto a su padre, justo en la época en que el consorcio empezó a fabricar electrónica de consumo.

Dos décadas después, en 1987, asumió la presidencia del grupo tras la muerte de su progenitor y luego de imponerse en una lucha interna familiar por el poder con sus dos hermanos mayores.

Corrupción, sobornos y evasión de impuestos

La muerte de Lee, con un patrimonio neto de US$ 20.900 millones, según Forbes, va a provocar el interés de los inversores en una posible reestructuración del grupo que implica sus participaciones en empresas clave de Samsung como Samsung Life Insurance y Samsung Electronics.

Jay Y. Lee, su hijo, se ha visto envuelto en problemas legales relacionados con una fusión de dos filiales de Samsung que le ayudaron a tener un mayor control del buque insignia del grupo, Samsung Electronics.

El joven Lee cumplió condena en la cárcel por su papel en un escándalo de sobornos que desencadenó la impugnación de la entonces presidenta Park Geun-hye. El caso, que se está viendo en la apelación, está programado para reanudarse el lunes. Otro juicio por fraude contable y manipulación de precio de las acciones comenzó este mes.

En un escándalo anterior, Lee Kun-Hee fue condenado en 2008 por transacciones ilegales de acciones, evasión de impuestos y soborno diseñado para traspasar su patrimonio y el control corporativo a sus tres hijos. Su estado de salud ha sido objeto de infinitos rumores, ya que nunca se volvió a ver a Lee Kun-hee en público tras el episodio cardiovascular y hubo medios que incluso aseguraron que el centro médico habría ocultado su muerte para que sus familiares tuvieran tiempo de atar el proceso sucesorio y hereditario.

Aunque se trate de meras especulaciones, lo cierto es que se calcula que solo por heredar las acciones que poseía el patriarca la familia, Jay Y Lee deberá abonar al fisco unos 10 billones de wones (unos 7 470 millones de euros).

(Con información de Reuters y La Vanguardia)

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