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Despedido el causante del maltrato

El pasado 28 de noviembre, y desde  Fomento, Sancti Spíritus, Osleisy Cardoso Martín denunció aquí los maltratos recibidos cuando el 23 de ese mes llegó a la casa de compras de Recuperación de Materias Primas en esa localidad.

Contaba el remitente que llegó con un cargamento de 418 kilogramos de cartón acopiado por él para ser vendido allí. Las cuatro pesadas en la balanza arrojaron sucesivamente 107, 93,5, 104,5 y 113 kilogramos. Al acercarse a la mesa del encargado de almacén, este ya tenía hecho un comprobante de pago por 410 kilogramos, y le dijo a la muchacha que estaba a su lado que le pagara a Osleisy por esa cantidad.

Y este, respetuosamente le aclaró que debía haber un error, pues eran 418 kilogramos pasados por balanza, y no 410, como él había escrito en el comprobante. El pago debía ser en concordancia.

«Por tan solo reclamar ese derecho, decía, aquel hombre se puso como una fiera a la que alguien intenta arrebatar su territorio. Me tiró encima del buró el carné de identidad, me dijo que mi cartón no tenía calidad alguna porque estaba lleno de precintas, algo incierto, pues mi padre y yo lo limpiamos siempre con esmero.

«Me dijo más, subrayaba, que ese cartón no era mío y no me había costado nada, que ya debía estar satisfecho con lo que se me pagaba por 410 kilogramos. Sacó de su billetera un billete y lo tiró encima del buró, diciendo: Ahí tienes la diferencia de los kilogramos que faltan. Y por último me lanzó el agravio mayor: a este lugar no puedes volver con más cartón, porque no te lo voy a recibir».

Osleisy se fue con el pago de los 410 kilogramos y no cogió aquel billete. «Era yo quien debía sentirse ofendido y agredido. Y partí de allí sin ni siquiera un comprobante de aquella gestión de venta», afirmaba.

Al respecto, responde Freddy Fleites Arbolay, director general de la Empresa de Recuperación de Materias Primas de Sancti Spíritus, que una comisión de dicha entidad investigó los sucesos, y determinó darle la razón a Osleisy, «comprobándose que fue maltratado por el dependiente de la casa de compras, quien violó los procedimientos establecidos por la Resolución 50 del Director general de la Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas para la compra de materias primas secundarias a la población».

Añade que se determinó aplicar a dicho dependiente la medida disciplinaria de separación definitiva de la entidad, según lo referido en el inciso F del artículo 149 del Código del Trabajo.

«Actitudes como estas empañan la imagen de nuestra institución, refiere, y no están acorde con los principios y esfuerzos de los trabajadores y directivos, quienes trabajan con tesón para aportar valiosos recursos al país, sustituir importaciones, proteger el medio ambiente y contribuir al desarrollo de la economía», concluye el directivo.

¿Y las almohadillas sanitarias?

Anelys de Dios Medina (Coyula 23, entre Línea del Ferrocarril y Final, Reparto D Beche, Guanabacoa, La Habana) refiere que las almohadillas sanitarias, más conocidas por «Íntimas», llevan ya un atraso de tres meses, y van para cuatro, en la farmacia donde ella las adquiere racionadas.

La remitente solicitó una explicación, y le dijeron que la fábrica de las mismas está paralizada por roturas. «Una fábrica que sufría el mismo problema a principios de año, apunta, y debido a quejas en los medios se dio respuesta; y en menos de un mes se abastecieron las farmacias».

Precisa Anelys que ese es un problema muy sensible  para muchas mujeres trabajadoras como ella, que no tienen los recursos para comprarlas en las tiendas recaudadoras de divisa.

«Lo curioso es que todos los fines de año la fábrica está rota, subraya, comienza el nuevo año y por arte de magia la fábrica comienza a producir. Pero ya los meses de atraso que no se entregaron así se quedan», concluye Anelys.

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